Capitulo 10

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Una sensación cálida y húmeda rodeaba a Yoongi, la relajante certeza de flotar lo hizo ronronear, era un gatito con gusto por el agua, raro pero cierto. Tenía mucho tiempo de no tener sueños bonitos y este era uno de los mejores, o en eso se convirtió cuando sintió que sus muslos eran abiertos y una lengua rasposa recorría de arriba abajo sus testículos. El sueño iba divino hasta que unos colmillos mordieron la parte más tierna de su muslo, haciéndolo saltar dentro de su propia piel.

 — ¡Qué demonios! — grito Yoongi cuando logro sacar su cabeza del agua, estaba seguro de haber tragado un litro entero del líquido. Abriendo los ojos se encontró a sí mismo justo en medio de un enorme jacuzzi, al menos dos docenas de velas iluminaban todo el rededor y unas enormes manos lo sostenían por la cintura, impidiéndole hundirse otra vez. 

— ¿Despierto? — sintió la tibieza del aliento de su pareja en el lóbulo de su oreja, causándole escalofríos. 

Yoongi respiro profundo al darse cuenta que una de las manos del alfa había bajado hasta apretar sus testículos, como si tratara de calcular cuánto pesaban sus tensas bolas — .¿Dónde estoy? — casi se felicito porque dos de sus neuronas lograron confeccionar aquella pregunta. La otra mano del alfa recorría su falo con una lentitud diabólica.

 La risa ronca del alfa hizo que el pobre pene del chico temblara soltado un pequeño chorrito de líquido preseminal, se iba a venir si ese desgraciado seguía jugando a ese malicioso juego — . Te he traído a mi guarida — cada palabra de Taehyung estaba cargada con una abundante ración de erotismo — es hora de que conozcas hasta donde te pueden llevar las caricias de un hombre.

Las rodillas de Yoongi se doblaron, sintiendo la fuerza de su compañero recostó la cabeza al pecho que le prestaba apoyo, un pene duro como vara de hierro estaba ajustada en entre los globos de su trasero — ¿Es hora? — pregunto Yoongi sintiendo como un anhelo calentaba su sangre. 

La oscuridad total les envolvía, la danzarina luz de las velas evocaba a otro mundo, uno donde solo existían los amantes que se consumían por el deseo. La lengua de Taehyung comenzó a probar todo el esbelto cuello del cachorro — Aún la luna no está en lo alto del cielo — susurro el tigre mientras sus manos masturbaban el sexo — pero voy a iniciarte de a poco, cuando sea la hora... estarás listo para mí. 

Yoongi era solo un manojo de nervios sobre excitados, su sexo estaba a dos pasadas de explotar, su culo era tentado por un pene duro mientras el agua acariciaba cada centímetro de piel, un ronroneo escapo de su pecho. 

— Ya no puedo — gimió el felino más joven — ¡Duele! 

— Déjate ir, amor — aconsejo el hombre más alto — muéstrame cuanto me deseas. Un dedo grueso penetro lentamente en la intimidad de Yoongi, el joven gatito trato de apartarse, pero la voz de Taehyung lo calmo de inmediato — Eres joven, estas muy cerrado por aquí... Tengo que asegurarme de que llegado el momento no te haré daño.

 Para el joven gatito todo era nuevo, las manos que le acariciaban, el dolor en su pene desesperado por aliviarse de la enorme carga de semen, el vacio de su culo que estaba desesperado porque la enormidad del tigre entrara en el. Su madurez sexual no sería plena hasta que la luna estuviera en lo alto del cielo. 

Taehyung respiro profundo, el aroma de su gatito era almizclado, con notas dulces, era como llegar a casa, sentía que estaba a un segundo de doblar al gatito y violarlo sin tanto trámite. El alfa estaba seguro de que si algún amante joven se hubiera topado con toda esa inocente sensualidad no habría sabido cómo administrarla, suerte que él era un tigre con experiencia. 

Mientras las manos no se detenían en su juego erótico, la boca de Taehyung devoro la de Yoongi. Los gritos del joven gato montés eran desesperados, el cabello rubio corto revuelto, los labios hinchados de tanto beso. El alfa se mantuvo en control, con un brazo alrededor de la fina cintura, retuvo a su amante sobre sus pies mientras con la otra mano masturbaba el pene erecto. Un chillido felino escapo del más joven. Doblando la espalda se vino tan fuerte que vio estrellas tras sus parpados cerrados. 

Cuando el tigre probó a su gato ❦ TaegiWo Geschichten leben. Entdecke jetzt