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Emma Megami,  la nueva capitana de la 5° División del Gotei 13... Parecía un sueño ¿Verdad? Mas no era sino, la realidad. Una realidad que tal vez podría animar o hacer saltar de alegría a cualquiera... Mas no para ella. 

Era conocida especialmente, desde sus inicios en la academia, por su inmensa seriedad, casi asemejándose al famoso Capitán Kuchiki, cuando verdaderamente, no tenían nada que ver. 

Desde su llegada a la sociedad de almas, se limitó a perfeccionar lo que antaño aprendió y librar al mundo de aquellos seres tan horribles que tanto le traumaron. 

—Capitana Megami.

La joven alzó su mirada, cesando de escribir sus documentos y encontrándose con Kira. Con un mero gesto de cabeza le indicó que hablase. Parecía que al estar fallando su teniente, él cubría en parte, su espacio informativo.

— ¿Recibió el informe de los Arrancar? 

Sin responder, Emma alzó justo los documentos que portaba en la parte derecha de su mesa, volviéndolos a dejar en su sitio.

 — Oh, me alegra... Por cierto ¿Le ocurre algo? —Quiso saber el joven, pues no estaba acostumbrado a ella, ni su actitud.

— En absoluto.  — Al fin se escuchó su voz... Una demasiado cálida para la frialdad que parecía mostrar.  — Comenzaré a leer ya el informe, puedes retirarte. 

Kira no buscó más conversación con la joven y mientras observaba cómo tomaba de nuevo los informes y se los colocaba enfrente, se retiró, cerrando la puerta de su despacho.

En el instante en que cerró la puerta, Emma suspiró y apartó los informes... tendría todo el tiempo del mundo para leerlos... Sacó su cuaderno negro y con un lápiz, siguió intentando dibujar aquel rostro, que, no quería olvidar... Pero lo que más, remarcó su burlesca sonrisa, sus dientes... Aquella sonrisa que la hacía estremecer... 

 

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La imaginó y dio un ligero respingón, arqueando sus cejas... Hasta su cuerpo tembló... Pero no por el mismo motivo que por el cual tembló la primera vez que... Lo vio... Aunque ahora, sonreía por el recuerdo, pese a que en su momento, solo sintió desagrado. 

Flashback

La joven suspiró pesadamente, tomando el cubo de madera lleno de agua que había sacado del pozo. Si aún tuviese familia, aquello no se haría tan pesado, pero... Sin tener... ¡Tenía que hacer como 4 viajes desde su hogar hasta el pozo del poblado! Aunque al menos, no los hacía seguidos.

Con ánimo jovial fue canturreando mientras con ambas manos tomaba el cubo y emprendía la vuelta a su hogar, una modesta casita algo alejada del poblado por cortesía de su huraño padre... Al menos, no soportaba alboroto alguno... Normalmente, mas como las casualidades existían... Hoy iba a ser su día de suerte.

Observó en su camino a unos presumidos nobles parloteando, a lo que, no quiso prestar demasiada atención, pues bien era sabido que los nobles no solían ser muy amigables y menos por campesinos que no eran ni sus criados... De ahí que la joven tratase de desviarse, mas éstos, se percataron de su presencia. ¿Y cómo iban a desaprovechar la oportunidad de mofarse de una pobre desdichada?

A regañadientes, la joven tuvo que ver como le cortaban el paso con disimulo.

— Pues como te comento, es mucho mejor tener una fuente propia de agua en casa, así como criados... — Comentó uno de ellos, provocando la risa de su compañero.

La joven morena volteó su mirada, evitando el contacto visual... Pero aquello fue un grave error para ella.

Uno de los nobles le puso el pie por medio y ella cayó de bruces contra el suelo, así como su cubo de agua. Por culpa de ello, acabó con sus ropas mojadas y con barro...

La joven apretó sus puños y alzó su cabeza, fijándose en ellos... Hasta que, un joven se abalanzó sobre el más alejado a ella, derribándolo, y pisándole el estómago a la par que desenvainó su katana y apuntaba al compañero.

La fémina aprovechó aquella situación para echarse hacia detrás y alzarse, tomando su cubo y cubrirse el pecho con el.

El joven, de pelo negro y ojos azules rasgados y amenazantes sonrió mostrando sus dientes con cierta sorna.

— La nobleza solo estorba en mi sistema. — Nada más pronunciar aquellas palabras, bajó su katana velozmente y de un rápido movimiento, cortó el cuello del noble que portaba bajo sus pies, mientras el otro, no tardó en soltar su bolsa con monedas de oro y salir corriendo en busca de samurais, dando gritos.

La joven se llevó una mano a la boca. Pese a que aquellos hombres podrían llegar a marecérselo... ¡No podía asesinar así en mitad del poblado!

La fémina miró a todos lados a la par que el joven gruñó, tomando la bolsa, y dispuesto a salir corriendo a por el huido, mas, cuando quiso hacerlo, sintió un leve tirón.

— Como no huyas te van a acribillar ¡Vamos!— Dijo la joven, incitándole a salir de ahí, pero al moreno no pareció convencerle, de ahí que, contratacó su tirón con otro más fuerte, casi derribando a la escúalida joven, sin brindarle atención alguna. — ¡Hazme caso! ¡Te mandarán a todos los samuráis!

Viendo que la muchedumbre se comenzaba a arremolinar ante ellos y el cadáver del nombre, ésta vez fue el joven el que tiró de la fémina para salir de allí, pues, no podría luchar en aquella situación.

Se dirigió hacia el bosque, ignorando las indicaciones de la joven que portaba a rastras, al menos eso hizo, hasta la entrada de este, donde soltó la manga de su camisa.

— Ni se te ocurra seguirme. —Dijo seriamente, llevándose sus manos a los bolsillos de los desgastados pantalones una vez que enfundó su katana nuevamente.

Ignorando sus palabras la joven le contestó con cierta desesperación.

— Si vas al bosque te encontrarán, serán lo primero que revisen. ¡Puedo ocultarte! Vivo en una casita no muy lejos de aquí.

El joven se giró con brusquedad, de forma amenazante, casi tanto como cuando se encargó de aquel noble.

— No te metas en mis asuntos. ¡Largo! — Aquella última palabra la acompañó echando su cuerpo hacia delante, como queriendo intimidar a la joven con su feroz rostro.

La joven se estremeció y tragó saliva agachando su cabeza, escondiendo así su ligero rubor mientras dijo con voz queda:

— Solo quiero pagarte la ayuda de antes. Mi nombre es Emma Megam...

No llegó a pronunciar su apellido completo, pues la risa desbocada del joven la interrumpió, así como sus palabras:

— ¿Ayuda? ¿De verdad crees que ayudaría a una desdichada como tú? Solo me importaba cobrarme la vida de esos indeseables. ¡Tonta! — Y riéndose de ella, el joven moreno de ojos azules se adentró en el bosque a paso avanzado.

Emma alzó su cabeza lentamente, siguiendo con la mirada al chico, hasta que este desapareció, así como su alegría ... ¿¡Quién iba a preocuparse por ella!?

Soltó un sonoro suspiro y decidió encaminarse hacia casa, cambiarse y volver de nuevo a por agua para su huerto... Tendría que hacerlo y más si no quería que los samurais la viesen por allí y comenzasen un violento interrogatorio. 

The moon of the panter (Grimmjow x oc)Where stories live. Discover now