Anxiety. |Caché|

TRES. (Pérdidas)

Oh, I try my best just to be social

Oh, me esfuerzo al máximo para ser sociable,

I make all these plans with friends and hope they call and cancel

hago todos estos planes con mis amigos y espero que llamen y cancelen

Then i overthink about the things i'm missing

Luego pienso demasiado en las cosas que me estoy perdiendo

Now i'm wishing, i was whit them

Ahora estoy deseando poder estar con ellos.

En sexto grado invité a todos mis compañeros de clase a mi fiesta de cumpleaños. Estaba tan emocionada que le dije a mi padre que por fin alguien vendría a nuestra casa, que tendríamos invitados y serían mis amigos. Mi hermana me ayudó a decorar toda la casa, la temática de la fiesta era muy pop, habían globos por todas partes, incluyendo la puerta de la entrada. El pastel estaba listo, mi papá se había esforzado haciéndolo y a decir verdad le quedó hermoso, su caligrafía era digna de estar en un pastel de cumpleaños y mi nombre se veía muy lindo en él. Habían bocadillos como para unas 30 personas, las sillas estaban perfectamente acomodadas y contadas para que nadie se quedara de pie a la hora de comer el pastel. No estaba lista para recibir regalos, nunca fue mi prioridad. Pero si estaba lista para tener invitados, divertirme, jugar, bailar y cantar.

Pero parece que en ese tiempo nadie iba a las fiestas, o ya no hacían fiestas de cumpleaños.

La fiesta comenzaba a las 4:00 p.m, eso pusimos en las invitaciones. Antes de que fuera la hora mi papá me vio muy nerviosa y me avisó de que los invitados solían tardarse un poco más en las fiestas y siempre llegaban una o dos horas después. Debo admitir que eso me tranquilizó por el momento.

Pasaron las horas, lentas, tristes; nadie llegó.

La ilusión se me fue al piso y aunque mi padre y mi hermana siguieron con optimismo la "fiesta", yo no paraba de pensar en lo ridícula que era. Nadie realmente me consideraba como su amiga y en mi mente había una razón: "no soy ni seré suficiente nunca para que alguien me ame de cualquier forma"

Puedo decir que en éste momento agradezco el hecho de que nadie se apareciera ese día. Estaba mi familia, nadie más, las personas que realmente me amaban y con eso era más que suficiente.

Lastimosamente mi mente se descompuso y un ataque de pánico lo arruinó todo.

Habían dos regalos al lado del pastel y estaba lista para abrirlos. Abrí primero el de mi papá quien sabía como sorprenderme, era el perfume que tanto quería: "fame". Estaba por un lado feliz, era lo que quería, pero por otro lado me comencé a sentir extrañamente triste y con muchísimo miedo. Dejé el perfume en la mesa y ni siquiera recuerdo a qué punto miré, me sentía perdida y todo me daba vueltas. Mi família me decía cosas y trataba de calmarme porque al parecer estaba llorando demasiado, pero lo único que logré hacer fue correr hasta el baño de mi habitación y vomitar. Es como si hubiera vomitado todos mis sentimientos, eso fue lo que pasó por mi mente en ése momento.

Lastimosamente no pude vomitar nada de lo que sentía, el caos apenas había comenzado ese día.

Siempre creí que podría lidiar con todo esto. Es mi mente, se supone que la tendría que manejar yo, pero estaba muy equivocada. Todas las veces que ignoré lo que me estaba pasando simplemente me estaba haciendo más daño, el abismo era cada vez más alto y el hoyo más hondo.

Tengo miedo, de que no me quieran porque no me quiero. De perder a las personas que quiero porque estoy perdida. De que se cansen de mí porque estoy harta de mí. De que no me quieran ver más porque estoy triste y comience a causarles daño el verme en el punto más alto de dolor. De no poder más con la vida y dejarlos heridos toda la vida.

Estuve varios días en el hospital, con ayuda, me sentí apoyada por un momento. El caos se hizo más grande cuando salí a la realidad, cuando esa manilla verde fosforescente ya no estaba más y el olor a hospital no me daban náuseas. Ahora había ruido de gente, de carros, de horror. Lo único que agradecí fue el aire fresco, por un momento cerré los ojos y me dio algo de paz.

"Vamos a casa por fin" la voz cálida y dulce de Daniela me hizo sentir más en paz y por un momento creí que la vida no era tan mala, que estar en la realidad no se iba a tornar feo.

"Contigo" sonreí de lado y ella me respondió con un beso en los labios, la reacción de mi cuerpo fue un suspiro de amor y de alivio.

Llegar a casa se sentía distinto a la última vez, todo estaba arreglado, olía a limpio y a bienvenida. Daniela tenía todo listo, palomitas, Netflix, sus besos y a un lado Ramón dándome amor. Así se sentía estar en casa para mí y ella lo sabía perfectamente.