Una Pesadilla

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Por alguna razón comenzó a sentirse intranquila a medida que pasaba la noche, su esposo no había vuelto a la mesa y no lo veía por ninguna parte. Así que se puso de pie y comenzó a buscarlo por todo el salón y no lo encontró. Decidió buscarlo a fuera pero cuando estaba aproximándose a la puerta Naruto la detuvo.

–¿Te vas?

–Estoy buscando a Menma, ¿lo has visto?

–No. solo te he mirado a ti toda la noche.

El corazón de Hinata comenzó a latir con tanta fuerza que pensó que se podría escuchar.

–Naruto yo...

–Ahí estas esposa mia.

Menma comenzó a caminar hacia ella. Se le notaba que estaba muy borracho, pero aún así seguía siendo tan apuesto como su hermano.

–Te buscaba,¿donde estabas?

– Solo fui al baño– Menma se acercó a Hinata y la rodeó por las caderas.– Vámonos  a nuestro cuarto, no puedo esperar para tenerte bajo mi cuerpo.

–¡Menma! La gente te puede escuchar.

–¿Te preocupa la gente, o Naruto?

Entonces Naruto recurrió a su auto control  para no romperle la cara a su hermano. En ese momento se dio cuenta que Menma lo sabía todo.

–Menma las cosas no son lo que parecen. Vamos a la biblioteca y hablemos.

–¿Hablar? ¿Que me quieres explicar? ¿De porque te cogiste a mi prometida a mis espaldas?

Entonces Naruto lo tomó del brazo y lo sacó del salón para no llamar la atención. Lo arrastró hasta el jardín y luego lo golpeó.

–Escúchame bien, Hinata era mia, yo la amé primero, pero para mi desgracia te eligió a ti, así que respétala.

Hinata se llevó las manos a su boca conteniendo las lágrimas. Ella también lo había amado tanto. Entonces en aquel momento su venganza comenzó a parecerle absurda. Naruto y Menma no habían tenido la culpa de los errores de su padre. Ellos eran las víctimas, al igual
que ella, de un odio que no les pertenecía. Pero para su desgracia ya era tarde. Ahora era la señora Uzumaki pero no del que ella quería.

–Así que esa es la verdad– respondió Menma mientras se limpia la sangre del labio.

–Menma– lo llamó Hinata.

–Dime Hinata, ¿por que estas conmigo? ¿Fue porque me parezco a él?– Menma comenzó a acercarse más a Hianta.

Hinata quería decirle que estaba equivocado, que ella lo había escogido por mera venganza, pero temía a que Naruto la odiara aún más.

–Olvida esto, por favor vámonos.

–No, yo también quiero saber el
Por que...– dijo Naruto mientras se daba la vuelta y la miraba a los ojos.

Para Hinata fue demasiado. Sentía aquellos ojos azules que tanto amaba mirándola con aquella expresión de amargura, y por otro lado otro par de ojos azules mirándola con despareció. Ignorando la pregunta comenzó a retroceder unos pasos hasta que se dio la vuelta y comenzó a correr hacia dentro.

Naruto se acercó a su hermano y lo
Fulminó con la mirada.

–No se te ocurra hacerla daño Menma.

–Es mi Esposa, haré lo que me dé la gana con ella.

Entonces comenzó a caminar tras ella.

Naruto se quedó allí en el jardín e pie procesando aquella amenaza. Sonrió con amargura al darse cuenta de que todo parecía una horrible pesadilla de la que no despertaría nunca. Quizás debía olvidarse de Hinata para siempre. Se le haría más fácil si se marchaba mañana mismo de aquel lugar.

         ~~~~~~~~~~*~~~~~~~~~~~

Seis meses después...

Aún estaba devastado. Lo que parecía haber sido una simple pesadilla ahora era una realidad. La mujer de su sueños se le había escapado. Y aunque el no albergaba ninguna esperanza, quería besarla por última vez.

El toque de a puerta de lo trajo de vuelta. A la realidad.

–Señor, he traído la correspondencia– entró la ama de llaves. Arrugó la nariz al notar las condiciones desfavorables de la biblioteca.

Había botellas de alcohol en todos lados, muy poca luz entraba entre las cortinas de las ventanas. Y la imagen de su jefe le destrozó el corazón.

Ahí estaba sentado, con la ropa desaliñada y los ojos enrojecidos de tanto llorar.

–Déjalas por allá, las leeré después.

–Si señor, pero además de su madre y el contador le ha escrito otra persona.

Entonces la expresión de Naruto se iluminó al pensar que quizás había sido Hinata. Tomo las cartas y le pidió a la ama de llaves que se marchara.

Una vez más abría la carta que había recibido de Konoha.

Naruto;
  
Te parecerá extraño que te escriba, pero no se a quien más recurrir.

No he visto a Hinata desde un mes después de la boda, y eso me preocupa. Se que no es de tu incumbencia pero necesito tu ayuda.

Lo último que escuché es que quizás vendrían para las navidades, por favor ven a Konoha y ayúdame a saber que pasa.

             Sakura.

Naruto golpeó la mesa con tanta fuerza que casi la rompió.

¡Maldita aquella mujer!

Por que no lograba sacarla de su mente. Por que no simplemente ignoraría esa carta y seguía con su vida.

Sonrió al darse cuenta de que su vida, esos últimos meses, había sido una mierda. Había tenido que recurrir a tantas mujeres para arrancarse el deseo de tenerla de su piel. Pero no lo había conseguido.

¿A quien quería engañar?

Estaba loco por correr a Konoha y verla una vez más. Esta vez le valdría una mierda que su hermano era su esposo. Esta vez la secuestraría y la haría suya, aunque fuera solo por una noche.

Sacudió su cabeza dispersando esos pensamientos. ¿Que mierdas le pasaba? Tenía que recurrir a su conciencia y olvidarse de aquello. Hinata ahora era la mujer de su hermano. Estaba prohibida para el.

¿Pero por que no podía simplemente continuar con su vida y olvidarla?

Se puso la mano por su cabello y grito de frustración. Se sentía tan hueco, tan vacío. Como si una pieza del rompecabezas de faltara. Así había sido toda su vida. Quizás el también debería sentar cabeza y casarse, formar una familia, quizás con el
Tiempo eso podría ayudarle a olvidar.

Pensó en Shion, su actual novia. Quizás era hora de proponerle matrimonio y cerrar las oscuras puertas del pasado.

Si, eso haría...

Tomó su teléfono y el marco.

–¿si cariño?

–prepara tu maleta, iremos a pasar  las navidades con mi familia.






Continuará...

La Mujer de Mi Hermano -NH-Where stories live. Discover now