𝐃𝐀𝐑𝐊𝐍𝐄𝐒𝐒 ︴ yandere ! one shots

O2 ‧₊˚ 「𝐑𝐎𝐍𝐀𝐋𝐃 𝐊𝐍𝐎𝐗 ˚ ⚘ ˏ'୭̥！！

RONALD KNOX
kuroshitsuji
yandere, engaño, forzado y manipulación.

ㅤ༦ㅤ̊ 슧 celos ꣒ㅤ⎯̊⛓

쉶
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Había comenzado a sentir algo por una humana, algo completamente prohibido e indebido. No se sentía con la fuerza necesaria para abandonar a su alma gemela, a aquella mujer que logro hacer un gran cambio en él. Había hecho que aquel dios de la muerte sintiera algo muy especial en su interior, un típico revoloteo de mariposas cada vez que la miraba dormir, reír, incluso comer. Se había perdido completamente en sus sentidos, había hecho que su mente dejara de pensar lo suficiente para dejar mantenerse cuerdo en lo que su preciosa humana estaba ahí, con él. No quería ni imaginarse el día que ella tuviera que partir, para ese entonces él ya debería haber probado cada uno de los sabores de su ángel.

──Maldición... ──Gruño molesto al ver a ese inútil acercarse a su bella humana. Ese idiota Rubio conocería quien era Ronald Knox... Quien era ese dios de la muerte.

Había estado siguiendo a la chica de cabellos negros por un largo tiempo, había pasado de una o dos visitas semanales por simple curiosidad a intentar vigilarla a la muchacha en la mayoría del tiempo que tenia libre. No podía sacarse el día que la conoció, que conoció como aquella humana que lo traía vuelto loco desde hacia mucho tiempo. Observo como ella reía de los comentarios estúpidos que hacia Alois Trancy, ahora su mayor rival. Sabía de que no era más que tú amigo, y mas por la diferencia de edad que correspondía la chica contra él, pero no podía evitar sentir su sangre hervir cada vez que veía como ella jugueteaba con él o con algún otro imbécil de por ahí. No podía soportar ver a la chica cerca de alguien, le molestaba y lo hacia tener ganas de aniquilar a cada estorbo que se atravesaba en su camino. Y no eran pocos, todos aquellos humanos que rondaban cerca de su preciosa mujer eran basura, seres insignificantes que no merecían siquiera respirar su mismo aire.

──Bueno señorita [T/A], creo que es hora de irnos. ── Su mayordomo sonrió, aquel que era su mayor amenaza, Jason Watson, un hombre de piel morena, ojos verdes y un cabello castaño largo tomado en una coleta. Aunque para quitar a esa rata inmunda de su camino no era ningún problema, era otro humano destinado a morir algún día. Aunque él mismo esperaba ansiosamente terminar con aquel bastardo que mantenía lejos de si lado a su mujer (o como él la había nombrado para el resto del mundo).

──Claro, Jason. ──hablo con un tono suave de voz, el cual encajaba a la perfección con su voz tan angelical y bella. Todo esto los dijo observando al de cabello castaño. Después giró su mirada hasta el Conde Trancy. ── Muchas gracias por su invitación Conde Trancy, ha sido un gran placer estar el día de hoy en tan grata compañía. -remarca la chica con una dulce sonrisa en sus carnosos labios rosas, se levantó de la silla del jardín de la mansión Trancy e hizo una reverencia. Se alejo del rubio de ojos azules y salio de su mansión, siendo seguida por Ronald quien buscaba la oportunidad perfecta para acercarse a ella. Para ver de nuevo su rostro angelical de cerca como la primera vez, para verla con aquella mueca que él consideraba hermosa en el rostro de la femenina. De una u otra forma él sabía que debían terminar juntos, y no le importaba nada en absoluto si no era el simple hecho de estar a su lado.

...

La chica leía el libro de su padre mientras se encontraba sentada bajo la sombra de un frondoso árbol. Jason y sus padres habían salido a un lugar un poco extraño a su parecer "una junta con los socios de mi padre a las 14:00 horas es un poco extraño a mi parecer. " Aún mas por que la hubieran dejado casi sola. No era extraño para ella que sus padres salieran a esas horas, lo extraño era que hubiera llegado simplemente el carruaje aun cuando ellos no sabían nada de eso. La chica de cabellos negros decidió dejar el tema por la paz y seguir concentrada en su lectura. Mientras leía cambiaba constantemente de páginas. Después se puso a repasar aspectos de su vida un poco diferentes al de las otras damas de su edad.