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Itachi no pudo aguantar seguir viendo esa escena por lo que con un dolor inmenso caminó hacía otro lugar. El desayuno de Deidara fue exquisito para su paladar y sus energías habían subido demasiado, Sasori se había marchado cuando vio a Deidara terminar y es que como un príncipe que tenía la posibilidad de heredar el reino debía trabajar para lograrlo, dejando así a Deidara.

Deidara se levantó de donde se encontraba, miro a lo lejos como la cabellera pelirroja de Sasori se perdía, en su mente solo podía recordar lo cálido que fue estar con el, tal vez.. Solo tal vez podría perdonarlo. Caminó sin rumbo fijo de nuevo doblando de vez en cuando esquinas del Castillo, sin darse cuenta se encontraba enfrente de una puerta muy grande que en toda esta madera estaba grabada con el sello real una abanico.

Su mano se posó en la puerta, gran susto se dió que esta se abrió con facilidad, la curiosidad le invadió por lo que no dudó en entrar. Su rostro giro al rededor de aquella habitación donde en sus paredes se encontraban cuadros antiguos de tal vez, antiguos Reyes con su familia. Siguió observando hasta que su mirada se topó con el cuadro de la familia Uchiha y todos los príncipes del lugar, observó detalladamente cada rostro, algunos ni los conocía aún y a los Reyes tampoco los había visto. Siguió caminando hasta ver un cuadro de un hombre alto que tenía facciones algo parecidas a Itachi pero con el cabello suelto y largo, esta pintura contaba con rasguño. Caminó hasta el Fondo cuando se dio cuenta que había una pintura tirada en esa esquina de la habitación, se acercó tomando aquella pintura y darle vuelta a esta viendo a una familia sonreír feliz, era de un hombre de cabellera rubia al igual que su mujer quien en esa pintura se encontraba embarazada, los ojos azules de la mujer cautivaron a Deidara y esos cabello dorados que se encontraban sumamente largos. Leyó la escritura que se encontraba abajo de esta pintura y su sorpresa fue mayor.

“Familia Iwagakure Reyes de Konoha”

Esto no podía ser, la familia Uchiha eran los Reyes de Konoha, jamás había escuchado de la familia Iwagakure. Estaba tan sorprendido que dejó caer el cuadro que estaba tenía sostenido.

-¿Como diablos llegaste aquí? Este lugar esta prohibido niño, por cierto ¿Quien diablos eres?-esa voz hizo que Deidara mirara a donde provenía.

-y-yo.. N-no sabía-La mira de enojo que le estaba dando el chico no le gustaba en absoluto.

-Espera.. ¿No eres el chico que trajo Sasori?-se acercó a el y lo miro detenidamente-Si lo eres, ahora sal si no quieres terminar muerto en este lugar.

Aquellas palabras asustaron más a Deidara quien muerto del miedo salió huyendo de aquel lugar tanto era su miedo que ni se percató de quien era. Corrió sin rumbo con su corazón agitado sin mirar a donde estaba hacer eso, solo ocasionó que chocara con alguien.

Ah-Suspiro aquella mujer quien estaba delante de Deidara que hace unos momentos estaba de pie-estos sirvientes no son más que estorbos en todo esto..-levantó la vista y lo primero que vió fue el rostro de Deidara quien sus mejillas estaban un tanto rojas- Elizabeth?... -la voz de la mujer sonó como si estuviera sorprendida por lo que estaba viendo. Su cuerpo pálido quedó más pálido al ver a la persona delante de ella.

-Creo que se equivoca, yo soy un chico -Sonrió pero eso solo causó que la mujer se levantara de golpe al ver tal sonrisa, era imposible para ella ver a aquel chico quien estaba delante de ella, todo esto era imposible.

-¿Quien diablos eres?... -lo miro detenidamente-¿Tú no eres de aquí verdad? ¿Quién te dejó entrar?-las dudas de la mujer eran demasiadas-¿Quiénes son tus padres?

-Yo.. -quería decirle que no estaba en ese lugar por su voluntad pero tenía miedo de que le hicieran algo por decirlo.

En eso la mujer recordó que su hijo mayor le había dicho que había encontrado a un chico y se enamoró de el por lo que lo trajo al castillo. Pero, para ella que se pareciera a una persona muerte no le era muy grato.

-Ya se quien eres, Soy Konan Uchiha la reina de Konoha -Sonrió esperando que Deidara hiciera reverencia ante ella y pedir perdón por chocar con ella.

“Reina”

El eco de eso paso miles de veces en la mente de Deidara y es que, los Reyes no eran de su agrado, la miro de nuevo sin decir nada. Eso solo empeoró la circunstancia en la que estaba.

-Que esperas, arrodillate y pide perdón por chocar conmigo -Se estaba cabreando por la forma tan irrespetuosa de tratar a una reina y es que ella era la Reina, debía ser tratada distinto y no como igual a las demás personas.

-Solo le pediré perdón, no soy un perro par obedecer lo que me pide, chocar con usted fue mi culpa y lo siento por ello pero yo, nunca me arrodillare a una persona por que todas somos iguales -Esas palabras enfurecieron a Konan, quien se creía ese plebeyo que era para creerse igual a ella.

-No me contestes, soy tu reina y te ordeno que te arrodilles y pidas perdón por lo que has dicho -Konan sabía que tendría miedo de ella, cuando decía que era la reina y que lo ordenaba todos hacían lo que ella quería. Pero lo que ella no sabía es que es Deidara Uzumaki, su mal carácter lo había aprendido de su madre.

-Lo siento pero no lo haré, además para mi usted no es mi Reina, ni sus hijos, ni su esposo y mucho menos usted -Deidara tenía las ganas de seguir diciéndole a aquella  mujer lo que pensaba pero esos pensamientos fueron apartados cuando su rostro se volteo a un lado por el impacto de la mano de aquella mujer. El dolor de esta invadió su mente y el ardor no se hizo esperar, la mejilla de Deidara se teñia de un color carmín.

-¡¡No me vuelvas a hablar de esa manera!! ¡¿Quién te cree que eres?! -Su tono de voz se elevó así como su mano se levantaba para darle otro golpe a el rubio.

Su palma estaba apuntó de estrellarse en la otra mejilla de Deidara quien tenía ganas de llorar, sentía un gran dolor y la marca ardía. Realmente quería llorar y que alguien lo ayudará en ese momento, quien sea, solo quería que no lo golpeará de nuevo.

-¡¡Maldita sea!! -Estaba impotente por el hecho de que su mano no pudo llegar a el rostro de Deidara ya que alguien la había detenido.

-No le pegues -su voz era de impotencia y enojo por haber tocado a ese ser tan puro.

Deidara al escuchar aquella voz, subió su vista encontrándose con el dueño de aquella voz quien era su salvador, sus lágrimas salieron sin poder evitarlo.

























Y hasta aquí llegó el capítulo, espero que sea de su agrado y lamento la tardanza(realmente lo lamento), había dicho que subiría más capítulos por que estoy de vacaciones pero mi estrés no me deja pensar en que escribir.

Y las otras parejas, tranquil@s que después vendrán. Espero no aburrirles pero este capítulo era escencial para conocer un poco del Reino. Por cierto l@s quier@s por estar leyendo esta cosa. Intentaré subir otro capítulo pronto, de esta semana no pasa. Lo prometo.

Sin más que decir se despide:

Mikaela-sama16~~

BLOODWhere stories live. Discover now