Un mundo suicida.

14-.Carta de suicidio....

NARRA FRANCISCO....

A un lado de la cama del hospital estaban varias hojas y un lápiz, una carta de suicidio, e escrito muchas, demasiadas veces, ya se que palabras usar, se que decir, se que no hay mucho que contaren mi carta. No se preocuparan si muero, no me preocuparan si dejo de existir.

Me senté en la cama, tome una hoja y el lápiz y comencé a escribir....

''Mi carta de suicidio.....

No hay mucho que contar, habrán muchas personas que estarán felices de que yo e dejado de respirar, pues hay muchas personas que me odiaban. Pero para ese pequeño grupo de chicos que creo aun no los molestaba les quiero decir que los amo, los amo y ahora estoy en un mejor lugar, un lugar en donde ya no debo de preocuparme que pasara mañana y que piensan de mi.....''

De repente la puerta se habré y entra Patrick, después Estefania, luego Azael, Juana y al final Daniela. Me quede un poco sorprendido al ver a todos aquí, me sorprendí mas por Daniela.

Estefania se acerco a mi, me miro a los ojos, parecía estar feliz y triste a la vez, ella tomo la hoja, yo intente impedirlo pero no lo logre, Estefania comenzó a leer y su mirada se torno mas triste de lo que antes estaba. Después le dio la hoja a Patrick.

Creí que Estefania me iba a regañar o se iba a enojar conmigo, pero solo me miro a los ojos y me abrazo. Ya había olvidado que era sentir un abrazo, no un abrazo sin ningún sentimiento, sentir un abrazo cálido que te demuestra amor. Ese tipo de abrazo fue el que recibí de Estefania.

-Me alegra que estés bien-me susurro Estefania al oído-.

-Gracias-susurre-.

Estefania dejo de abrazarme y Patrick me miro a los ojos. Ya le había contado a el varias veces que había hecho cartas suicida, pero al final las terminaba rompiendo y tirando, ya sabia que esto era normal en mi. El se acerco a mi, me toco el hombro y poco tiempo me dio un fuerte abrazo.

-Ya basta-dijo Patrick en tono triste-.

-Eso intento-conteste-.

Sabia que el quería que dejara de hacerme daño, el era el único que sabia esto, pero ahora lo sabe Juana, Estefania y Azael, además de que tal vez el chisme estará corriendo por los pasillos de la preparatoria. Mierda.

Busque mi carta y la encontré tirada en el piso. Me levante por ella pero Estefania me impidió levantarme, después ella la tomo y me la dio. No dude dos veces, la arrugue y la tire por la gran ventana que estaba al lado de la cama de el hospital.

-¿Que era eso?-pregunto Azael preocupado-.

-Nada importante-conteste nervioso-.

-¿Que haces aquí?, ¿que paso?-pregunta Juana triste, y preocupada-.

Mire a Daniela, ella aun no les decía porque estaba aquí. Los únicos que sabían son Estefania y Patrick, me relaje un poco y me recosté en la cama.

-Me comencé a sentir mal y me desmaye-dije con seguridad-.

-Por suerte yo pude ver cuando se desmayo y llame a una ambulancia-dice Daniela intentando seguir mi mentira-.

-Por suerte estas bien-dice Azael y después sonríe-.

-¿Pueden dejarnos solos?-pregunta Estefania-.

Yo y Patrick sabíamos de que quería hablar, y porque quería hablar conmigo, así que Patrick no tardo mucho en salir, después salio Daniela.

-Yo iré por algo de comida, tengo hambre, vuelvo después-dice Azael-.

-Yo lo acompaño-dice Juana-.

Azael y Juana salen de la habitación y cierran la puerta.

-¿Que paso?-pregunta Estefania mirándome a los ojos-.

-Me desmaye-dije intentando evadir su mirada-.

-No, se que no paso eso-dice Estefania volviéndome a mirar a los ojos-.

En sus ojos pude ver tristeza, mucha tristeza.

-No estoy muy bien por el momento-dije intentando terminar con el tema-.

-Nunca estarás bien, ¿y sabes por que?, porque te guardas todo para ti, no quieres confiar en nadie, nunca saldrás de esto si no confías en nadie, no debes de seguir guardándote todo dentro de ti, todo, en algún momento necesitamos hablar con alguien y decir lo que sentimos, todos necesitamos confiar en alguien. Todos, en algún momento de nuestras vidas necesitamos a alguien, todos necesitamos a un amigo, ¿y sabes?, estoy dispuesta a ser tu amiga, no por lastima, si no porque se que eres una gran persona, el único problemas es que necesitas ayuda y no dejas ayudarte.

-¿¡Y di me!?, ¡¿que quieres que te diga!?, ¡malditasea soy un delicado de mierda y me corto!, ¡soy patético y tu y todos lo saben!, ¡soy solo una mierda!, ¡¿que quieres que te diga!?, ¡esa carta que acabas de leer es una de muchas que e escrito pero jamas me e atrevido a dar y después acabar con mi maldita y miserable vida!, ¡¿QUE MIERDA QUIERES QUE TE DIGA!?-grite mientras comenzaba a llorar-.

No quería que Estefania me mirara llorar así que me acosté en la cama, y cubrí mi cara con la almohada.

-No eres una mierda y lo sabes-dice Estefania-.

-Si, si lo soy, y tu lo sabes.

-¿Podrias quitarte la almohada de la cara?-dice Estefania mientras intenta quitarme la almohada-.

Me quite la almohada, me limpie las lágrimas y la mire.

-¿Estas bien?-me pregunta preocupada-.

-Hasta cierto punto si, creo que si-dije tragando las ultimas lágrimas que me quedaban-.

-¿Cuanto mas tiempo estarás aquí?

-Hasta mañana por la tarde. Quieren observarme y verificar que estoy bien-hice una mueca-.

-¿Tienes hambre?

-Mucha, pero no quiero comida de aquí, no sabe a nada.

-¿Quieres una hamburguesa?

-No dejaran que me la des.

-No se darán cuenta-sonríe-.

Sonreí.

-Vuelvo pronto, voy por tu hamburguesa-dice Estefania mientras sale de la habitación-.

Me quedo relajado en la cama mirando hacia el techo esperando a que llegue.

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Tiempo después Estefania llego y me dio la hamburguesa, poco después Azael y Patrcik llegan, Juana ya se había ido. Ellos decidieron guardar el secreto de que me habían traído una hamburguesa, porque saben que tenia hambre.

Ya era noche, ya todos se habían ido, las enfermeras cerraron las ventanas y se encargaron de que todos los pacientes estuvieran en sus camas.

La noche comenzaba, ya casi no había luz y yo comenzaba a alterarme.