{24}

6.7K 905 193
                                    

Desde aquella noche no había podido quitar a Jisung de sus pensamientos.

¿Qué era lo qué lo estaba atormentando?  ¿Por qué su mejor amigo no tenía otro remedio que llorar en silencio a mitad de la noche?

Cuando creyó que por fin había restaurado los daños que ocasionó al alejarse de sus amigos se sintió mejor consigo mismo, después de todo no los había descuidado tanto como supuso. Pero desde aquella pijamada donde escuchó a Jisung llorar sin saber el motivo simplemente no podía sentirse como el peor amigo de todos.

Vivía literalmente con él y no era capaz de darse cuenta de lo que pasaba con Jisung. Fue cosa de suerte que tenga como costumbre fingir estar dormido para poder hacerlo, ya que sino fuera el caso no hubiera podido descubrir al menor llorando y simplemente no podía olvidarlo.

¿Cómo olvidar que aquel chico que iluminaba a todos con esa radiante sonrisa estaba llorando a solas? ¿Como no recordar sentir su corazón haciéndose pedazos cuando quiso consolarlo pero solo podía fingir dormir plácidamente? ¿Cómo sacar de su mente cuando se enteró qué la persona más alegre y divertida qué conocía estaba sufriendo a escondidas?

Y no saber el por qué solamente lo llevaba a sentirse inútil, y mucho más cuando no pudo defenderlo de aquella pelea.

A partir de ese día, Lee Minho había estado completamente pendiente de Jisung. Quedarse despierto hasta que se durmiera, hartar a Felix preguntándole como había estado en clase, hasta llegar a los límites de cargarlo para llevarlo hacía cualquier lugar, recibiendo quejas por parte del menor ya que su esguince estaba en su mano derecha debido a aquella pelea.

Sabía que era muy extraño, pero eso no le importaba, prefería ser mal visto a que ver lágrimas nuevamente en los ojos de Han.

—¿No crees qué lleva mucho tiempo así? —preguntó Chan a Jeongin, quienes estaban observando como Minho tenía la mirada perdida hacia el peluche de Changbin.

—Yo me encargo.

Yang se acercó hacía el pelinegro y se sentó en uno de los bordes del sillón de donde estaba.

—Si quieres a Gyu, pregúntale a Changbin hyung. —le habló mientras Chan llevaba una mano a su frente.

—¡No te atrevas a tocarlo! —oyeron la voz de Seo en el baño de a lado.

—Llevas como diez minutos allí. ¿Qué haces? —gritó Chan para que el dueño de la casa lo pudiera oír.

—¡No malpienses! Estoy intentando alcanzar mi regalo para Jisung.

Chan abrió la puerta de aquel baño y notar como su amigo estaba estirando inútilmente su brazo para alcanzar un paquete de color azul.

—¿No tienes una silla o algo? —preguntó al darse cuenta que él tampoco tenía la altura apta para llegar hacía tan alto.

—Es por esto que siempre necesitamos a un Hyunjin. —comentó Jeongin acercándose hacía sus hyungs. —Para su suerte he crecido.

—Muy chistoso. —dijo sarcásticamente.

En cuestión de segundos Yang se puso entre Bin y Chan, para luego empinarse y tomar aquel paquete con ayuda de sus dedos, el cual dejó en manos del pelinegro.

—¿Acaba de pasar lo que yo creo que acaba de pasar?

—Síp. —un Minho luego de salir de su trance se acercó. —Jeongin es más alto que tú.

Chan llevó su mano a su pecho fingiendo dolor exageradamente, para luego apoyar su espalda contra la pared y deslizarse por esta hasta llegar al piso, acto que hizo reír al menor de los cuatro.

No me gusta, hyung || HyunminWhere stories live. Discover now