2008

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Londres, 2008

Las noticias anunciaban que sería el día más frío del invierno. Mientras la fría brisa azotaba la ventana  cerrada de su cálida biblioteca, Naruto levantó la cabeza y observó como la tormenta de nieve se hacía cada vez más espesa.

Volvió su rostro al escritorio y observó la carta que le había enviado su madre donde le pedía que por favor volviera a Konoha para la celebración del compromiso de su hermano.

Konoha...

La ciudad que le había arrebatado tanto. Primero su padre en aquel trágico accidente de avión, luego a su abuela, la única que fue capaz de entenderlo totalmente. Después perdió a su madre cuando decidió casarse con su tío y por último a la única mujer a la que había amado.

Recordar aquellos sucesos era dolido y tener que regresar allí, donde solo quedaba telarañas de su doloroso pasado. ¿Por que debería regresar? Donde se encontraba lo tenía todo. Una empresa próspera con la que habían logrado salir  adelante, y la cual se había dedicado completamente. Además, disfrutaba de vez en cuando de una que otra compañera de cama, aunque no era muy frecuente. A pesar de que habían pasado mas de quince  años, el recuerdo de Hinata lo perseguía como un fantasma.

Había intentado olvidarla. Pero aquellas duras palabras no dejaban de hacer eco en cu mente.

"Eres tan poca cosa"...

Que mucho le gustaría ir a Konoha y restregarle en su cara su éxito. Decirle que sus palabras fueron el impulso que necesitaba para salir a adelante. Pero a pesar de todo ese resentimiento y dolor, en el fondo también deseaba poder verla otra vez. Saber que ha sido de ella, si se había casado o tenido hijos, si había formado una familia.

¡No!

Sacudió su cabeza en rotunda negación. No había nada que descubrir. Ella era parte de su desdicha, de su pasado. Un pasado al que no quería mirar nunca más.

Aún así tomó su teléfono y marcó.

Necesito que prepares el jet, vamos hacer un viaje.

Si señor.

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Konoha Place 2008

El fuerte pero caluroso abrazo de su madre fue como una terapia para su alma. Jamás imagino lo mucho que le había extrañado. La observó unos instantes, seguía igual de elegante y hermosa, solo que con una que otra cana y la cara cansada. Se le llenaron los ojos de lágrimas así que parpadeo algunas veces para dispersarlas.

–Mira lo apuesto que estás. Ya no eres el adolescente que se marchó a sus dieciocho años.

–¿Como has estado mamá?

–Triste. Un hijo que se marcha y solo me escribe cartas, ¿que te has creído?

Naruto sonrió al ver la cara de regaño de su madre. La había extrañado mucho.

–Ya mamá, como puedes ver estoy perfectamente. Mejor llévame con el sin vergüenza de mi hermano.

–¡Naruto! – le reprendió su madre.

El sonrió y volvió abrazarla.

–Te extrañe– le susurro su madre.

–Y yo a ti.

–¡Vaya vaya! Pero si el hijo pródigo regresa a su casa.

Naruto observó como su hermano se acerca a él.

La Mujer de Mi Hermano -NH-Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora