Capítulo 37 parte 2

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HOLA!!!, He tenido un problema con la App y se me ha borrado este capítulo, lo he re escrito y cambiado cositas, espero que os guste más, lo siento.

Miriam
Veo a Aitana temblando como una hoja, desconsolada en los brazos de Ana, a pesar de no querer que la toque nadie.

Yo solo tengo ganas de vomitar aunque intento mantener la calma y Roi no puede parar de dar vueltas.

-Ven mira

Se acerca y le cojo la mano para ponérsela sobre mi barriga.

-Se mueve
-Se mueve- Repito con una pequeña sonrisa-

-¿Familiares de Luis Cepeda?

Los cuatro nos acercamos lo más rápido que podemos y el doctor comienza a hablar.

-Ahora está estable, ha perdido la consciencia unos minutos, desde que lo hemos recogido hasta que hemos llegado aquí, pero no tiene daños cerebrales ni internos, ha tenido muchísima suerte para lo que podría haber sido, tiene una rodilla fracturada y el codo contrario, así que nada de muletas, silla de ruedas, además lleva pequeños cortes y maratones pero nada muy grave

Asentimos y me pasa un papel.

-Es el parte de lesiones para el seguro, el no llevaba exceso de velocidad ni nada creemos, ha sido la culpa de un camión que no ha hecho el stop, está vivo y sin daños internos de milagro

A Aitana se le escapa un sollozo y Ana la sujeta de los brazos.

-¿Quien va a querer entrar a verlo? Estará en observación hasta mañana así que entre solo una persona y mañana que estará un día o así en planta ya lo que queráis, pensarlo y que pase uno por este pasillo mismo la segunda puerta

-Gracias doctor-dice Roi ya relajado-

-Ah, dice el doctor dándose la vuelta, a tenido un momento de lucidez en el trayecto, antes de perder del todo la consciencia, solo le ha dado tiempo a decir una palabra, Aitana, no sé si seréis alguna de vosotras- sonríe y se va por el pasillo que nos acaba de indicar-

Miro a Aitana y la veo más blanca que el papel, sigue temblando y parece que ni escuche.

-Aitana cariño, ¿quieres entrar?
-Niega y se sienta en la silla
-Es lo mejor Aiti, pero si no estás preparada entra Roi-Le digo mientras bebe agua-
-Voy-dice antes de levantarse y coger aire antes de suspirar-

La vemos irse por el pasillo, muy despacio y nerviosa.

-Joder que susto-dice Ana suspirando-
-Como me vuelva a hacer esto el muy cabron me muero yo joder-dice Roi intentando sonreír-

Y yo no sé ni dónde estoy, porque sólo podía pensar en mi pequeño, en que ahora no podía perder a su padre.

Aitana
Lo veo en la camilla, a través del cristal, lleno de cables, el gotero, puntos en la barbilla, tiritas de aproximación sobre la ceja derecha, el brazo y la pierna contraria enyesados, los ojos cerrados y la respiración tranquila.

Decido entrar por fin y me siento en el espacio libre que hay en la camilla, lo Justo para mi pequeño cuerpo, para poder cogerle de la mano que no lleva el gotero.

Lo veo indefenso, con los rizos por la frente y el típico camisón de hospital.

Sigo temblando al pensar en que podría no estar aquí, en que podría no haberle vuelto a ver, y quedarme para toda la vida con ese adiós Aitana, seco y frío.

Le acaricio la mano y dejo que unas pocas lagrimas resbalen por mis mejillas, mienstras el mueve los ojos, como cuando te vas a despertar.

Mi respiración se acelera y el abre los ojos poquito a poco, los tiene brillantes, de pena.

Y al mirarme esboza una pequeña sonrisa, como puede con lo medicado que debe ir.

Y me aprieta la mano, flojito.

-Pensaba que te perdía idiota
-Mo te vas a librar tan fácil de mi pija- dice con la voz ronca y la carita de dormido-

Algo por dentro se me remueve con ese pija, con esa voz de resaca mañanera, de domingos por el pueblo.

Escucho que trucan a la puerta y veo una enfermera mirándome de medio lado.

-Hola, es ya la hora de cerrar las visitas, tranquila que estará bien cuidado esta noche

Asiento y sale de la habitación, esperando en la puerta a que yo salga.

-Mañana vendré a verte, si quieres claro
-Si, porfa

Asiento y me agacho a darle un beso en la frente.

-Aitana

Me giro y lo veo mirándome fijamente.

-Que si puedes peinarme así pa tras

Suelto una carcajada sin querer y le peino los rizos que casi le tapaban la frente con los dedos.

-Gracias
-De nada Luis, descansa y no des mucho por culo

Asiente y cierra los ojos para dormir otra vez, parece un niño pequeño ahí echadito.

Un Verano MásWhere stories live. Discover now