Capítulo 37 | Logan

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A Valeria Castellanos, que hizo el hermoso video adjunto en la biblioteca. ¡Muchas gracias, hermosa!, ¡te quedó increíble!


-Logan-


La habitación del hotel se siente demasiado pequeña. La sensación enfermiza dentro de mi pecho es más intensa ahora que hace unos días, y ni siquiera estoy seguro de a qué se deba.

La ansiedad se apoderó de mi sistema en el momento en el que puse un pie fuera del apartamento que comparto con Hannah, y no me ha dejado tranquilo desde entonces.

Han pasado unas horas desde que llegué a San Francisco. Son casi las once de la noche y no puedo dejar de dar vueltas en la cama. Mi parte racional, me dice que todo esto es debido a la pelea; que estoy demasiado nervioso y que eso es lo que me tiene así; pero hay otra parte de mí, que susurra que se trata de algo más, pero no logro averiguar qué es...


Miro mi teléfono celular por decimoquinta vez en menos de cinco minutos, y tecleo un mensaje para Lindsey. Dijo que vendría a ver la pelea junto con Lucas, así que tengo la esperanza de que ya se encuentren en la ciudad.

Me percato de que la pila está a punto de acabarse, así que salgo de la cama para buscar el cargador dentro de la maleta que traje.

Remuevo la ropa limpia, y siento vibrar el aparato entre mis dedos. El nombre de Lucas brilla en la pantalla, y no puedo evitar sonreír un poco.

— ¿Si? —Respondo al tercer timbrazo. Sigo en la búsqueda del cargador, pero no tengo éxito alguno.

—Estamos en el aeropuerto —la voz de mi hermano llena el auricular—. Nos hospedaremos en el hotel Drisco. ¿Dónde te encuentras tú?

—Me hospedo en el Carlton —digo—. ¿Crees que tengan tiempo de ir a tomar algo ahora mismo?, necesito hablar con alguien o voy a explotar.


Es cierto. Desde que me enteré del embarazo de Hannah, se siente como si pudiera estallar en mil fragmentos. Estoy asustado hasta la mierda. Sé que mi reacción inicial no fue la mejor de todas, pero no pude evitarlo.

La gente cree que el trastorno explosivo-intermitente es algo que puedes controlar. Para el mundo, es más fácil culparte de lo que haces, que tratar de entender lo que es luchar una y otra vez contra tus impulsos.

La sociedad cree que este tipo de trastornos de la personalidad, son provocados por el entorno social en el que nos desenvolvemos quienes los padecemos; pero eso dista mucho de la realidad.

En mi caso, el desorden explosivo-intermitente es provocado por el desequilibro de la serotonina en mi cerebro. La serotonina es una especie de neurotransmisor del sistema nervioso central, que se encarga de inhibir la ira, agresión, humor, sueño... incluso la temperatura corporal. Es por eso que es hereditario... No es algo que pueda ser evitado cuando lo llevas en la genética; cuando tu problema radica en una función que tu cuerpo no es capaz de realizar correctamente.

Es por eso que, en el momento en el que Hannah dijo que estaba embarazada, entré en pánico. Lo último que quiero es traer al mundo a un niño que va a sufrir todo lo que yo sufrí. Me odiaría a mí mismo si le hago algo así a una criatura.


—Hay un bar muy famoso aquí en San Francisco —la voz de Lucas me saca de mi ensimismamiento—, su nombre es The Alembic y está por el centro. ¿Quieres que nos encontremos ahí?

—Si —digo—. No llevaré mi teléfono. Se queda sin batería, así que lo dejaré cargando. Nos vemos allá en media hora.

—De acuerdo —dice Lucas, y escucho la voz de Lindsey lejana en el auricular. Una risa brota de la garganta de mi hermano y añade—: Dice Lindsey que lleves mucho dinero porque va a desfalcarte. Nos vemos en un rato.

Save Me | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora