O3

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— Hola. — le sonreí antes de sentarme al frente suyo.

JiMin abre sus ojos en par al verme con mi mochila y almuerzo en su mesa.

Yo solo mantengo mi sonrisa amistosa en todo momento, sin embargo no obtengo respuesta, por lo que decido regresa la atención a mi comida y tomar mis palillos para comenzar a comer.

— Deberías irte. Nam ya está viéndote mal. — susurra él.

Levantó la mirada aún con mis fideos en la boca y busco con la mirada a NamJoon, este se encuentra con el equipo de basket en una mesa muy alejada a la cual estamos JiMin y yo.

Termino de comer los fideos que cuelgan de mi boca y al tomar un poco de agua, sonrió nuevamente, solo en ese momento logro apreciar la bonita risa de JiMin, él se cubre la boca para no verlo, pero sé por sus ojos cerrados tiernamente que está sonriendo.

— No me importa. NamJoon dijo que estaba bien juntarme contigo.

El deja de sonreír y mira nuevamente a su hermanastro.

— Yo no creo que le guste mucho la idea. — responde.

Me encogí de hombros, mostrando el poco interés que tengo en aquello y prosigo con mi deber de alimentar mi cuerpo y saciar mi hambre.

JiMin termina mucho antes que yo y de reojo observó la cantidad de comida que ha dejado. La mitad de fideos, al igual que la mitad de postre definitivamente no son sobras o algo parecido a estas.

— ¿No tienes hambre? Tienes que comer, mira cómo estás de delgado y bajito. — no lo digo con malas intenciones, yo lo sé, pero al parecer a JiMin no le gustó aquello y tan pronto como terminó de tomar sus libros, se coloca de pie y me dirige una última mirada furtiva para así retirarse.

Abro los ojos en par y tomó mi mochila, sin importarme en lo más mínimo el dejar mi postre intacto o la bandeja de comida en la mesa.

Sigo a JiMin hasta que este sale del comedor, en el camino escucho murmullos que prácticamente son ofensivos y que van dirigidos hacia JiMin.

No me preocupo por esos idiotas que solo disfrutan insultando a los demás, por lo contrario, corro detrás de él y gracias a mis largas y muy atléticas piernas, logro alcanzarlo.

JiMin se voltea al instante en el cual tocó su hombro.

— ¿Eso era lo que querías? ¿Burlarte de mí? ¿Acaso Nam te mando para que entre los dos se rían de mí a mis espaldas? ¿Es eso?

Rápidamente niego y trato de tranquilizarlo, sin embargo JiMin se encuentra molesto, no sólo sus palabras lo demuestran, sino todo su cuerpo en general.

Maldigo por lo bajo y me acerco un poco para evitar que escape de mí.

— Claro que no, yo... yo jamás haría eso.

— Eso nadie me lo puede asegurar, mucho menos tú. Yo ni siquiera te conozco, no debería estar hablando contigo. Eres un idiota.

— No lo dije con la intención de hacerte sentir mal, solo me sorprendió que comieras tan poco.

Él no cambió su expresión.

— Ya suéltame, Jungkook.

Y por primera vez escucho como de sus labios sale mi nombre.

Sonrió inconscientemente y él parece notarlo, porque en ese preciso momento de distracción me empuja.

— No quiero que te vuelvas a burlar de mí, tampoco te me acerques o te juro que no contestaré la próxima vez a menos que sea con bofetadas.

Una pequeña risita sale de mis labios al notar nuestra posición, JiMin tiene que alzar la mirada y la cabeza para desafiarme y yo tengo que bajar la mirada para ver cómo tiernamente quiere hacerse el malo.

No había un chico tan tierno como él y lo digo porque para mí no hay diferencias entre nosotros.

— ¿Te estás burlando de mí? — y ahora frunce su ceño, dándome a entender que estaba más enojado que antes.

— Yo lo siento. — susurro de inmediato.

— Ya estoy cansado. No entiendo por qué ustedes se burlan de una persona bajita. Está bien que Nam y todos los del equipo de basket tengan la altura promedio de un chico, pero somos diferentes. Él puede tener formar parte de ese maldito equipo, pero no los hace superiores a nadie, mucho menos a mí. — su voz gruesa y algo rota me hizo sentir mal conmigo mismo.

— Yo no trate de hacerte sentir mal. — volví a repetir.

— Solo aléjate. — fueron sus últimas palabras antes de retirarse y desaparecer de mi vista.

Después de aquello ya no quise regresar al comedor. Preferí ir a mi próxima clase, rogando mentalmente que él estuviese ahí, pero no fue así. JiMin no estaba.

Tampoco se apareció a la siguiente clase y terminé por no verlo hasta la hora de salida.

Él estaba de pie al lado de la puerta principal de la escuela. Me acerqué tan pronto como vi la oportunidad y toque su hombro.

— ¿Qué quieres? — dijo sin siquiera mirarme.

— Lo siento. — Volví a repetir. — yo no quise faltarte el respeto.

Él no volteó, tampoco me miró.

— Quiero salir contigo. — musité con total vergüenza, jamás había pedido una cita, mucho menos a un chico, pero me sentía bien al ver que JiMin sería el primero con el cual compartiría esa experiencia.

Sin embargo...

Pequeño 작은 "Kookmin"Where stories live. Discover now