XII

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—¿Qué tenemos acá? —El sujeto oscuro comenzó a sonreír de manera cínica, mostrando aquellos asquerosos dientes repletos de sangre y partes de insectos muertos. Obviamente que Taehyung se encontraba muy desorientado, con su brazo temblante, la muñeca sangrando y liberando líquidos extraños que parecían ser una mala imitación del petróleo. Como si aquel contacto asqueroso fuese capaz de pudrir su sangre.

Jungkook de alguna manera se había puesto una musculosa negra en el trayecto hasta su ubicación en la calle, y todos parecían hacer caso omiso a la situación. Como si el firmamento teñido de rojo ferviente y las nubes que corrían furiosas en torbellinos negros eran sólo producto de su imaginación. O más bien, de su ojo celeste.

—Jungkook... Pensé que eras historia, para ser sincero. —Le dijo el sujeto pero el pelinegro seguía sin omitir respuesta alguna. Simplemente parecía quedarse de pie allí, sin decir nada, respirando con violencia y logrando que sus puños sean cada vez más fuertes. Las venas en sus brazos comenzaron a notarse mucho más de lo normal. Y Taehyung no podía ver su semblante, pero dedujo que era uno de enojo total.

Pero bien, ¿Qué hacía Jungkook allí para empezar?

Pretendió levantarse del suelo, pero su brazo quebrado le dificultaba demasiado las cosas. Para sumarle la nueva lastimadura en la muñeca sana, aquella que seguía derramando sangre como todas aquellas lágrimas de dolor sobre sus mejillas  pálidas.

El terror de no saber que demonios ocurría, viendo que literalmente a su alrededor se reflejaba una especie de ciudad desierta repleta de esqueletos humanos danzando en sus miserias. El cielo que bajaba con cada respiración pretendiendo aplastarlo en esa bruma oscura que jamás lo dejaría volver a despertar...

—¿Qué haces acá? ¿Acaso no te quedó claro? No eres bienvenido. —Le respondió de repente el pelinegro, con sus labios tensos y mejillas acaloradas. Realmente le hacía mal, le dañaba el drástico ambiente maldito, su piel comenzaba a querer ceder de aquella forma humana. Pero debía resistir.

Tenía que hacerlo por Taehyung.

El sujeto colocó un brazo a cada lado de su cuerpo de manera despreocupada, como pretendiendo bajar la guardia. Mientras que Jungkook, por su parte, sólo agachaba su espalda como curvandola en señal de ataque. Lo único que logró el castaño asustado fue sentarse sobre su propio trasero, logrando tocar con su cuerpo algunos de los huesos tirados en el suelo.

Era tan repugnante que no pudo evitar soltar una gran arcada para luego comenzar a vomitar a un lado, contenido sólo con la muñeca lastimada.

La sangre seguía cayendo.

—¿Desde cuando me importó ser bienvenido o no? Pareciera que no me conoces. —El sujeto rió de manera estrepitosa logrando ocasionar un eco sobre toda la ciudad, como si estuviese hecha sólo de simple cartón. Luego llevó su mano hacia su rostro y con la ayuda de sus fuertes uñas asquerosas se quitó el resto de los insectos de sus dientes. Taehyung, además de sentir los ardores descomunales y las arcadas por el reciente vómito, de repente se halló colocando su peor rostro de asco. —Vamos a hacerlo fácil, la última vez nos costó demasiado entenderlo. —Carraspeo como preparando un discurso. —Dame al chico y todo se termina rápido.

—Sí, como si eso pudiese llegar a pasar. —Se cruzó de brazos como imponiendo su musculoso cuerpo y ese porte que tanto sorprendía a Taehyung, como si hubiese descubierto ese lado feroz de él sólo segundos atrás.

Pero por su estado de shock ni siquiera podía pensar en las palabras. ¿Qué era lo que estaba pasando realmente? ¿Por qué un sujeto bañado en lo que parecía ser desgracias quería tenerlo a él? Tantas cosas de las cuales preocuparse pero sólo se percataba de Jungkook salvandolo. Ese chico simpático que siempre sonreía, el cual parecía que no podía herir una mosca.

Heterochromia • ADAPTACIÓN • JJK + KTHWhere stories live. Discover now