Homestay [KTHxJJK]

\22/

(No al spoiler)

⊰✩⊱

Después de ser vendado por el de cabellos plateados, ahora, lo único que el menor veía era oscuridad.

Sus labios sellados comenzaron a pronunciar sonidos sin sentido al encontrarse nuevamente en aquella situación  y lo peor... Es que ahora no podía escapar.

El hijo menor de los Kim terminó  de amarrar la venda en los ojos contrarios mientras que la respiración del castaño se volvió mucho más pesada. Quería llorar, gritar, patalear, quería salir corriendo, pues el chico que se encontraba sobre él, no era Baek, no era Taemin, no era Mina, ni mucho menos era Taehyung. No. El chico que se encontraba arriba de él era Él.

Aquel psicópata que lo acosaba y lo miraba por las noches, el mismo loco que ya había intentado violarlo anteriormente y lo más temible, el mismo maniático que también habia confesado sus deseos de quererlo matar.

Un temblor recorrió la espina dorsal de Jungkook y su cuerpo vibró justo cuando su torso fue acariciado con (probablemente) la húmeda y caliente lengua del mayor.

No tenía camisa, el peliplata  se había  encargado de deshacerse de ella mientras dormía y acerca del pantalón, justo en ese momento Jungkook podía sentir como éste se comenzaba a deslizar por sus muslos lentamente hacia abajo, posiblemente siendo movido por él hasta que la prenda de mezclilla abandono todo tipo de contacto con su desnuda piel.

Un gruñido fuerte y grave llenó parte de la habitación antes de que Jungkook pudiera sentir como unos labios tomaban necesitadamente su cuello, mordiendo, chupando y succionando la zona sensible de dicha piel. Aquellos hambrientos besos fueron descendiendo pasando por sus clavículas y raspando su pecho hasta tomar uno de sus erguidos pezones y aprisionarlo salvajemente en una mordida.

—¡Mmh~!

El menor quiso gritar pero lo único que que logró pronunciar su boca sellada fueron gemidos cargados de excitación y terror. Su sentido de la vista se encontraba completamente inservible en ese momento, pero gracias a que sus otros sentidos estaban más que despiertos, incluso si no podía ver nada, él se podía imaginar  aquella escena a la perfección:

El peligris arriba de él, contemplando su cuerpo con esos ojos profundos reflejando deseo e inundándose de placer, mientras acercaba la boca a su torso solo para disfrutar el sabor de su piel...

Mierda, pensar en aquello y sentir como el mayor volvía a lamer uno de sus pezones le hizo quemar su garganta con un gemido desgarrador.

—Demonios, estas riquísimo...—La voz del mayor sonaba desesperada y llena de excitación. Un tono perfecto para hacer delirar al menor—Te voy a hacer mío...

Y la simple pronunciación de esa frase hizo al castaño comenzar a manotear para deshacer el amarre de sus manos sobre la cabecera mientras intentaba controlar sus respiraciones, pues estas se habían disparado de una manera tan fugaz que sentía que en cualquier momento iba a explotar.

—Te haré solo mío... —Ronroneó él cerca del oído contrario, para después morder parte del lóbulo del exquisito chico que tenía debajo.

El cuerpo de Jungkook se retorció al sentir aquel acto, lloriqueando con horror y placer cuando un duro bulto rozó su entrepierna por sobre la tela de su bóxer.

Estoy realmente perdido... pensó cuando la última prenda que quedaba adherida a su cuerpo comenzó a deslizarse hacia abajo para así poder dejar al descubierto su —ya formada y dura— erección.