Sin decirme adiós...

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Sin decirme adiós...

La ventana de sus ojos estaba cerrada

toque su piel, pero no había nadie dentro

entonces supe que el invierno se había ido

la nieve blanca, el cielo virgen, el rumor del viento

todo eso que dibujaba una sonrisa en mi alma

se había marchado, ya no era yo, ya no estaba allí...

Y todos retornaron menos tú,

y volvió la soledad de estar con todos, menos conmigo

y te espere allí en esa sala de espera que tenía por nombre vida,

¿pero que es la vida cuando la parte blanca de tu alma se ha marchado?

y allí estaba yo haciéndole compañía al silencio,

café tras café fui perdiendo la noción de sentir

tus caricias cual viento helado que penetraba mi espíritu

y que transformaba todo en una blanca canción que despertaba mi corazón.


Amaneceres tras amaneceres caminando sobre concreto

bajando la vista, corriendo con dirección a la monotonía

una y otra vez repitiendo el mismo guion programado

sin ganas de ver el cielo rojizo de un verano marchito

donde todos gritan, bailan y ríen, todos... menos yo,

todos menos tú, y ya no importa el día, la hora ni el lugar

nada tiene sentido si no siento tus manos acariciando las mías

todo sale sobrando porque me quede afuera de mi mundo

y la ventana de sus ojos están cerradas

y toco su piel, pero no hay nadie dentro

y veo resplandecer sus hojas, pero su raíz está seca,

y veo caer gotas de lluvia amarga sobre su cielo lucido,

y es allí cuando la vida te rompe

y siento estar en medio de la nada

porque aquí están todos... todos menos yo

porque la ventana de los ojos de mi mundo está cerrada

y toque su piel, pero no había nadie dentro

entonces supe que el aliento de mi dulce inverno había muerto,

así, simplemente así, sin decirme adiós...

así simplemente así, como los fragmentos del alma que se vuelven polvo.

By: HectorXp

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Aquí dentro sigue siendo otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora