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— ¡Contesta! — Exigió NamJoon, mientras yo me quedaba atónito ante él. No entendía su actuar, se supone que éramos amigos, no teníamos por qué estar armando un espectáculo en el salón. Su aroma a madera me estaba asfixiando.

No quería tener otra reprimenda, mucho menos una vez que venga del director, por lo que solo dí media vuelta y traté de marcharme de aquel círculo que algunos chicos y chicas habían formado a nuestro alrededor con la esperanza de presenciar una pelea.

— ¡Detente de una buena vez, Jeon! — su grito exaltó a todos, incluyéndome. Parecía apunto de usar su voz de alfa. Sin embargo, no me detuve por su orden, sino por el temor a que detrás de aquellas palabras hubiera otro tipo de intención, como el que llamara a su padre y este me expulsara de la escuela.

Al voltear me dí cuenta que la determinación de NamJoon era pura. Realmente estaba enojado y creía que tal vez no era por estar cortejando a su hermanastro menor, sino por no hacerle caso.

— ¿Y qué sucedería si lo que dices es cierto? No sería nada malo estar con JiMin. — y las habladurías se hicieron presentes. Algunos chicos comenzaron a reírse, mientras escuché a algunas chicas dirigir alguno que otro insulto hacia mi pequeño amigo omega.

NamJoon sonrió de lado, pensé que se había rendido, pues dio una media vuelta y yo estaba a punto de hacer lo mismo, sino fuera porque al instante volteó y me lanzó un verdadero puñetazo.

Tal vez todos creerían que él no era capaz al ser más bajo que yo, pero realmente logró alcanzarme ese golpe y ahora trataba de sostenerme de algunas carpetas para no caer totalmente. Sin embargo, sí logré caer y juro que la espalda no me dolió tanto como aquel día.

— ¡Déjalo en paz, Nam! — escuché entre la multitud, pero no lo pude ver y no era por hacer mofa de su estatura, pero realmente no logré mirarlo, en realidad nadie, ya que todos en aquel salón pasaban el 1.60m.

NamJoon, al igual que yo, volteamos hacia donde suponíamos venía la voz de JiMin.

Vi como algunos se apartaban, mientras que otros tenían que ser empujados, pues en su rostro se notaba el disgusto de ser apartados por JiMin.

— Lo siento tanto, JungKook. — empezó él. Yo negué de inmediato y me levanté solo, ignorando su ayuda de por medio.

— Estoy bien, JiMin. No pasó nada aquí. — dije con una sonrisa surcando mis labios.

NamJoon abrió sus ojos en par y trató de acercarse, sin embargo JiMin se colocó delante de mí y negó con la cabeza.

— Lo que yo tenga con JungKook no es de tu incumbencia, Nam. Él y yo tenemos unos asuntos que solucionar. — Y antes de argumentar algo, su mano tomó la mía y halo de mí hasta salir del salón de clases. — ¿Estás bien? — susurró una vez que salimos del lugar. — Siento tanto haberte causado ese tipo de problemas, primero con mi padre y ahora con mi medio hermano, realmente solo soy un problema como ellos dicen. — y por ellos sabía que se refería a todos los chicos de nuestro salón que no dejaron de murmurar alguno que otro insulto hacia JiMin y hacia mi persona. Feromonas ácidas llenaron el aula.

Rápidamente tomé el rostro de JiMin entre mis manos, aquel acto se me hacía más fácil al estar ambos sentados, él delante mío.

— No es cierto, claro que no eres un problema. Las personas dicen cosas sin pensar y ellos solo quieren ser populares a costa del sufrimiento de otros. — él relamió sus labios y yo no pude sentirme más raro al estar en aquel acto tan íntimo, obligándome a tener que alejar mis manos de su rostro.

Sentía mis mejillas calientes y suponían que ya se encontraban rojas por la situación antes vivida.

— E-en verdad lo lamento. — volvió a susurrar. Ambos éramos los únicos en el patio, así que era más fácil escuchar cualquier murmullo.

— No hay nada que lamentar, al fin y al cabo nuestra cita sigue en pie, ¿Cierto?

Lo miré, él hizo lo mismo y pude notar sus mejillas sonrojadas y el aumento del aroma a malvavisco en el aire. No me reí, no había nada de qué reírse. Era muy tierno verlo de esa manera.

— ¿Cierto? — volví a repetir.

Él pareció salir de su trance y asintió.

— S-sí... — nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que él hizo el anuncio de que su padre estaba esperándolo y que nada bueno podría salir de eso si es que NamJoon pensaba regresar con ellos y no con su novio. — Sí, Nam tiene pareja y no exactamente una chica.

No fue necesario preguntárselo, pues mi rostro sorprendido hasta yo lo podía ver, bueno, en realidad no lo podía ver, pero sí suponer.

— Nos vemos el sábado. — una sonrisa fue su despedida y creía que eso sería todo, sin embargo me ayudó a colocarme de pie y cuando pensaba irme, él me detuvo, acercándose lo suficiente y colocándose de puntitas para dejar un beso en mi mandíbula, la única zona a la cual llegó, pues nuestra diferencia de estatura era extensa.

— Gracias por tus palabras, puede que no sean increíbles, pero sí suficientes como para alegrarme un poquito.

Y mi cara de idiota no pudo ser más notable. Me sentía un imbécil, en especial al ver como se marchaba corriendo y al seguir de pie cuando él ya no estaba ahí.

[♡]

Relamí mis labios y traté de comprobar que la hoja que contenía la dirección de JiMin sea la correcta. No es que dudara de su posición social, solo que esta casa era demasiado grande a comparación de las casas que minutos atrás pase para llegar.

Su casa se encontraba en una esquina, creo yo muy bien posicionada, pues era muy grande y tenía una bonita estructura. Realmente esa calle había mantenido las casas tradicionales y entre todas, la que más destacó fue la de JiMin, la cual ahora llamaba mi atención.

Por otro lado se encontraban mis miedos, esos de encontrarme con el padre de JiMin o con NamJoon y tal vez de que alguno de ellos me den una paliza, pues a pesar de contar con una gran altura, eso no significaba que sea alguien fuerte, al contrario, me consideraba alguien debilucho, pero valiente.

El reloj de mi celular marcó las cuatro p.m. Para ese momento deje de caminar de un lado a otro y observé la gran puerta de manera, esperando que JiMin saliera, sin embargo eso no ocurrió.

Pensé que tal vez su padre se lo había impedido -salir conmigo- o tal vez que NamJoon dijo alguna mentira sobre mí y que ahora JiMin me temía, más cuando marcaron más 4:15 p.m. las puertas se abrieron y de ahí salió JiMin. Verlo con uniforme era un cosa un tanto normal, pues todos en la escuela llevábamos la misma ropa, pero verlo con unos pantalones de chándal y una polera lila me hizo... sentir algo muy raro, incluso noté su sonrojo.

— ¿Tengo algo en la ropa? — Preguntó un tanto avergonzado.

— No, claro que no. — dije lo más rápido posible. — solo que estás muy bonito. — no quería decirlo. Juro que no quería decirlo, pero mi boca tenía mente propia en ese momento, que ni yo mismo sabía lo que había dicho.

JiMin se sonrojó aún más y luego sonrió.

— Gracias, tú también te ves bien. Tu chaqueta me gusta. — susurró.

Observé mi atuendo y sentí que nuestra percepción para una cita era muy distinta. Mientras yo me veía como un chico malo, con una chaqueta de cuero y unos jeans rotos en las rodillas, él se veía como un niño que iba a salir a comprar algún encargo de su madre.

— Mis padres me quieren aquí antes de las diez. — fueron sus palabras al acercarse un poco más. — creo que podríamos empezar por ir al cine. Quiero ver una película...

Deje de escucharlo y en vez de eso, me agaché lo suficiente para besar su mejilla.

Él solo calló, pero solo sonrió en respuesta.

Sabía que está sería una gran cita, a pesar de ser solo una cita de amigos.

(♡)

Ya llegue y ya me boi Jsjf

Espero mañana poder subirles dos capítulos y si no puedo ¿meper d0nan?

Pequeño 작은 "Kookmin"Where stories live. Discover now