Especial

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En la mansión Agreste.

Adrien ingresó a la oficina de su padre, (el cual en este momento no estaba) con una taza de chocolate caliente en su mano derecha, para tomar prestado una regla ya que la suya se le perdió.

Era raro estar sólo en su casa pero realmente no le daba mucha importancia ya que así, no lo andaban controlando o cuidando de manera excesiva.

Se aventuró más a fondo en ésa habitación en la que su progenitor se la pasaba prácticamente todo el día y antes de llegar al escritorio, se detuvo al ganar algo su atención, acercándose.

Sobre un maniquí, estaba lo que lo distrajo, que era una bufanda con una apariencia suave, de un bonito celeste y pequeños dibujos de copos de nieve.

No le solía dar mucha atención a lo que su padre creaba pero ésa bufanda le gustaba.

Aunque claro, la que le regaló a él era mejor.

Acortó más la distancia y con su mano libre, acarició la bufanda, sintiendo que era muy suave y cálida pero a la vez, resistente.

No le desagradaba la idea de recibir una bufanda más... cálida como próximo regaló de cumpleaños.

Aunque quizás ahora reciba un par de guantes o un gorro ¿no?

Sonrió al pensar en recibir algo que haría juego con la bufanda que se le regaló.

-¿Qué haces?

Plagg, salió de la nada y le habló por sorpresa al chico, muy cerca de su oreja, haciendo que esté se asusté, derramando gran parte de su chocolate en el peor lugar posible.

Adrien palidecio mientras veía la bufanda que su padre habrá estado tiempo pensando y luego diseñando, ahora con una enorme mancha de chocolate que la arruinaba totalmente.

Plagg se metió en medio para mirar la bufanda y luego a su portador que parecía estar hasta temblando.

-¡Uy! Estás muerto ó al menos tu trasero o espalda lo estarán.

Ignorando a su kwami, el chico agarró la bufanda y se fue corriendo a la cocina.

Tenía que deshacerse de ésa mancha lo antes posible o la próxima víctima de akumatización, sería su padre y una vez vuelva a la normalidad, él seguiría en muchos problemas.

Casi resbalando en más de una ocasión, corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a la cocina, acercarse al grifo y abrirlo para intentar borrar ésa mancha con agua, siendole inútil.

Éso se tenía que ir por que sí.

Agarrando la botella de detergente, la apretó con fuerzas para derramar el liquido sobre la bufanda mientras sus manos temblaban.

¡¿Por qué su cuerpo temblaba tanto justo ahora?!

Una gran cantidad de espuma se formó, quedando la botella vacía y Adrien frotando las manos sobre la bufanda, intentando solucionar ése error, hasta que algo llamó su atención y lo hicieron espantar aún más.

La punta que estaba intacta de la bufanda, ya no lo estaba ya que por sus nervios, no se dio cuenta de que cayó sobre un plató grasiento.

¡¿Por qué había un plato sucio justo en ése momento y lugar?!

-¡No, no, no, no!

Con miedo, sacó la bufanda de ése lugar, poniendola sobre la mesada y sintiendo ganas de llorar por ver como una obra maestra que tardó quien sabe cuanto tiempo en ser creada, él, en cuestión de minutos, la destituyó completamente.

RumoresWhere stories live. Discover now