Instinto de lujuria

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Perfección. Eso era lo que podía observar el castaño desde donde se encontraba. Se había despertado antes que Cecilia y decidió ordenar un poco y preparar café. Estaba sentado en su mesa de dibujo observando a aquella diosa que dormía boca abajo sólo envuelta en las sábanas. Habían hecho el amor, no fue sólo sexo. Ella le pidió que le hiciera el amor y su parte de romántico no pudo negar que eso era un avance.

La inspiración lo dominó y comenzó a bocetar unos trazos que poco a poco fueron tomando forma. Mientras dibujaba por primera vez notó un pequeño tatuaje, un diminuto corazón que estaba en su omóplato izquierdo. No pudo evitar preguntarse: ¿Por qué alguien que no cree en el amor tiene tatuado un corazón en su piel?

La muchacha comenzó a despertarse para encontrar una mirada dulce y concentrada sobre ella. No tenía sus lentes y sus rizos caían sobre su frente totalmente alborotados, llevaba una camiseta de mangas largas y chándales negros,era hermoso. Parecía un diamante en bruto que estaba esperando a ser pulido y ella iba a ser la escultora.

—Buenos días,bebé. —dijo la morena incorporándose en la cama dejando que la sábana escurriera de su cuerpo mostrando su pecho desnudo al castaño,que se ruborizó al verla.

—Buenos días,amor. —dijo en un impulso. Ella lo llamaba bebé. Él también tenía derecho a ponerle un apodo o la había cagado épicamente.

—¿Amor? —susurró como saboreando la palabra y caminando hacia él para sentarse sobre sus piernas completamente desnuda como la diosa Venus que era. —Me gusta. Suena lindo en tu boca, aunque todo lo que dices suena lindo en tu boca.

Buscó los labios del castaño, que respondió automáticamente en su encuentro. Se besaron por unos minutos, las manos de Shawn ahora no eran tímidas y recorrían aquel cuerpo reclamándolo como suyo.

—Tenemos que ir a trabajar. Se hace tarde. —dijo el castaño apartándose. Si seguían por ése camino, terminarían en la cama por cuarta vez.

—No creo que tu jefa se moleste porque llegues tarde. —Susurró en su oído y en eso su mirada fue a parar al dibujo detrás de el muchacho. —Es hermoso.

—Es sólo un boceto. —respondió el castaño restándole importancia. La imagen la reflejaba a ella dormida cubierta por una fina tela, pero el realismo alcanzado y la expresión de paz que había logrado plasmar la impactaron. Así la veía él. Delicada, tierna, hermosa.

—Me encanta, amor. —Sonrió de manera tonta y sincera.

Había algo en las pequeñas cosas que hacía ese muchacho que a ella la ablandaban lentamente. Ella quería quererlo, ella quería poder decirle que lo amaba, pero eso la hacía sentir débil y la atemorizaba.

—Eso me hace feliz. Cuando lo termine puedes llevarlo. —Sonrió orgulloso.

—Bueno, menos dibujos y más café. Me has convertido en una adicta. —Se apartó del castaño tratando de recuperar su postura distante.

—Enseguida, jefa. —Bromeó Shawn,que cada vez estaba más desinhibido,y se puso manos a la obra.

Ella buscó su ropa interior en el suelo e intentó asearse en el diminuto baño.

—Aquí está tu café,amor. —dijo el castaño poniendo una taza en la mesa y junto a ella un panecillo de vainilla con crema.

—Gracias, amor. —Le dio un corto beso en los labios y se sentó. —¿Tú no desayunas?

—Ya desayuné. Suelo despertar muy temprano y normalmente voy al gimnasio para liberar el estrés o salgo a correr.

—Eso explica esos músculos. Era algo que por tu personalidad no encontraba explicación. —Cecilia lamió la crema del panecillo de la manera más sexy que encontró. — Te voy a llenar de trabajo para mantenerte estresado y motivado.

Sweaters Boy ||S.M||Место, где живут истории. Откройте их для себя