Nuestra casa.

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DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo mi corazón shipper.

La noche en que Arya se pone de parto el clima es frío, casi tan frío como la Larga noche. Afuera del castillo de Invernalia la nieve caía sin cesar. Mientras que en la calidez de las paredes una loba se retorcía del dolor.

-¡Arya!- Sansa estaba con su hermana- respira, todo va a estar bien lo prometo- Sansa le besó la frente a su hermana pequeña.

-He sido herido muchas veces, pero siete infiernos esto es imposible- ella estaba gritando- ¿Dónde demonios está Gendry?

-Arya, probablemente se quedó estancado con la tormenta.

Gendry y Pod habían ido a encontrar a Tormund, quien se había quedado estancado por la tormenta. Por supuesto ellos ya deberían estar de regreso. Se fueron hace cinco días.

-¿Sansa y si le pasó algo?- Arya estaba preguntado intranquila.

-Sé lo que te preocupas por mi querido buen hermano, pero ahora no es el momento hermana mía. Debes respirar y prepararte mi sobrina estará aquí en unos momentos.

-Sobrino- Arya corrigió.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-No sé, solo lo siento.

Sansa sonrió a su hermana y le limpiaba el sudor con un paño de nieve derretida cuando el maestre entró diciendo que era el momento de pujar.

Arya estaba teniendo un momento muy difícil, nadie la había preparado para el dolor que estaba sintiendo. Ella juró que jamás volvería a dejar que el toro estúpido pusiera un bebé en ella otra vez.

-Mi señora- el Maestre repetía- tiene que hacerlo más fuerte, estoy viendo una cabeza.

-No puedo, me duele.

-Si puedes Arya, eres la mujer más valiente que conozco- Sansa sostenía su mano.

En ese momento la puerta se abrió de golpe y Sansa estaba a punto de dar un buen pedazo de su mente a quien sea que se atreviera a importunar cuando se dio cuenta que era un Gendry muy empapado.

-Arya, estoy aquí, amor. Estamos juntos en esto.

Gendry tomó la otra mano de Arya y le besó la frente, él estaba nervioso y muy empapado. La tormenta pudo haberlo matado pero sin embargo aquí estaba con tanta determinación por su familia.

-Mi señora, usted puede hacerlo- el maestre le decía.

Arya pujó pero no había sido suficiente, comenzó a salir más sangre de la que debería.

Sansa tenía los ojos abiertos con horror y Gendry no podía entender nada de lo que estaba pasando.

-¡Has algo no te quedes ahí parado! Te ordeno que mi hermana esté sana y salva y mi sobrino también- Sansa había tenido suficiente, el maestre se acercó a Arya y comenzó a inspeccionar el problema.

Arya gritó de dolor y casi le rompió la mano a Gendry.

-Siete infiernos Arya, me dolió- Gendry le dijo.

-Claro estúpido, me alegra saber que eres el que más sufre en este momento- ella le dirigió una mirada de cállate.

Arya estaba cansada, no podía más, solo quería que todo terminara. Pensó en su madre, en cómo había podido pasar por esto 5 veces. Y también en su tía y en su muerte prematura.

Pero Arya no tenía miedo, ella era la loba del norte, daría todo porque su pequeño estuviera bien así que pujó una última vez y un hermoso llanto llenó la habitación.

The final battle.Where stories live. Discover now