Mᥲrk Lᥱvιᥱᥣs.

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Aclaraciones:

Narración.

-Diálogo-.

"Pensamientos".

Advertencias:

OC.

Género: Romance | Drama | Fantasía | Angust.

Clasificación: T | M.

Disclaimer: El juego no me pertenece a mí sino a ®Claire Zamora.

Nota de autor:

Hola, antes que nada lamento la tardanza, pero me he quedado sin tablet y escribo directamente de aquí, así que me tardaré un poco con los próximos. Aun así, espero que la dueña de este cortito lo disfrute.

Aclaro, está inspirado en mi fanfic Deseo inevitable. Sin más, que lo disfruten.

PD: cualquier falta de ortografía o gramática la corrijo luego.

DɾᥲᑲᑲꙆᥱ 3.

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"Sentía celos porque sabía que si alguien te conocía perdería la cabeza por ti, lo que me pasó a el día que te vi".

Anónimo.

.

— Se puede saber ¿en qué pensabas cuando le insinuaste a Ryan Carter que tenemos una relación más que profesional? — espetó Lilly con las manos en las caderas y la expresión aireada.

Para su desgracia, Mark se dio cuenta que enfadada resultaba más atractiva... No obstante, tuvo que volver a la realidad y centrarse en el asunto que los había llevado a tal disputa.

¿En qué pensaba? ¿La verdad? No pensaba, solo quería que su jefe alejara las manos de ella. Que mantuviera su distancia. Lo quería lejos y mencionar la posibilidad de una relación amorosa entre ellos fue lo mejor que se le ocurrió. Una charada adolescente, pero efectiva.

Entonces Mark se permitió vagar un poco por el escote vaporoso que dejaba ver la piel blanca, los senos se elevaron ligeramente cuando ella cruzo los brazos debajo del talle. Sintió un leve sonrojo en sus mejillas.

— ¡Mark!

— Ese hombre no es bueno para ti, Lilly.

Ella bufó, puso los ojos en blanco y replicó.

— ¿Ah no?— él negó con la cabeza — ¿Y desde cuando necesito tu aprobación?

Mark evitó cerrar los ojos, pero sabía que Lilly se dio cuenta de su expresión herida porque desvió la mirada y chasqueó la lengua. Un rasgo típico que indicaba su falta de tacto, luego suspiró.

— Escucha, Mark... Sé que quieres protegerme, que no quieres que me lleve un chasco — dijo —. Pero, ¿no crees que estoy lo suficientemente grande, como para darme cuenta de las cosas? Ya no soy una niña, Mark.

Oh, eso lo sabía muy bien.

— No conoces al señor Carter...

Ella suspiró de nuevo.

— Sé como es, Mark, come modelos como desayuno. No necesito que me lo digas, no soy ingenua.

Y él lo sabía, pero resultaba complicado ser objetivo cuando su temor a perderla era muy grande. Se acercó un poco y pasó el dorso de su mano contra la tersa y lisa piel de su mejilla.

— No quiero que te lastime... — murmuró.

Ella soltó una risa amarga.

— Ya lo han hecho y ni siquiera lo han notado.

Lilly acunó delicadamente su mano y luego se retiró despacio. Lo que dura un suspiro y un roce...

Y él se quedó con el estómago hormigueando y un enorme vacío en el pecho.

Drabbles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora