Prioridades.

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La bruja volvía a tomar el montón de cartas que se encontraban amotinadas en la correspondencia, buscando si entre tantas estupideces había algo que sí valiera la pena leer. 

Al entrar a la casa y pasar desde la sala hasta la cocina pudo sentir los pasos apresurados de su esposo bajando las escaleras con afán. 

No tomó atención, él la mayoría del tiempo era así, no podía quedarse quieto, tenía que estar haciendo algo, lo que fuese y que le mantuviera ocupado estaba bien y así habían descubierto a un Newt muy aplicado en tareas de la casa, desde cambiar una bombilla hasta pintar las paredes sin magia. 

Tina sirvió dos tazas de café y las posicionó en la mesa que ya estaba lista, con diferentes dulces y bocadillos para desayunar, tenía planeado un domingo tranquilo, tal vez leer un poco junto a su amado y luego salir por ahí, a pasear por la costa de Dorset.  

No fue necesario llamarlo para comer, sorpresivamente Newt se apareció en ese instante en el comedor. 

—Oh fabuloso, hiciste tostadas.  –tomó una y le dio un mordisco, volvió a dejarla en la mesa para abotonarse la camisa– ¿Te he dicho lo guapa que te ves con ese vestido?  –inquirió mientras rodeaba la mesa para acercarse hasta su esposa y besarle en los labios. 

—Mmh, sí, muchas veces.  –dijo luego de terminar el beso– Te he dejado la camisa celeste en el sofá de la habitación, ¿no la viste?  –preguntó con curiosidad posando sus labios en su taza. 

—Si la he visto.  –repuso con algo de seriedad, por la repentina sensación que sintió sobre lo que se venía– Me llegó un patronus del señor Worme, debo ir hasta la editorial para firmar un par de documentos, pero vuelvo rápido. 

La bruja soltó un suspiro pesado, era poco lo que podían estar juntos y además ya llevaba dos domingos saliendo porque otros le pedían. Le apenaba aquello pero no quería ser egoísta. El mago cruzó su mano por arriba de la mesa haciendo un camino por ella hasta tomar la de su esposa.

—Cariño, perdóname pero no puedo elegir que día sí y que día no, en la editorial no soy el jefe. . . Volveré rápido. 

—Lo sé, tranquilo. 

—Con esa respuesta no quedo tranquilo, es peor aún. 

Ella levantó la mirada y respiró hondo para no demostrar como se sentía de verdad en ese momento, era un enredo de sentimientos. 

—Mi amor estoy bien, de todos modos es domingo... No hay mucho que hacer. 

—Lo mismo he pensado, al menos no me llamó ayer.  

—No, ayer no fue él.

Newt se vio cogitabundo un momento, volteó para mirarla cuando ella se levantó derrepente.

—Tina he botado todo lo que me llegó, sabes que ni siquiera escribí el libro pensando en eso.  –le dió un último trago a su café y se levantó, yendo tras de ella. 

—Bueno, hoy tienes más que botar entonces.  –musitó suave, tomando las cartas y dejándolas en su pecho con algo de brusquedad– Iré arriba, por mi parte también tengo trabajo que terminar. 

—Cielo al menos... –la vió subir la escalera con rapidez, ella no se detuvo– Tina... ¡Oh vamos!  –miró su reloj de bolsillo, ya era hora de partir. Hojeó las cartas y las separó en rangos de importancia. 

Finalmente, luego de dejar los platos lavándose con un hechizo doméstico, él agarró su abrigo y salió de casa camino al lugar de aparición más cercano, prefirió hacer todo rápido y así ajustar sus tiempos, el día ya tenía otro propósito... Sorprender a Tina.

One Shot Fantastic Beast. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang