Parte 35.

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-¿Savannah Williams?- Alcé la vista de mi móvil al oír que alguien pronunciaba mí nombre. Al hacerlo, me encontré con un señor algo mayor. Pero para nada viejo.

Le sonreí y él sonrió de igual manera.

-Sí, soy yo. ¿Usted es el dueño de la galería, no es así? -pregunté y él pareció más que satisfecho al ver que lo había reconocido.

Pero, ¿Quién más de él iba a venir a verme aquí? Dudaba mucho que Lina viniera, lo del bar había sido simple coincidencia.

-Así es. Soy Héctor Valverde -se presentó y estreché la mano que me ofrecía-. Es un gusto poder conocerte. Gaby me habló de tu talento, dijo que me quedaría sin palabras y, siendo sincero, espero no quedar mudo por completo.

Me reí ante su broma. La verdad esperaba a un señor cara dura con un ego enorme, pero me di cuenta que había juzgado mal sin siquiera conocerlo por completo.

Claramente debía dejar de hacer eso.

-Oh, creo que Lina estaba exagerando nada más -lo cual me dejaba asombrada porque, ¿Lina decir eso de mí? ¡Listo! Qué me digan dónde está la cámara escondida.

-Siendo franco, ella nunca se equivoca en cuanto al talento que una persona posee- comentó y sonreí de lado-. En fin, ¿Te parece bien si vemos unos de tus proyectos?

-Claro-le hice un poco de lugar en la banca y, cuando estuvo de mi lado, le ofrecí mi móvil donde estaban las fotos de mis antiguos proyectos.

Él comenzó a verlos uno por uno y sentía cada vez más nervios al ver sus gestos. No sabía si era algo bueno o malo, pero si fuera algo malo, ¿Ya me lo habría dicho, verdad? Alejé esos pensamientos negativos de mi cabeza y me dediqué a verlo a él nada más.

No me consideraba la mejor en esto, pero tampoco era la peor. Estaba en un proceso de mejora, y eso era algo bueno. Si no lo era para él, para mí sí lo era. Poco a poco iba perfeccionando mi técnica y mis proyectos eran el puro reflejo de ello.

Cuando me devolvió el móvil, se quedó callado unos segundos antes de hablar, o mejor dicho, balbucear palabras extrañas.

-Esto es... No tengo palabras para decir lo que me han causado -habló, antes de sonreír de lado-. Realmente eres una gran artista y me sentiría honrado de contar con tus obras en mi galería y, claramente, que formes parte de ella.

¿Acaso estaba sucediendo? ¿Era un sueño? ¡Por fin! Después de tanto tiempo, sentía que todo comenzaba a marchar bien. Era como si un pedacito de cielo aún estuviera a mí favor. No. Todo el cielo estaba a mí favor, pero debía pasar por estas pruebas antes de recibir una gran bendición. Aunque mi hijo ya formaba parte de esa bendición.

-¿Es un trato, entonces? -Me atreví a preguntar, con un dejé de felicidad en mi voz.

-Supongo que lo es, claro, sí tú aceptas -¿Qué si aceptaba? ¡Claramente sí! Pero no podía dejarme llevar por la emoción, ni siquiera me había hablado sobre los puntos del contrato ni nada por el estilo.

Babosa no era.

Oh al menos eso creía.

-Bueno, creo que primero deberíamos hablar sobre el contrato, la paga... Todo lo relacionado a eso. No quiero sonar... Ambiciosa, pero no pretendo exponer mis cuadros por una miseria, sí soy franca -alcé mi ceja derecha y él se hecho a reír, como si le hubiese contado un gran chiste.

-Claro que sí, lo que podríamos hacer es que me pases tu correo y, cuando tenga listo el contrato, te lo mando y lo analizas con calma- suspiré-. Sí no estás de acuerdo con algo, puedes decírmelo y buscaremos un acuerdo que sea el mejor para ambos. Tampoco acostumbro a pagar cantidades enormes cuando apenas son principiantes, por lo general veo que tal les va y es cuando me decido en sí hacer una segunda colección con ellos o no. Pero estoy seguro que contigo no será necesario, así que me arriesgaré.

Pasión Árabe #1 [Completa]Where stories live. Discover now