Si fuera sincera conmigo misma

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El calor en el cuarto iba aumentando con cada beso, con cada caricia que ella me daba.

Y aún seguía sin saber como habíamos llegado a esa situación, faltas de ropa y ansiosas por arrancar las últimas prendas que le quedaban a la otra.

Todo había sido "normal" entre ellas hasta ese momento, o eso le había parecido a ella.

Pero cuando la chica pelinegra, con ojos azules que hacían querer mirarlos por horas, había llamado a su puerta, ella supo que algo no iba del todo bien, sobretodo cuando no dijo nada y simplemente se quedó allí, parada, observándola nerviosa mientras jugaba con sus manos.

Y de pronto pareció tener un arranque de valentía, ya que se lanzó a sus labios, besándola con algo de miedo mientras acunaba su rostro entre sus manos.

Si era sincera con ella misma, en realidad sabía cómo habian llegado hasta ese punto, ya que ella le había seguido el beso y, con torpes pasos, la había guiado hasta su cuarto, empujándola contra la puerta, ya cerrada, para pegarse a ella lo máximo posible.

Quitándose las playeras para poder quitarse los pantalones.

Arrancándole la camisa a la chica la cual era dueña de aquel mar atrapado en dos esferas que veía por la noche al cerrar los ojos.

Dejando que ella cojiera el mando de la situación, para cojerla de los muslos y hacer que le rodeará la cintura con las piernas.

Permitiéndole besar todo lo que quisiera, allí donde nadie antes la había tocado, y mucho menos besando.

Si volvía a ser sincera con ella misma, sabía que nada era una mera diversión o un intento de descubrir nuevos horizontes.

Si era sincera con ella misma, en realidad había estado reprimiendo sentimientos tras sentimientos relacionados con la chica que le estaba arrancando suspiros y jadeos.

Si era sincera con ella misma, en realidad había estado soñando con ese momento desde el primer momento en que esos azules ojos había hecho contacto con los suyos.

~mrs. buby~

Historias para no dormirWhere stories live. Discover now