Rumores

¿Celosa?

Ladybug y Chat noir estaban patrullando la ciudad y luego de unos minutos se detuvieron para descansar.

Ése día, Alix le dijo a Alya que Chat noir estaba actuando muy raro últimamente, siendo oída por Marinette quien luego de pensarlo, se dio cuenta de que era verdad.

Según Alix, Chat noir podía estar olvidando su amor hacía Ladybug, por alguien más, cosa que nadie creyó posible ya que ése tipo no tenía ojos para nadie más que no sea la heroína motada, pero... ésa maldición que es la duda, pasó por la cabeza de la insegura azabache.

¿Y sí Chat noir en verdad se estaba enamorando de alguien más?

Él estaba en todo su derecho, pero...

La chica, al ver que su amigo estaba muy distraído, se acercó a él e hizo algo muy atrevido.

-¿Qué le pasa a mi gatito?

Preguntó, intentando sonar dulce mientras se ponía delante de él y apoyaba su nuca en su pecho.

Ser una ternurita le salía de forma natural pero cuando lo quería ser, fingia muy mal.

Bueno, está vez quizás lo hizo bien ¿no?

Los ojos verdes del felino se posaron sobre Ladybug, no mostrando nada por el gesto de ella y suspiro profundo, antes de alejarse de su... ¿amada?

-No es nada, sigamos con el patrullaje.

Y la mirada de Ladybug, se mostró afligida.

¿Dónde estaba la alegría que esperaba ver?

¿Por qué no quiso seguir con éso?

¿Quién era la otra que le estaba quitando a su gatito?

¿Desde cuándo era su gatito?

Sintiendo una extraña presión en el pecho, Ladybug agachó la mirada y se tocó el pecho.

¿Qué era ese extraño dolor indescriptible que estaba sintiendo?

Nada de todo éso tenía sentido.

Chat noir al darse cuenta de que Ladybug no avanzaba, se volteó y se espanto al ver que ella se arrodillaba y cubría su rostro con ambas manos.

¡¿Qué le pasaba?!

-¡My Lady! ¡¿Qué pasa?!

Con preocupación, se acercó a su amada la cual intentaba contener ésas lágrimas que salían de la nada.

¿Ahora sí era su Lady?

Seguro que ése gato era todo un mujeriego sin el antifaz y quería que ella sea una de sus víctimas, ¡pero no!

Ella jamás se enamoraria de alguien así, ni en un millón de años o se cortaría sus infantiles pero amadas coletas.

-N-no... ¡Snif!... me pasa nada. Vete.

Ordenó ella, intentando controlarse al máximo.

Chat noir se rasco la cabeza, nervioso.

¡¿Qué se supone que tenía que hacer en ése tipo de situaciones cuando una chica se pone a llorar de la nada?!

Nino le advirtió que cuando sea grande y se consiga una novia, que sí ella parece tener humor cambiante, que huya los más rápido posible a comprar chocolate y sí éso no funcionaba... era mejor que funcione.

Chat noir se puso de pie para ir a comprar chocolate lo más rápido posible y Ladybug lo miró con odio puro.

-¿Así qué te vas? Claro, como el señor galante se aburrió de ser superhéroe, va a abandonarme a mi merced, sin importarle que me pasé.