Jessika a terminado su turno en la cafetería, y se dispone a ir donde sus padres para definir que va a hacer en su futuro inmediato, aunque no es muy tarde, siente algo de miedo por todo lo que se dice en las noticias, y las calles están más solas que nunca, así que prefiere esperar a un compañero de trabajo que vive cerca a sus padres para poder irse con el.
Salen juntos, y se van hablando por el camino sobre todo lo que está sucediendo, su compañero que está recién llegado al pueblo le dice que no se debe creer en todo lo que se dice, incluso el cree que lo más probable es que esté hombre ya esta bastante lejos.
Llegan hasta un sitio donde el le dice que no la puede acompañar más, ella le agradece y sigue su camino hasta donde viven sus padres, pero antes, cuando se despiden, el dice algo que inquieta mucho a Jessika, le dice que debe tener mucho cuidado, que no debe confiar en ningún extraño, y que si resulta cierto lo que dicen en las noticias, este hombre puede estar en cualquier lado.
Jessika por fin llega a casa de sus padres, pero no deja de pensar en lo que su compañero le dijo, y se lo comenta a sus papás, ellos le dicen que debe tener mucho cuidado, y le preguntan que sabe de él, ella responde que sabe poco pues esta recién llegado.
Sus padres insisten que tome precauciones, por lo menos hasta que las autoridades publiquen el retrato hablado del supuesto criminal, pues como solo estuvo un día bajo custodia no llegaron a tomarle alguna foto, es decir que a excepción de los policías que lo arrestaron, nadie sabe como es.
Tras la insistencia de su mamá Jessika decide pasar la noche en casa de sus padres, pero aún no a decidido que hacer, si continuar su vida tal como esta, o si hacer un cambio temporal y dejar su empleo por lo menos hasta que den con el hombre a quien buscan.
