Capítulo XIX: ‹ Simplemente Precioso ›

176 33 4
                                    


~ ♥ ~
«Eras tú, mi dulce ilusión. Era yo, un hombre de latón. Sin pensar, me diste un corazón. Sin hablar, te regalé mi voz.»
| PXNDA• ♪ •Hombre de lata |
~ ♥ ~

»| PXNDA• ♪ •Hombre de lata |~ ♥ ~

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No sabía que se supone estaba mal.

Llevaba aproximadamente 30 minutos cuestionándoselo, y no daba con la posible respuesta.

Sabía que Izuku estaba portándose de manera rara desde que le había contado del supuesto chico fantasía que había descubierto, pero no creía que fuera para tanto.

Desde que lo había conocido —poco después de reanudar la Preparatoria,— sabía que el peliverde tenía costumbres muy repetitivas.

Llevaba mucho tiempo amando al mismo hombre, por lo general solía hacer las mismas cosas —leer cómics, practicar danza artística, estudiar hasta el cansancio,— y siempre era cálido y amable con todos a su alrededor.

Lo que lo hacía tan especial, era la sonrisa que nunca le negaba a nadie, y por la que hasta el más frío podía deshacerse.

Era típico del él, era la esencia de Izuku Midoriya.

Sin embargo, desde el denominado "Segundo Impacto", el chico se había vuelto distante, y parecía siempre estar nervioso.

Le había dedicado muchas horas a la soledad de su hogar, y Ochaco no entendía la razón.

Al principio lo adjudicó a que Katsuki se había mudado temporalmente a otra casa —las malas lenguas decían que vivía con otro chico, pero nadie podía fundamentar nada,— pero pronto descubrió las fotos que el peliverde traía siempre consigo.

Ochaco en su momento no dijo nada.

Estaba lo suficientemente ocupada con su propio cuadro, para siquiera poder pensar con claridad.

Pero ahora, sabía que todo se había salido de control.

Los jueces llevaban ya bastante rato reprimiendo al ojiverde, que no despegaba la vista del piso, y asentía demasiado fuerte a lo que sea que le estuvieran diciendo.

Yagui estaba un poco más atrás, platicando con el misterioso Shōto.

Ahora entendía el estado en que su amigo había caído.

El chico era simplemente precioso, tanto, que rozaba obsenamente en lo ridículo.

Cabellos divididos de manera equitativa en colores exóticos —rojos y albinos,— mirada heterocromática que daba destellos grises y azules, piel con tonos fríos y un rostro delicado pero firme.

Podía haber compensando todos esos detalles con una estatura baja, o con un físico poco llamativo, pero al parecer debajo de ése uniforme, se encontraba un chico en forma, con quizá unos 1.90 de altura.

Efímero Reflejo | Tododeku |Where stories live. Discover now