CAPITULO 8

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Esa noche durmió muy mal. Cuando conseguía adormilarse, le atormentaba la imagen de Emma desmayándose en los brazos de su padre. Después, aparecía Kendall con su hija en brazos murmurando: se está muriendo.

____ se despertó sobresaltada, se mojó la cara con agua fría y decidió no dormir más.

Pero estar despierta fue casi peor, porque no podía olvidar el momento en que Kendall la había mirado a los ojos; había visto en ellos una pena sin defensas y la había sentido como propia. Su corazón se había unido a él y, por un momento, casi había estado dispuesta a hacer lo que le pidiera. Pero sólo por un momento. Entonces se había repuesto. No eran sólo sus recuerdos de Sally, lo que le habían hecho rechazar la propuesta. Esa tarde, se había sentido conmovida por el magnetismo que rodeaba a Kendall como un aura. Pero nada podía ser más absurdo para ella que caer bajo el hechizo de un hombre como Kendall, que podría atraer a cualquier mujer que quisiera.

Al llegar la mañana ya había tomado una decisión. Notificaría su despido ese mismo día y le pediría a la agencia que le buscara otro trabajo. Antes de irse de casa, metió la foca en el bolso para que Kendall se le devolviera a Emma.

Caminó despacio hasta la parada del autobús sin ganas de llegar a No quería entrar en la oficina, ver a Kendall y volver a enfrentarse a sus fantasmas de nuevo.

Jenny se le había adelantado. ____ echó un vistazo al reloj.

-No te preocupes -le dijo su compañera-. Todavía no ha llegado.

-¿A estas horas?

-Ya lo sé. Es increíble, ¿verdad? Oh, ____, tengo tan buenas noticias.

La cara brillante de su amiga le dijo todo.

-Michael y tu! se reconciliaron -dijo ____.

-Vino aquí ayer por la tarde, con una rosa roja. Fue una suerte que el señor Schmidt hubiera salido porque pudimos hablar con toda libertad. Nos casamos el próximo mes.

____ sintió que su propio dolor se le olvidaba. Era bueno saber que había felicidad en el mundo para la gente buena como Jenny. Escuchó toda la historia otra vez sonriendo y diciendo las cosas adecuadas. Pero su mente seguía viendo la imagen dolorida de Kedall.

Por fin Jenny dijo:

-¡Eh! ¿Qué pasó ayer cuando te fuiste?

-Nos fuimos a la feria.

-¿Con Emma? ¿No es divina? ¿Sabes? Hay una cosa curiosa con esa niña. Yo llevo trabajando aquí tres años y ni siquiera sabía que tenía una hija. Entonces, empezó a aparecer de repente en la oficina y él empezó a dejar el trabajo a un lado para sacarla. Es bonita, ¿verdad? Cuando sea mayor, va a ser una auténtica belleza.

____ respondió alguna vanalidad e intentó empezar su trabajo, pero no podía concentrarse. Se preguntó si la tardanza de Kendall se debería a que Emma había empeorado. Sabía lo descorazonador que le debía haber resultado su negativa, pero no podía enfrentarse a lo que le pedían. Había dicho la verdad cuando había contestado que Emma le gustaba mucho. Sería fácil querer a una niña cuya frágil salud no había hecho mella en su espíritu. Y ____ no podría soportar querer a otra niña para después verla muerta.

Kendall llegó hacia el mediodía y se dirigió a su oficina directamente sin mirarlas. Casi al instante, sonó el megáfono de ____.

-Venga aquí, por favor -dijo por el interfono.

Parecía haber pasado una noche terrible. Tenía sombras oscuras por debajo de los ojos y la cara sombría. ____ imaginó que ella debía tener tan mal aspecto como él, porque, cuando alzó los ojos, vio algo en los de él, quizá reconocimiento, o compañerismo, que le hizo ponerse rígido.

Mi Mejor NOCHE DE BODAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora