La caída mas dolorosa

7 0 0
                                    

Nunca te seré infiel, pues nunca fui tuya.

Y nunca me serás infiel, pues nunca fuiste mía.
Porque ese es el problema,
te quiero como no debería hacerlo,
porque suelo tomarme tus bromas enserio y no como lo que son, bromas.
Porque destacas como un gris entre muchos blancos,
débilmente, pero diferente de todas formas.
Porque con una par de conversaciones te ganas el cariño de la gente sin quererlo,
o si
no lo sé.
Porque con una sola de aquellas miradas que me lanzas a veces,
o con una de tus sonrisas,
haces que en mi interior se desate eso que muchos llaman mariposas,
pero que yo siento como bandadas de pájaros al vuelo.
Porque espero con ansias uno de tus mensajes,
y no veo el momento de oír tu voz a través del altavoz,
sintiéndome ligera al poder sonreír como una boba al escucharte,
e imaginar cada uno de los gestos que haces mientras me explicas cosas sin importancia,
cómo debes estarte mordiendo las uñas hasta la raíz sin poder evitarlo,
cómo te estiras de lado en el sofá y cierras los ojos mientras me explicas algo que a pasado en la serie que te estás viendo,
cómo chasqueas los dedos cuando no te acuerdas de algo,
y el entusiasmo que le pones cuando lo recuerdas.
Es por todas esas cosas que se que desearía que no fueras mi amiga,
sino que fueras mía.
Y quizás debería haber parado esto antes de que fuera a más,
porque miento si te digo que no me di cuenta de las señales que me decían que me estaba enamorando,
porque también miento si te digo que intente apartar esa idea y que vi la realidad cuando era demasiado tarde.
Porque si, disfrute cada momento en el que echaste al vuelo a todos esos pájaros en mi interior,
porque disfrute observándote, y memorizando sin esfuerzo todos tus gestos,
porque disfrute cada una de las etapas de mi enamoramiento por ti,
y todas esas noches en los que iba a tu casa y me dormía horas más tarde que tú, tras observarte sin descanso.
Porque me enamoré de ti como si durmiera,
primero lento,
y luego tan rápido, que no me di cuenta de que caía,
en una caída interminable en la que me daba cuenta que mis fantasías solo serian eso,
fantasías.
Una caída en la que me daba cuenta que nunca podría serte infiel, no solo porque te quiero,
sino porque nunca seré tuya,
y tú nunca me podrás ser infiel, no solo porque no serías capaz de hacer tal cosa,
sino porque nunca serás mía.
Al menos no como a mí me gustaría,
y ese es el problema,
que te quiero como no debería hacerlo.

~mrs. buby~

Historias para no dormirWhere stories live. Discover now