Entre el odio y el amor

Capítulo 3 "Eternos rivales"

Me dirigía a mi siguiente clase con los nervios de punta y con Hange haciéndome preguntas.

-¿Y entonces la conoces? ¿Son familia o algo así?- se detuvo en seco- ¿Es tu esposa?
-Si, no y gracias a Dios no.
-Entonces porque lo del.. apellido...
-Uff aquí vamos de nuevo... sólo es una estúpida coincidencia pero no somos ni seremos nunca nada.
-Pero dices que la conoces.
-Si, desgraciadamente.
-¿Por qué?
-Un día mis padres y los de ella se toparon, a ellos les pareció gracioso lo de compartir apellido aunque realmente no hubiera ni una sola prueba de que éramos familia así que desde ese maldito día se hicieron amigos y me obligaron a convivir con ella.
-¿Se llevan mal?
-La odio desde que se metió a mi vida.
-¿Por qué? Yo la veo como una chica guapa y simpática.
-No... ella es un demonio rosado que sólo vive para fastidiarme.
-¿Eh?
-Hange ya no me hagas preguntas sobre ella, me da asco de sólo pronunciar su nombre.
-Pero si comparten el mismo apellido.
-No me lo recuerdes, ya estoy harto de esa mierda de coincidencia con ella.
-Bueno, bueno... pero no te enojes.
-Sólo entremos. ¿Quieres?

Y así otra clase soportando como Mikasa se volvía el centro de atención de todos ahí.

La chica esbelta de piernas largas, tez pálida, ojos grises, pelo oscuro y con elegante corte... ella ya no es la niña ni la adolescente que tanto aborrecía, en tan sólo dos meses ha cambiado mucho o tal vez, jamás me di cuenta de ese cambio tan grande en ella. Incluso sus curvas eran más pronunciadas y se veía hermosa con ese conjunto rosa.

¿Qué mierda?

La sorpresa debió invadirme y por eso estoy pensando gilipolleces. No puedo bajar la guardia ante mi enemigo.

Puede que hayas cambiado mucho y también puede ser que la maldita coincidencia nos vuelva a unir pero hay algo que nunca va a cambiar y es mi odio hacía ti.

Sin en cambio, mi batalla sólo era imaginaría, los días en la universidad pasaban rápidos y Mikasa nisiquiera volteaba a verme, tal y como lo hizo en la preparatoria.

Me dejó de lado y sólo me miraba cuando quería restregarme algo en la cara.

De todos mis compañeros de curso con ella jamás intercambie palabras y me las arreglé para no estar juntos en ningún trabajo en equipo. Tener su presencia de lunes a viernes ya era demasiado para mí.

-Uff ya no sé ni de que quejarme.
-Deberias hacer las paces con ella de todas formas eres el único de los dos con un problema.
-Sé que está tramando algo, ella es así.
-Levi... ya deja de competir con ella, no ganas nada.
-Claro que si.
-Bueno... pero acá entre nos, todos piensan que ella te gusta.
-¿Qué? - me altere- ni de chiste me gustaría esa mujer.
-Pues te ves muy interesado en Mikasa que sólo dejas pensar eso. Dime, Levi... ¿No será que en lugar de odio... tú amas a Mikasa?
-No, cuatro ojos. Eso es imposible... ella y yo nacimos para ser rivales.
-Pues no veo que a ella le importe mucho.
-No tenías que ser tan directo...
-Lo digo porque me preocupas, siempre andas pensando en esa Mikasa... que si esto que si el otro. Te la vives actuando por ella.
-¿En verdad?
-Te lo digo enserio... llevamos casi un año conviviendo y no te has dado cuenta de que sólo tú estás en ese juego y a propósito... no soy hombre.
-¿Eh?
-Soy mujer, despistado.
-Perdón...

Yo peleando contra un fantasma, Hange mujer... ¿Qué más falta? ¿Enamorarme de Mikasa?

Aunque tiene razón... ya ha pasado un año y Mikasa nisiquiera me pone atención.

-Uff me voy a dormir, Hange. Tengo que colgar.
-Adiós, Levi... descansa.
-Tú igual y gracias... supongo.

Terminé la vídeo llamada y me recosté en el sofá.

-Mikasa... porqué me has dejado ver cómo un rival... ¿Soy el único con un problema aquí?

Supongo que no me equivoqué... sólo tu figura cambió, nuestra madurez, tú forma de ser conmigo cambio desde ese día en que te grité... pero lo que no cambió fue tu estrategia de ignorarme sigue siendo la misma.

-Eso es... tengo que aplicar una estrategia para derrocar a esa mocosa.

Pensaré en algo... y sentirás mi furia, maldita Mikasa Ackerman... prepárate para el contraataque.