Capítulo Diecisiete. Saqueadores

3.8K 457 7
                                    

-Veamos, Helen Brown, ¿dónde escondes tus diarios?.

¿Qué?. No puede ser....

A este paso las palabras de Helen se equipararán al Santo Grial....

Eso no explica qué hace esta persona aquí....

¡Joder!. Pero, ¿qué coño hace Fiona aquí?.

Fue aquel día cuando pude ponerme en la piel de las mujeres de la época victoriana. Contuve tanto mi respiración para no ser descubierta por Fiona que estaba segura que ningún corsé podía retener tanto el aire.

-No te lo tomes a título personal, Helen pero al parecer tienes unos papeles que involucran a mi padre y estropear mi boda con Hadid no es algo que queramos, ¿verdad?.

Así que Lazard tenía razón....

Agradecí  mi posición en aquel escenario. No tenía ninguna prueba física para utilizar en su contra, tan sólo una conversación en voz alta de una demente pero aquella demente me estaba dando grandes pistas y yo poseía una ventaja respecto a ella:la llave estaba en mis manos.

Mientras observaba como rebuscaba y ponía patas arriba medio despacho buscando, guardé las tijeras en el bolso de mi pantalón. Me estaba cuidando mucho de no ser vista pero, de hacerlo, mi secreto estaría a salvo.

Media hora después de su llegada, sus ánimos comenzaban a caldearse al no encontrar nada que no fuese la entrada a una caja fuerte cerrada a cal y canto.

-No te creas que esto quedará aquí, Helen. Habrás escondido muy bien la llave pero conozco a quien puede abrir la caja sin necesidad de ella. La estúpida de Lily James no se quedará con tu hijo por mucho que él suspire por ella.

Se fue dejando su pestilente rastro a almizcle y fue ahí viéndola a través de las estanterías cuando percibí que su vientre parecía más abultado de lo normal para sus tres meses de embarazo.

Fiona, corazón, yo seré estúpida pero tú, ¿no estarás embarazada de otro hombre?.

Dejé pasar un tiempo prudencial para salir de mi escondite. Después bajé a buscar a Lazard.

-Sabía que no había nada bueno en esa familia, Lily pero has tenido un buen golpe de suerte enterándote de tus planes. Debes ir al despacho y sacar todos los papeles y diarios que Helen guardó.

-Encantada lo haría pero, ¿y si vuelve Fiona y me encuentra?. ¿Y si tu familia se entera de que los robé?.

-Yo vigilaré la entrada por si ella vuelve y en cuanto a mi familia, no te preocupes. Nadie sabe que la llave apareció. Deberían dejarme menos tiempo solo en la casa-me guiñó un ojo-.

-Algo me dice que tienes más ganas que yo de echar a Fiona de esta casa.

-Helen me dió la oportunidad de venir a Marruecos, de no haber sido por ella, Aisha no estaría en mi vida y no hubiese tomado el camino del cual tan orgulloso estoy ahora. Le debo salvar a su hijo de las fauces del león o leona en este caso.

Sin pausa alguna, subimos de nuevo al despacho donde metí en una caja todos y cada uno de los diarios y carpetas que Helen guardaba.

-Listo. ¿Dónde se te ocurre que podría guardar esto?. La casa de Josh me parece peligrosa.

-Ahora mismo, Fiona piensa que los papeles están aquí. Para cuando descubra que se los han llevado, tú ya estarás en posesión de la verdad.

-Pero volverá pronto. La boda se acerca.

-Sé que lo hará pero no tendrá que derribar una si no varias puertas. Ya va siendo hora de que este despacho tenga una puerta nueva, ¿no crees que así se trabaja mejor?. Ahora te recomiendo que salgas por la puerta de atrás. Hadid está abajo. Quizás quieras reservar el reencuentro para una ocasión más feliz.

-Gracias, Lazard.

-Gracias a tí por traer de nuevo la vida a esta casa.

Cuando llegué a casa de Josh, me sorprendí de verlo allí preparando una maleta.

-¿Te vas?.

-Viajeré a Escocia este fin de semana. Aunque parezca mentira, echo de menos la tierra donde no me crié y a mis abuelos. Quería pedirte que vinieses conmigo pero últimamente apenas te veo.

-Lo sé. Están siendo unos días de locos, Josh.

-¿Y no te apetecería descansar un par de dias de tu ajetreo?.

-¿Yendo a Escocia?.

-Sí.

-Tengo demasiadas cosas que estudiar, Josh-señalé la caja con los diarios de Helen-.

-Podrás estudiarlos allí también. No voy de fiesta, sino a ver a mis abuelos. Suelen dormirse mientras hablas con ellos. No serán impedimento para tu estudio.

-Convences mal a la gente, Josh.

-¿Y a tí?. ¿ No te apetece un poco de aire fresco en este largo verano?.

Me quedé pensativa durante unos instantes. ¿Ir a Escocia?. Me encantaba ese país aunque nunca se lo confesase a Josh. Quizás sería una buena idea alejar los documentos de Marruecos y de Fiona. Estarían seguros y yo también. La ira de mi loca compañera sería digna de recordar cuando descubriese que no había nada dentro de la caja fuerte.

-Está bien. Te acompaño pero me reservo las mañanas para estudiar, ¿de acuerdo?.

-De acuerdo. No te molestaré de ocho de la mañana a dos de la tarde.

-Buen margen.

Así fue como cuatro horas después me encontraba viajando rumbo a Edimburgo con una pequeña maleta escasa de equipaje personal y plagada de libros y papeles cuyo contenido me preocupaba, impactaba e intrigaba a partes iguales. ¿ Qué esconderían para tener tan preocupada a Fiona y a su padre?. ¿Para haberse pensado incluso forzar una cerradura en una casa ajena?.

Ya en la puerta de la casa de sus familiares, Josh me transmitió información de caracter transcendental.

-Nos quedaremos a dormir en casa de mis abuelos. Ha sido tan precipitado que no me ha dado tiempo a buscar un hostal. Espero que no te importe.

-No hay ningún problema, Josh. Supongo que dormiremos en habitaciones separadas.

-Respecto a eso....

-¿Josh?. ¡Qué alegría verte, hijo!.

Una señora de unos ochenta años, nos abrió la puerta.

-Y vienes muy bien acompañado por cierto. Ya era hora de que formalizaras una relación.

-Abuela.....

-Señora, Josh y yo.....

-Esperáis un hijo. Lo sé.

-¿Cómo?. Josh, ¿Qué es lo que le has dicho a tu abuela?.

-No me ha dicho nada, preciosa. He traído al mundo a más niños de los que podría alcanzar a enumerar. Sé reconocer ese estado en los ojos de una mujer.

Josh me miró con cara de "me debes una explicación" y yo supe que mi llegada a Escocia iba a ser celebrada por todo lo alto. ¿Quién sería ahora capaz de decirle a aquella señora que su nieto no era el padre de mi hijo?.

Una de cal y otra de arena, Lily James

Y llegó ella....((COMPLETA))#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora