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Al llegar a su casa lo primero que hizo fue platicar con su padre y Abuela todo lo que ocurrió aquel día. Evitando la parte en que se llevaba a Toph a un lugar privado sin el permiso de su niñera.

Días después regresaron su madre y katara. Sokka nunca se había sentido tan feliz en su vida al ver a su madre. Lo primero que hizo fue abrazarla mucho y decirle lo tanto que la quería.

—¿Cómo te fue?- Le preguntó a su hermana.

—Supongo qué bien, siento que no los convencí- Levantó sus hombros tratando de no darle importancia.

—Tu eres genial tocando el piano. Yo se que te aceptarán- La ánimo.

—Gracias Sokka- Le sonrió mientras lo abrazaba fuertemente.

Y así pasaron días en que la familia le daba los mejores aminos, todos confiaban en que ella había ganado esa entrada a la academia. El día en que por fin llegó la carta de aceptación fue el mismo día de la fiesta que había sido invitado Sokka, Esa misma mañana Katara entró gritando de emoción a la habitación de Sokka mientras saltaba en su cama intentado despertarlo.

—¿Qué pasa?- gruñó su hermano.

—¡Sokka mira!- Le acerco a la cara una hoja de papel.

—¿Que es eso?- pregunto mientras se sobaba los ojos. Se sentó en la cama y le quitó de las manos el papel.

Sokka al terminar de leerlo abrazó emocionado a su hermana, sabía que ella entraría a esa academia sí o si.

—¡Te lo dije Kata!

Katara soltó un sollozó, estaba muy feliz y no podía aguantar las lágrimas. Sus padres segundos después entraron a la habitación asustados al oír gritos y sollozos.

—¡Mami, papi entré!- Le grito su hija enseñándole el pedazo de hoja, Hakoda abrazó a su hija y empezo a besar su cara.

—¡Era obvio eres muy buena! Felicidades, linda- Su madre beso su frente.

Sokka no podía sentirse más feliz por su hermana.

Todos bajaron a desayunar y Kya preparo la comida favorita de katara hot cakes. Mientras comían platicaban animadamente de diversas cosas hasta que Kya hizo una pregunta...

—Sokka...cariño ¿Seguro que quieres ir a la fiesta de los Beifongs?

Sokka frunció el ceño.

—Claro que quiero ¿Por qué no quería?

Kya miro a Hakoda por unos momentos, parecía que ellos con tan solo verse supieran lo que iban a decir.

—No creo que sea buena idea.

—¿Por qué?- Sokka se sentía muy confundido.

—Es difícil de explicar...

—Pero quiero ir.

—No todo en la vida se puede, Sokka- Respondió su hermana.

—Nadie pidió tu opinión- Respondió molesto.

—Hey, paren. Tú madre quiere pasar tiempo con ustedes por eso no quiere que vayas a la fiesta de tus amigos.

—Solo será un día- Insistió.

Kya soltó los cubiertos de golpe y puso sus codos sobre la mesa mientras se trataba la cara. Katara y Sokka miraron la acción de su madre confundidos, Hakoda puso su mano en el hombro.

—Chicos...su mamá no se ha sentido muy bien últimamente...

—Ve al doctor mamá, ahí te darán medicina- Kya soltó una risa débil, Sokka al escuchar su risa comprendió que algo malo estaba pasando.

—¿Qué pasa?

—Estoy enferma, niños. En realidad estoy así desde hace ya un año, desde la vez que vomité en la fiesta de Tara ¿Recuerdan?

Ambos niños asintieron.

—No es fácil decirles esto- La madre apartó las lágrimas que salían de sus párpados, miro a sus hijos y sonrió.

—¿Por qué no? Solo toma medicina- Murmuró Katara.

—¿Podrían quedarse conmigo estas semanas?- se levantó de su asiento y se dirigió hasta donde estaban Sokka y Katara, se puso en medio y con sus dos brazos los abrazó. 

—Esta bien- Ambos niños abrazaron a su madre.

Ninguno de ellos dos le veía el problema, con tal de que tomara medicamento ella se sentiría mejor. Así era como pensaban ambos hermanos. Aunque Sokka deseara ir a la fiesta de sus amigos no podría ir, su mamá parecía necesitar a el y su hermana y no quería dejarla sola.

Del Azul Al Verde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora