Juntos.

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Tina dormía plácidamente, al igual que en toda la madrugada y Newt la observaba con atención, porque a diferencia de ella, él no había podido conseguir dormir en toda la noche.

De la cama al escritorio, del escritorio a la cocina por un vaso de agua, esa fue su para nada amigable noche.

Se apoyó sobre su codo y acomodó su cabeza en su mano mientras seguía en su misión de descubrir distintas facciones en el rostro de su esposa. 

Ella parecía tan relajada y es que seguramente lo estaba, su posición desarmada para dormir lo aseguraba. Se veía bella, adorable y así quería mantenerla por toda la vida.

Pensó que tres meses sin ella serían una eternidad, una tortura... La muerte en vida.  ¿Como le daría la noticia?, Tina odiaba cuando él se iba por uno o dos días para hacer investigaciones... con tres meses las cosas no andarían bien y tenía solo ese día para comentarle, por cobarde no pudo decirle dos días antes, que fue cuando le llegó la Carta de aviso.

Unos movimientos a su lado lo sacaron de sus pensamientos y una sonrisa suave lo atrapó.

—Cielo... haz despertado temprano, ¿porqué?    

—¿Temprano?.  Tsk, mira la hora dormilona.

La bruja volteó hasta la pared de la habitación matrimonial que aún tenía las cortinas cerradas, realmente era tarde.  Soltó una suave risa y se escondió en las costillas de su esposo, abrazandolo con ganas. 

—Domingos de flojera, Señor Scamander.  Que usted no los tome en cuenta es distinto.

Él soltó una risa y la envolvió en sus brazos mientras le besaba la frente. 

—Tú te tomas muy enserio los domingos de flojera. Abusas...

La morena levantó su cabeza y fijó su mirada suave y aún adormilada en los verdes del magizoólogo.

—Amor, muero de hambre...

El mago la tomó suavemente y en un rápido movimiento la tenía bajo su cuerpo, observandola fijamente.

—Yo también muero de hambre. 

Newt depositó suaves besos en el cuello de Tina haciéndola reír y moverse para poder zafarse de su agarre. Él hizo caso omiso y siguió su camino de besos por todo su rostro.

—De verdad... tengo hambre, ¡no me hagas cosquillas!... Newt...

—Y ya dije que yo también, cariño.

El mago tomó las sabanas y las pasó por arriba de sus cuerpos tapandolos completamente, solo se escuchaban risas, besos y la fricción de sus cuerpos con las ropas de cama. 

—Estás muy silencioso, ¿que tienes?  – ella volteó para mirarlo mientras alimentaba a Dougal, lo vió encogerse de hombros con desinterés. – Mmh, de verdad estás raro, ¿haz discutido con alguien?

—Por supuesto que no, además, ¿con quien?, si he estado toda la mañana contigo, ¿o ya lo olvidaste?  –"ahí vamos, cambiando el tema de nuevo"– En realidad... bueno, nada, no no es nada...

—Hace días estás distinto, el otro día ni siquiera hablamos antes de dormir, Newt, sé que no haz dormido bien. ¿Que és?, sabes que puedes confiar en mí. 

Él se acercó hasta ella y la abrazó por la espalda, dejando descansar su frente en la espalda de la bruja. 

Se quedaron ahí unos minutos, en silencio y el suspiro de Newt hizo que finalmente Tina se volteara para tomarlo por las mejillas con suavidad.

One Shot Fantastic Beast. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora