Love Me Again.

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LOS EXTRAÑO!!! TTnTT

Continuación de Dancing with the Stranger.

Canción: Love Me Again de los culeros traicioneros mentirosos monoperros que extraño hijos de la verga ya vuelvan Big Time Rush...ahí dispensen a Logan violando la mesa.

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Haré que me ames otra vez.

Dean miraba ansioso a las personas bailando en aquel club esperando con el corazón en la garganta distinguir a su última pareja de baile en aquel lugar, maldiciéndose a sí mismo por no haberle pedido su número de teléfono aquella alocada noche en la que sólo eran unos extraños bailando intentando olvidarse de sus problemas.

Había asistido sin falta cada fin de semana a aquel lugar, que no era del todo su favorito, con la esperanza de volverlo a encontrar, con la esperanza de bailar con él de nuevo y, quizá, tener la oportunidad de poder experimentar algo más que un alocado baile que ambos disfrutaban en la intimidad de una habitación. Sonrió ladinamente ante aquel recuerdo, disfrutando de sus memorias y de un pelinegro de ojos relucientes que gruñía bajo él mientras le encajaba las uñas en la espalda y las manos de Dean se deslizaban por su cuerpo, por torso hasta sus piernas sintiendo cada centímetro de aquel ser como si fuera ciego y sus manos vieran por él.

Giró en su lugar en la barra y pidió otra cerveza, comenzando a impacientarse, preguntándose si aquella no sería otra mala noche donde no encontraría nada. Suspiró cerrando los ojos con fuerza intentando deshacerse del mareo que comenzaba a dominarlo debido a las luces de neón que cambiaban de color a una velocidad estresante; rosa, azul, verde, blanco. Uno tras otro los colores iban por los focos iluminando los cuerpos en la pista de baile que se sacudían unos con otros, compartiendo el sudor y el espacio de manera realmente sorprendente.

Mira a las chicas en la puerta,
y todas ellas quieren estar
quieren estar conmigo.
Pero diré no.

Dean tomó su nueva botella de cerveza y giró en su asiento admirando de vuelta a la multitud, pasando sus ojos verdes por la gente intentando dar con el rostro deseado, con otro par de ojos que le hacían poner duro con solo recordarlos, pero nada. Era como si de aquella marea de personas no hubiera alguien especial para Dean.

Los ojos de Dean se toparon con la mirada de un grupo de mujeres realmente atractivas que lo contemplaban como quien ve un bocadillo solo y desamparado en el refrigerador. Dean enarcó las cejas en su dirección haciendo que una rubia le respondiera pero él sólo bufó y siguió contemplando la multitud. Sí, quizá todas ellas quisieran bailar con él y sabía que no sería complicado conseguir una pareja, bastaba con acercarse y sonreír pero él no quería a ninguna de ellas. No a la rubia, no a la castaña...no quería a una chica, fin del asunto.

Miró su reloj, preguntándose si, quizá, no sería hora de largarse ya a su frío y odiado apartamento pero decidió que podía permitirse una canción más...o dos. Él tendría que aparecer en algún momento ¿cierto? Castiel. Sonrió al saborear su nombre en el paladar, diciéndolo en voz baja mientras su lengua acariciaba cada letra como si del cuerpo del nombrado se trataba. Castiel...Cass le quedaba mucho mejor.

La música cambio y las luces se volvieron, por decirlo de alguna manera, más divertidas, parpadeando como si ellas también bailaran mientras que la gente reía y se movía de manera más rápida y cadenciosa, como si sus hombros y sus caderas no pudieran seguir el ritmo pero haciéndolo ver de manera realmente increíble...al menos para los espectadores como Dean.

Un chico es el que busco,
de aquí se fue.
Sé que volverás por más,
dame una oportunidad.

Volvió a parecer algo sacado de una película; la marea de personas se abrió frente a Dean y la luz blanca iluminó a una persona que reía y alzaba los brazos al cielo antes de pasarlos alrededor del cuello de una pelirroja sonriendo de manera borracha mientras se balanceaban al ritmo de la canción, tarareándola incluso sacudiendo sus caderas al ritmo establecido. Dean sintió los labios secos y se apresuró a vaciar su cerveza de un trago mientras sonreía radiante, perdiéndose en el trasero de aquel pelinegro de ojos relucientemente azules que bailaba con una pelirroja y, a su lado, una castaña y una rubia los acompañaban, alentándolos a seguir su espectáculo. Dean no necesito otra señal divina antes de levantarse de su asiento.

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