Capítulo 8

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-No debiste hacer eso, Harry –dijo Hermione con un tinte de reproche en la voz -¿Realmente era necesario?

   Harry no contestó de momento, sólo estaban ellos dos en la casa de su amiga, donde había ido en busca de poder desahogarse sabiendo que en su casa estaban James y Catleya, por lo que sería imposible poder hablar con Ginny sin que alguno de ellos los escuchara, en especial James que era un niño muy curioso y siempre estaba intentando enterarse de todo, lo que había provocado que un día oyera quién era Snape en realidad. Ron tampoco se encontraba en su casa, había ido con sus hijos a Sortilegios Weasley ese día para ayudar a George a abrir la tienda, ya que el muchacho no solía estar bien luego de las fiestas, y su relación con Angelina estaba cada vez peor, y seguro sus sobrinos serían los únicos capaces de levantarle el ánimo.

-Tenía que ver lo que su cobardía había hecho –contestó al fin.

-Te entiendo –murmuró Hermione no muy segura – ¿Qué dijo Ginny? –Preguntó entonces sabiendo que Harry sólo la escucharía a ella en ese asunto.

-Ella me apoya, no quiere que ese tipo se lleve a Catleya así como si nada. Trece años tuvo para arrepentirse ¿Por qué se le ocurrió volver ahora, Hermione? –Preguntó con un gesto dolido –Sé que Jasmine tenía la esperanza de que él volviera, aunque no lo decía, sé que lo esperaba –murmuró con los puños apretados –Y yo no logré hacer que lo odiara, aunque le hiciera notar que él ni siquiera le había mandado una nota desde que se marchó.

-Lo sé, Harry –intentó consolarlo su amiga mientras le tomaba las manos para que no se lastimara al clavarse las uñas en su propia palma –Jasmine esperaba un hijo de él, era imposible que dejara de amarlo, a pesar de todo –No sabía que más decir, si incluso hasta a ella misma le había tomado trabajo entender que su amiga estuviera enamorada de ese hombre con el que había llevado un poco más de un año de relación a escondidas, y cuando se enteró que estaba embarazada y que Snape no pensaba hacerse cargo, ya no supo qué pensar. ¿Qué había visto Jasmine en ese hombre? -¿Qué pasará con Caty ahora? –Preguntó luego de unos minutos de silencio -¿Le contarás la verdad?

-Tendré que hacerlo aunque no lo quiera –bufó molesto –Pero le restringiré el tiempo que esté con ella.

-Sabes que no puedes prohibirle que la vea, ¿verdad? Jasmine dejó por escrito que él también tiene derechos –intentó hacerlo entender.

-Aún no sé por qué hizo eso –exclamó exasperado Harry –Está muy bien conmigo y Ginny, la hemos criado junto con James, como si fuera nuestra hija también.

-Eso lo sabemos –le sonrió conciliadora Hermione –Por eso Jasmine te dio la tenencia a ti, porque sabía que la amarías como si fuera tuya. Pero dejó claro que Snape puede darle su apellido si quiere y compartir tiempo con ella.

-Lo sé –dijo derrotado frotándose la cara -¿Puedes hacerte cargo de eso? –Pidió –Tú trabajas en el Ministerio, es más fácil para ti. Pero déjale claro, que si quiere ponerle su apellido irá después del apellido Potter –gruñó –En eso no voy a ceder, no me importa que él sea su padre de sangre, Catleya es una Potter y eso no voy a dejar que cambie.

-No te preocupes –contestó Hermione acariciándole la espalda –Yo me voy a encargar de todo.



******


   Ya habían terminado las vacaciones de Navidad, los alumnos empezaron a llegar esa mañana a Hogwarts, una vez más, para continuar con las clases. Severus seguía abatido, no había logrado sacarse de la cabeza la imagen de Jasmine en esa cama de hospital. Se preguntaba si había hecho bien en volver, si no debió quedarse en América como le dijo Draco. Tal vez volver fue un error, pensó, aunque estaba seguro que el peor error había sido irse en primer lugar. Si tan solo hubiera escuchado a Lucius ese día en la mansión…

FUE MI ERRORWhere stories live. Discover now