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Al llegar a mi casa, abrí la puerta y lo primero que veo es a mi papá sentado en el sofá. Debió haberme estado esperando.

— Te llegó esto.— Dijo dejando un regalo con una cinta amarilla en la mesa, era del mismo tamaño de las otras cajas pero un poco más delgada.

Saqué mis zapatos y me senté en el sillón individual.

— Sabes que debiste haber entrado.— Dijo serio.

No quise decir nada, me enseñaron que cuando los mayores hablan había que escucharlos.

— Soohee, tu madre vino desde Busan.

Que bien, si hasta vivía en Busan y yo sin saber que existía. Tengo un gran sentimiento de rechazo justo ahora principalmente porque fui víctima de una mentira que se les salió de las manos. Estoy muy molesta, sobre todo con mi padre.

— Papá, si respondo vamos a terminar usted y yo en una pelea. Y lo sabe.— Dije con los brazos cruzados.

Mi papá se levantó y desapareció por las escaleras. Después de unos minutos bajo con mis cajas y cartas en las manos, las puso en la mesita de té que decoraba en centro entra los muebles de la sala.

— Haz estado siendo constantemente acosada, y eres incapaz de decirme ¡Esto no es un juego Soohee!— Mi papá gritó perdiendo la paciencia.

Me levanté de un brinco del mueble dispuesta a soltar todo lo que tenía contenido.

— ¡Yo tampoco soy un juego! ¡¿Tanto te costaba decir que mi madre no murió, qué sólo se fue y te dejó tirado con una niña de cinco año?! ¡Sabes bien que esas cosas no son parte de este tema!— Dije señalando lo que habia dejado en la mesa, toda la tensión acumulada que tenía desde hace días.

Mi padre empezó a caminar alrededor de la sala, necesitaba calmarse, ya las cosas se estaban saliendo un poco de control y muchos secretos están saliendo a la luz.

— ¿Por qué no me dijiste de esto?— Dijo más calmado señalando las cosas sobre la mesa.

Me senté nuevamente y revolví mi cabello en un intento de calmar mis nervios.

— No voy a hablar de esto, si tu no me dices ¿Qué pasó con la señora que vino? ¿Y por qué vino ahora de después de doce años?— Dije firme ante mi declaración.

Mi papá suspiró y se sentó en el sofá en forma de "L" se quitó los lentes y los dejo suavemente en la mesa donde estaban las cosas que había sacado de mi habitación.

— Tu madre fingió su muerte, no se como lo hizo. Cuando tenías cuatro años a tu madre le diagnosticaron Leucemia. Eso lo sabes.— Dijo, y yo asentí con mi cabeza.— Durante ese tiempo tu mamá me fue alejando, contigo siempre tuvo la misma relación, pero a mi poco a poco me iba desplazando. Pasaron los meses cada vez el tratamiento era más caro o era difícil de encontrar. Hasta que tu madre un día se desmayó, me asusté mucho, ver a mis esposa pálida como un papel, y luego ver como cae como un muerto al suelo. No olvidaré jamás esa sensación.— Dijo respirando profundamente, el tema es difícil de hablar. No había estado consciente de ello.— Al llegar al hospital la tuvieron que internar, no sabía que hacer,  quería estar con mi esposa todo el tiempo que necesitase para recuperarse. Pero luego estabas tú, no podía atarte a saber cuanto tiempo en un asqueroso hospital, no estaba dispuesto.  Y fue la mejor decisión que pude tomar. Visitaba a tu madre todas las noches cuando dormias, te dejaba a cargo de la señora Gali, la vecina, y estuve así unos cuantos meses. Tus abuelos también llegaban constantemente y se quedaban a cuidarla,— Los miré desconcertada, mis abuelos viviando al otro lado de corea.— Tu abuela nunca me quiso y tu abuelo para no llevarle el contrario a su cónyuge no opinaba con respecto al tema. Un día llege al hospital y al entrar a la habitación de tu madre, no la vi. La cama estaba perfectamente ordenada y nada de lo que tenía ella en la habitación estaba, corrí por el pasillo en busca del doctor, le pregunté donde estaba mi esposa. Lo único que hizo el doctor fue verme con lástima y decirme que hizo lo que pudo. Hijo de puta.- Dijo hastío.

Me sobresalte, esa maldición le salió de lo profundo de su alma.

— No entiendo.— Dije.

— Deja que termine.— Dijo después de suspirar.— Entre en colapso, y muchas preguntas me abundaron en la mente, y la principal era ¿Dónde estaba el cuerpo? El doctor me dijo que tus abuelos habían retirado el cuerpo para llevarlo y enterrarlo en su ciudad natal. Busan, llegue a casa devastado, había perdido a tu madre. Al revisar tu habitación te vi durmiendo en el piso con varios colores regados alrededor y un dibujo de nosotros dos, pero no había dibujado a tu mamá. Al dia siguiente te pregunté porque sólo nos dibujante a nosotros dos, y dijiste que esa era tu familia. La única que no te abandonaría jamás, prometí cuidarte siempre Soohee. Pero yo también sufrí la pérdida de tu madre y me afecto que un muerto reviviera. Técnicamente.— Un silencio de situó en nuestro alrededor.— Tus abuelos le habían pagado al hospital para poder llevarse a tu madre de traslado a Busan y pagaron para que no dijeran nada, para decir que murió y me mostraron hasta un documento falso de muerte.

Sentí mi pecho apretado y se me dificultaba respirar.

— Cuando esa mujer llegó no sabía que hacer, la deje pasar pero ella quería hablar contigo. Muestras estuvo aquí me descargue y le dije todo lo que me hizo pasar. No se fue hasta que vio que tu no vendrías, antes de que se fuera llegó muchacho a entregarme una caja con un lazo amarillo.— Dijo mi papá rompiendo el hielo.

Sentí como de repente mi cuerpo se entumecia, la tensión acumulada en mis musculos estaban siendo ignorados por lo nublsdos y opacos que eran mis pensamientos hasta ahora.

— ¿Cómo esa el muchacho?— Dije.

Mi papá se puso su gafas.

— Quieras o no, hablaremos seriamente sobre estos "regalos". Hoy no, pero me debes muchas explicaciones.— Dijo.— El muchacho que vino dijo que se llamaba Hueningkai y que debia entregar eso de manera rapido. En cuanto agarre la caja el salió corriendo de mi vista, y ahí llame a la señora Jeong.

Hueningkai provoca enterrarte vivo.

Your Name→ Choi SoobinOnde histórias criam vida. Descubra agora