Juegos de manos

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Tony tomaba su café cuando le vio venir por el pasillo. Su mirada se mostró interesada, no solo cuando notó no solo de quién se trataba, también cuando se dió cuenta que llevaba los pantalones del uniforme, aquellos que le quedaban tan ajustados y le marcaban ese glorioso trasero que se cargaba.

Dios bendiga a América, por tal perfección.

Tony dió el saludo de los buenos días y espero, como era costumbre, el momento en el que Steve se girará y le diera el chance de tomar su oportunidad y gozar de los resultados.

Cuando el rubio se agachó para obtener el zumo de naranja de la parte baja de la nevera, Tony se levantó rápidamente y poniendo su mano en posición, nalgueó con fuerza la expuesta, prominente y tonificada zona.

—¡Tony!— exclamó el rubio en un chillido sorprendido, sonrojándose hasta la nuca y girandose para mirarlo fijamente.

—para reforzar la amistad. No puedes culparme. Tienes uno de los mejores culos que ha visto, parece de reinado— respondió con diversión y en tono coqueto, mientras levantaba sus manos y lo miraba con inocencia.

El rubio simplemente bufo y rodó los ojos, antes de regresar a su tarea anterior.

El castaño simplemente aprovecho la oportunidad para disfrutar de las vistas. Nadie podía culparlo, el trasero de Steve y Steve eran irresistibles.

Steve era lo que cualquier persona, hombre o mujer, quisiera tener a su lado. Estaría ciego y loco, si no se hubiese enamorado de él tan perdidamente, de la forma en qué ya lo estaba. Y su trasero era respingado, suavecito, firme, apetecible y provocativo, y él aprovechaba absolutamente cada oportunidad que tenía de nalguearlo, para así poder tocarlo.

Tony solo lo había nalgueado, pero, si su toque ocasional (más frecuente a medida que su afición a esta zona del cuerpo del rubio se hacía más grande) era tocar un pedazo del cielo, seguramente agarrarlo a manos llenas sería la gloria.

Ese trasero ocupaba la mayoría de sus fantasías sexuales adolescentes y hacerse dueño de él, la fantasía de toda su vida.

¡Joder! Si ese trasero y Steven Rogers eran la causa de su bisexualidad.

Dando un suspiro frustrado, regreso a su silla. Si esto era lo único que iba a tener, él iba a tomarlo todo.

Las fantasías de tener a Steve y a ese trasero solo eran parte de sus sueños.

********

Otra mañana y otra vez Steve con uno de esos pantalones que no le dejaban trabajo a la imaginación, y lo dejaban sin aliento y con problemas entre sus pantalones.

Tony, caminado hacia el rubio, que se encontraba tomando algo de fruta fresca de la nevera, decidió que está vez no lo nalguearía para asustarlo, sino para saludarlo, por lo que trataría de hacerlo más suave.

Rápidamente, dejo caer una suave palmada, que sacó un jadeo del rubio, que rápidamente se apuró a decir.

—mas duro, Tony— pidió en un murmullo, completamente enrojecido de vergüenza por la admisión.

¿Había escuchado bien? ¿Estaba soñando? O era una broma.

—¿¡Qué!?— preguntó confundido, retrayendo su mano y resguardandola con la otra en su frente.

—que lo hagas más fuerte— respondió tímidamente, saliendo de la nevera y girandose hacía el castaño, sin atreverse a mirarlo a los ojos

—¿más fuerte el qué?— preguntó aún incrédulo, creyendo que estaba en otra de esas fantasías donde Steve le dejaba tocarle y correspondía a los sentimientos que tenía por él.

—nalguearme. Nalgueame más fuerte Tony... Yo... Me gusta cómo se siente— respondió en un murmullo con honestidad y completamente sonrojado, mirando tímidamente al castaño, con sinceridad, algo de temor y una chispa en su mirada que calentó e hizo latir con fuerza el corazón del castaño. —pero me gusta que solo lo hagas tú— agregó rápidamente.

—me gustaría hacer más que nalguearte, Rogers. Me gustaría poder besarte y me gustaría tenerte. No solo físicamente, también de acá y acá— dijo señalando su corazón y luego su cabeza. —¿Estas de acuerdo con eso o tengo que buscar otras alternativas?— preguntó con seriedad.

—acepto, pero solo si obtengo lo mismo de tu parte— respondió con más confianza, regalandole una pequeña sonrisa al castaño.

—tienes un trato. Y como todo buen trato, vamos a cerralo— murmuró seductoramente el castaño, rompiendo la distancia y tomando de la cintura al rubio, para atraerlo a sus labios y darle un beso, sellando así el comienzo de su relación.

El castaño, aprovecho la oportunidad para bajar sus manos al redondo y abultado trasero, y darle un firme apretón, sacándole un jadeo sorprendido al rubio.

—¡Tony!— gimió jadeante.

—tenia que hacerlo. No me iba a quedar con las ganas— respondió cínicamente, besándolo de nuevo.

*********

Bonus:

—buenos días a todos— saludó el castaño, antes de dirigirse hacia su rubia pareja, que se encontraba preparando el desayuno y al escuchar su voz, saco un poco su trasero.

—buenos días, cariño— saludó al rubio, después de darle una fuerte nalgada en el trasero.

—¡No frente a los niños!— gritó Clint, cubriendo los ojos de Bruce y Thor.

—buenos días, Tony— saludó el rubio, girandose y dándole una sonrisa secreta a Tony, para luego besarlo, ignorando a sus compañeros de equipo.

Se la pasaría genial después del desayuno.

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Hasta aquí...

Espero que les haya gustado ❤️

Mas StonyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant