Donde todo comenzó.

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Seok Jin. Pov

Solía tener una vida estable, estudiaba y trabajaba para ayudar en mi casa. Todo iba bien hasta que el bastardo que se hacía llamar mi padre abandono a mi madre por otra mujer más joven, dejándonos solos y sin nada. A partir de ese momento me dediqué a mantener a mi familia pero no en lo que ellos creían. En las tardes yo trabajaba en una pequeña cafetería pero en las noches me dedicaba a prostituirme. Se que suena asqueroso tener que estar con quien de más dinero por mi cuerpo pero lo hago por mi família y solo por ellos.

Siempre me compraban clientes con demasiado dinero ya que mi precio era elevado al tener sólo 19 años y mi cuerpo fuera como ellos le dicen "perfecto". Así que solía tener que ir con hombre desde mafiosos que llegaban hasta ricos empresarios que querían un poco de placer y pss yo tenía que complacerlos.

Xx: Hoy en la noche tienes un cliente. Tratalo bien, es algo difícil

Asiento y me voy a preparar con la típica ropa en lencería y un abrigo sobre esta. Maquille un poco mi rostro me gustaba dejarlo al natural y aplico un poco de bálsamo en mis labios.

-Estoy listo... Ya puede venir por mi

Respiro profundo y me dirijo al punto de encuentro en un lugar un tanto oscuro ya que la mayoría de los clientes querían mantener su identidad oculta.

Kim NamJoon. Pov.

Debo admitir que no es la primera vez que hacía algo como esto, llamar a aquella compañía ilegal y pagar por alguna prostituta o algún “prostituto” que satisfaga mis necesidades carnales ¿Por qué no lo hacía con una persona cualquiera? Por la simple razón de que soy más una bestia que un ser humano. No sé cómo tratar a las personas con delicadeza, soy bruto, y tosco con mis palabras y acciones, sin embargo, eso jamás le importó a nadie más que mi dinero, y porque claramente soy considerablemente muy atractivo, no obstante, las relaciones que tuve antes, siempre terminaban en ruinas y no iba a negar que era mi culpa, me era imposible demostrar afecto o ser delicado con ellas, no era lo mío; yo soy más el tipo de chico que en vez de abrazarte probablemente te de unas palmadas en el hombro que según yo son sin nada de fuerza, pero para el resto son golpes duros.

— Sí, le he dicho más de una vez que no me interesa que sea un chico, maldita sea. ¿Esta es una compañía para criticar mis gustos personales o para venderme un jodido prostituto?— cuestioné con enojo.

La persona en la línea simplemente acató mis órdenes y me indicó que por la noche debía ir a buscarlo en un lugar exacto, asentí, aunque no pudiera verme y le corté la llamada sin siquiera despedirme. Estaban siendo molestos, otras veces simplemente era pagar e ir a buscar al estupido crío que me haría una mamada y después se iría, pero ahora estaban haciendo un lío total sólo porque este chico era “especial”. Absurdo.

Una hora más tarde ya me encontraba conduciendo hasta el lugar en el que habitualmente se recogía a la persona, no me costó demasiado llegar, debido a que a esta hora el tráfico era casi nulo y además gracias algunos atajos que aprendí a tomar, al entrar por el obscuro callejón pude divisar a lo lejos una figura pequeña asomándose, supuse que era SeokJin, según la persona del teléfono ese era su nombre, aunque siendo sincero no me importaba en lo más mínimo. Bajé la velocidad hasta llegar a su lado y bajé el vidrio polarizado de la ventana del copiloto para hablarle.

— Sube. —le ordené sin vacilar.

No necesitaba preguntarle si era él, estaba seguro de ello y aún si no lo fuera, prefería llevarme a este chico de rostro bonito que a cualquier otro. En el momento que ya estaba instalado dentro del auto, comencé a conducir devuelta a mi casa otra vez, lo observé de reojo una que otra vez, él no decía nada y su silencio me estaba desesperando, supuestamente debería estar intentando complacerme de alguna forma, con elogios o siendo atrevido, pero simplemente estaba callado mirando por la ventana.

— Me desespera que estés callado, di algo, estás aquí para entretenerme de la forma que sea.

Fruncí el ceño aún con la mirada puesta en la carretera, en ningún momento dirigí mi vista a él, estaba muy ocupado conduciendo, como para perder mi tiempo en además de hablarle,  estar observándolo.

Jin: Disculpa. No acostumbro a hablar con mis clientes hasta que estamos en el acto —Digo tímidamente para luego tomar una bocanada de aire y acercarme a el lentamente. Tenía que hacer bien mi trabajo si quería una buena paga.— Pero por ti puedo hacer una excepción.

El menor empezó a besar mi cuello. ¿Qué edad tenía? ¿Diecinueve?. Reí para mis adentros gracias a su actitud, me había imaginado algo así, después de todo sólo era un mocoso. A comparación mía, yo tengo Veinticinco años y con mi experiencia, no me costaba darme cuenta que mientras tenía su mano acariciando mi entrepierna, sus manos y piernas temblaban, estaba nervioso. Sin embargo, no me causaba ternura en absoluto, ni nada por el estilo, solo me excitaba, esa adrenalina de follarme a alguien que me teme o el simple hecho de que esté nervioso por lo que haría, me provocaba un morbo increíble.

—Ya veo porque pidieron tanto dinero por ti. —Mencioné a la misma vez que de forma traviesa iba quitando ese horrible abrigo que tapaba la sensual lencería que llevaba debajo.— Quitatelo y muestrame tu lindo trasero, aún queda camino por recorrer y no quiero desperdiciar ni un solo momento.

Esclavo sexual (NamJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora