026: Vas a ser abuela.

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026: Vas a ser abuela.

¿Como te has sentido?

Mal, pésimo. –Me quejé mientras observaba cada caja de pastillas que Gustavo acababa de traerme.– Además de que ya no sé cómo seguir ocultándolo, entre los vomitos, los mareos... –Lancé un suspiro de cansancio y me recosté de la cabecera de la cama.– Hace dos días me desmayé, delante de mi mamá y mi hermano, ¿puedes imaginar cómo fue todo cuando desperté?.

Supongo que debemos empezar a apurarnos... –Se encogió de hombros con desdén mientras colocaba una de sus manos en mis muslos descubiertos, mi piel se erizo en el preciso momento en que comenzó a acariciar esa zona.–

No tengo nada que perder, no tengo ningún trabajo al que esto afecte y mucho menos estoy estudiando. –Sonreí ligeramente a pesar de que mis ojos estaban empezando a picar gracias a las lágrimas acumuladas.– el único que debe saber cómo manejar todo esto eres tú.

No hables así, no me gusta cuando te pones con esas vainas . –Me encogí de hombros sin querer extender el tema puesto que si lo hacía, terminaría llorando.– Te gusta todo eso de las redes sociales...¿No has pensado en hacer videos?, ¿contenido para las redes? –Enarqué una de mis cejas ante sus preguntas y me enderecé en mi lugar.–

No había pensando en eso... –Relamí mis labios y guardé las pastillas en un cajón junto a la cama.–

Bueno, piénsalo, puedes aprovecharnos a nosotros, sabes que eso te daría a conocer mucho más y con más rapidez. –Asentí estando de acuerdo con él, a pesar de que aquello era como si me estuviese diciendo que me colgara de una fama que ellos han trabajado durante mucho tiempo.–

Estábamos bien, al menos hasta el momento lo estábamos, habían pasado unos cuatro días desde aquella conversación en el parque.

Al día siguiente me había transferido dinero para hacerme los exámenes y que pagará la siguiente consulta con la doctora para entregarle los exámenes, aún no nos habían entregado los resultados y era algo que de hecho, no me permitía dormir de vez en cuando.

No habíamos hablado mucho por mensajes hasta hoy que me llamó y vino a casa para entregarme todo lo que había quedado en comprar.

He estado pensando y quiero darle la noticia a mi mamá. –Levantó la mirada de su teléfono y me miró esperando una respuesta de mi parte.–

Si es lo que deseas, si crees que es el momento, por mí no hay ningún problema. –Me levanté de la cama al escuchar la puerta principal abrirse, lo único que deseo es que no sea mi mamá.– Llegó mi hermana, mierda. –Solté una maldicion entre dientes y antes de que pudiese cerrar la puerta, ya estaba frente a mi.– No empieces. –Advertí en cuanto sus ojos notaron a Gustavo.–

No puede ser –Entre abrió sus labios en modo de sorpresa y para cuando me di cuenta, me había quitado del medio y se había tirado encima de Gustavo.–

Sofia, por amor a Dios, compórtate. –Gruñi de mala gana y camine hacia ella para tirar de su brazo y levantarla. Aunque, al notar la cara de Soto quise reírme, estaba tan incomodo.– Ella es mi hermana menor, Sofia, es altamente fan tuya.

xDecídete. -Big SotoWhere stories live. Discover now