Maquillaje『Kira x Diavolo』

Nos vemos el jueves

—Ahhh...Ahhhh...¡Ahhh!—el sonido fuerte como de aplausos inundaba toda la habitación en donde se encontraban. Kira al tornarse algo molesto por lo ruidoso que era Diavolo decidió castigarle de una manera muy ruda, ahora se encontraba ahí, en pleno acto violando su intimidad como si fuera una fiera salvaje y sin importarle que el otro estuviera sufriendo un dolor terrible.

—Así me gusta, que gimas bajito. No queremos que nadie lo sepa ¿o sí?

–Ahhh... N-no. No quiero que nadie lo sepa.—confirmó el jefe quien así lloraba.

—Muy bien. Ahhhh no está demás decir que por dentro estás tan cálido y húmedo. Mejor de lo que hubiera imaginado. No te preocupes si por el momento odias que te dé así de duro, pronto encontraré tu punto sensible y te gustará.—Kira salió por un momento de su interior para intentar una posición nueva, un poco de sangre se adhería a la delgada piel de su pene, pero no era grave. Después de todo ella la primera vez que a Diavolo le daban por el culo.

Dejó que el mayor se recostara en el piso y se colocó sobre él, de manera que estando de rodillas pudiera penetrarlo de forma profunda. Hizo que Diavolo levantara una pierna para más comodidad.

—¿Está listo jefe? Lo voy a hacer venirse como nunca.

–Por favor... No me lastimes más.—suplicó.

—No lo haré mientras te portes bien. Quiero que seas bueno y que no grites.—metió su pene en el ano del contrario, pero esta vez procuró ser un poco más cuidadoso.—Bien... Es la hora de comenzar con esto, solo re pido que lo disfrutes. Aunque es la primera vez que lo hago también.

Si algo le asustaba mucho a Diavolo eso era la falta de experiencia y ahora se encontraba teniendo sexo con alguien totalmente inexperto, cuyo único contacto sexual en su vida había sido únicamente a través de sus manos y pornografía de lesbianas a las dos de la mañana.

—Por favor, termina con esto pronto... Tengo una junta importante a las diez.

Yoshikage sonrió ampliamente y comenzó a moverse de forma lenta, disfrutando el roce de su gran pene con las húmedas paredes internas de su amante de cabellera rosada. Aunque poco a poco sus movimientos fueron tomando un ritmo totalmente delicioso pues había encontrado una zona sensible y ahora Diavolo no gritaba de dolor, al contrario gemía de placer.

—Ohhh, ahí es bueno.—tapó su rostro con una de sus manos pues se sentía avergonzado de que Yoshikage lo viera de la forma en que lo estaba viendo.—Mierda... Siii. ¡Muévete más, por favor!

—¿Te está gustando?

—¡Si! Me gusta, me gusta mucho... Ahhh...

–Me alegra oír eso, boss.—continuó moviéndose mientras se aferraba un poco a la pierna de su amante intentando no perder el control. Se pudo entonces a besar esa piel blanca que se ponía como carne de gallina con cada toque de sus labios sobre esta.

—Ahhh ¡Yo-Yoshikage!

—¿Pasa algo?—le preguntó con la mayor calma de todas.

—Creo que voy a venirme ya... Ahhh...—un par de estocadas certeras en su punto dulce fueron suficientes para hacer a Diavolo liberar gran cantidad de semen, el cual cayó sobre su propio cuerpo.—Lamento si no pude durar mucho, soy muy sensible ahí abajo.—se disculpó al darse cuenta de que Yoshikage aún no terminaba.

—No te disculpes, eso es solo una prueba de que hago un muy buen trabajo.—dijo mientras salía de su interior.—Ahora hazlo con las manos, yo necesito ver manos para venirme.

Diavolo no perdió ni un segundo y se puso a masturbar a su amante nuevamente, le gustaba hacerlo y al parecer era bastante bueno ya que en pocos minutos aquel líquido espeso y blanco salía día parado de la punta del duro falo del rubio aterrizando un poco en su cara.

—He oído por ahí que el semen es un muy buen facial. Podemos organizar una noche de mascarillas faciales cuando quieras, Diavolo.—Comentó Kira algo divertido al notar que el de cabellos rosados se limpiaba el semen de la cara.

—No sé que fue esto, pero de verdad me gustó mucho.—agarró su ropa y empezó a vestirse de nuevo—De verdad, Yoshikage.

—Curiosamente a mi también. Hay que hacer esto más seguido.—se puso la camisa otra vez

—No sé si... Te gustaría hacer más que esto.—Diavolo se estaba poniendo nuevamente nervioso.

—¿Más que esto? ¿De qué se trata, jefe?— le cuestionó el rubio mientras se ajustaba bien la corbata.

—No sé, salir a tomar un café, ir a la ópera...

—¿La ópera? Vaya Diavolo, eres un anciano aburrido.

—¿La ópera no te gusta? Bueno, quizá al cine y...

—Estaré libre el jueves en la noche. Podemos ir al cine si gustas.—respondió el rubio acercándose a él para depositar un apasionado beso en sus labios.

—Si, por supuesto.—Diavolo se puso rojo como un tomate.

—Bien, entonces nos veremos el jueves a las ocho y media, saliendo de aquí. Hasta luego, jefe.—salió de la oficina no sin antes lanzarle a Diavolo un beso en el aire.

El pelirrosa se sintió feliz. Había conseguido una cita con el hombre de sus sueños. Pensaba que todo estaba saliendo bien y no dejaba de sonreír como imbécil, hasta que llegó Kars a sacarlo de su sueño.

—Jefe, la junta con el empresario Brando va a comenzar pronto. Apresúrese que lo esperan en el salón.—dijo.

—Voy en seguida, Kars.

—¿Por qué caminas raro, Diavolo?

—Ya sabes, ejercicio. Intenté hacer ejercicios para sacarme un poco el estrés y termine algo adolorido.—comentó.

—Ajá.—Obviamente Kars no le creyó pues había visto a Kira salir de la oficina de, jefe bastante feliz.

Ambos se dirigieron al lugar de la junta de negocios. Ahí se encontraba Dio Brando, junto a él su hijo Giorno y Diego, su secretario personal.

—Diavolo, cuánto tiempo sin verlo.—estrechó su mano con él a manera de saludo.

—Por favor tome asiento, quiero comentarle acerca de la idea que tenemos para la colaboración.—dijo el inglés.

—Gracias, Dio. Pero prefiero quedarme de pie. Lo escucho.—iba a ser una junta tediosa pues se la pasaría parado al no poder sentarse.

En unos minutos me inscribiré para el siguiente semestre en la facultad. Estoy nervioso, échenme la buena suerte para que no me toque un grupo culero y que no se me trabe la computadora a media inscripción .