Capítulo 4 | Hannah

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-Hannah-

No puedo dejar de temblar. Todas mis entrañas se revuelven sólo de pensar en la mirada que Logan Lerman acaba de dirigirme. Mi corazón ruge con furia contra mis costillas y apenas puedo respirar. Las lágrimas inundan mis ojos y mi mandíbula se aprieta mientras me doy cuenta de qué es lo que acaba de pasar.

“¡Estúpida, estúpida, mil veces estúpida!” grita una voz dentro de mi cabeza.

No debí haber venido. Creí que Steph quería arreglar las cosas conmigo. Creí que ese era el motivo de su mensaje. Creí que realmente iba a darme la oportunidad de hablar. Lo único que hizo fue traerme hasta aquí para restregarme en la cara que a Logan le importo un poco menos que kilo y medio de mierda.

Inhalo profundamente, y reprimo el impulso que tengo de salir corriendo. Logan está ahí afuera; pero definitivamente, no quiero volver a topármelo de frente.

Me encamino hasta el baño y me encierro en uno de los cubículos. Respiro profundo para intentar tranquilizarme. No es, para nada, el chico que solía ser cuando me fui.

No es el chico de caparazón duro y corazón dulce. Todo dentro de él es oscuro y desconocido. Se ha convertido en todo lo que él mismo odiaba, y no puedo evitar sentirme culpable. Sé que él hizo sus elecciones, pero una parte de mí se pregunta si yo tuve algo que ver con ellas.

Nunca lo había visto pelear de esa manera. Era aterrador y fascinante; todo al mismo tiempo. Miraba a su contrincante como si fuese poco menos que basura y lo golpeó más fuerte de lo que nunca lo vi golpear.

Lo peor no fue verlo pelear, o verlo beber; ni siquiera fue ver la tinta de un tatuaje sobresaliendo por la parte trasera del cuello de su camisa; tampoco fue verlo besar a otra chica… Lo peor de volver a ver a Logan Lerman, fue su forma de mirarme. Hay algo oscuro y siniestro en sus ojos. Algo que no estaba ahí antes. Me erizó todos y cada uno de los vellos del cuerpo, y no de la forma en la que solía hacerlo.

Sus palabras, calaron en lo más profundo de mí ser. Dijo que no me conocía. Dijo que nunca me había visto en su vida y que ni siquiera era su tipo de chica.

“Hijo de puta”

Le di todo de mí; le regalé todo el amor que tenía para dar, le di mi alma entera… le di mi virginidad.

Las lágrimas queman en mis ojos y el nudo en la garganta está tan apretado, que apenas puedo respirar.

“No llores, no llores, no llores, no llores…”

Aprieto la mandíbula y me obligo a acompasar mi respiración. No sé cuánto tiempo pasa, pero el nudo de mi garganta se ha deshecho. No confío en mí misma ahora mismo, así que salgo del cubículo. Tengo la esperanza de que Logan esté lo suficientemente lejos como para no poder topármelo de frente.

Tomo mi teléfono y tecleo:

“Ya entendí”

Lo envío al número de Steph. Ella me envió un mensaje de texto hace unas horas. Ella me pidió que la encontrara en éste lugar, y asumí que iba a darme la oportunidad de disculparme. Jamás imaginé que esto sería una venganza. Una especie de trato retorcido entre ella y Logan para hacerme ver que todo esto pasó en mi ausencia.

Me niego a creer que Steph es capaz de hacer algo así, pero sus acciones no me dejan pensar lo contrario. ¿Qué pretendía al enviarme ese mensaje?... ahora me queda claro que no quería hablar conmigo.

Save Me | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora