La Dueña de la Voz Misteriosa

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Miré a Mae con fiereza. Ella se había dado cuenta de lo ocurrido en el segundo en que dijo mi nombre. Meses había esperado poder encontrar a la responsable que mi boda con Kentin estaba al borde del fracaso, pero JAMÁS se me hubiera ocurrido que hubiera sido ella. Había pensado en Debrah, Laeti, hasta dudé de Ámber, pero jamás se hubiera ocurrido pensar que habría sido Mae, sencillamente porque estaba lejos y porque era demasiado vieja para entender la sofisticada tecnología que implicaba para una persona mayor el WhatsApp y sintetizar una voz, pero ahora que lo veían mis ojos... todo quedaba más que claro.

-Fue usted -susurré. Mis ojos chispeaban con fuerza y los de Mae eran el terror personificado-. Usted. Usted fue quién nos canceló la reservación en la Catedral y en el hotel. Fue usted quien provocó que se nos caigan las demás reservaciones.

Mae estaba pálida, seguramente no contaba verme en ese Starbucks ese día... o cualquier otro día.

-¿Qué está haciendo aquí, por empezar? -pregunté. Tenía millones de preguntas para hacerle, pero quería empezar por la que más me importaba.

-No te metas en mis asuntos, mocosa -dijo de mala forma, mientras la fila continuaba avanzando.

-¡Usted se metió en mis asuntos! -le respondí, no podía creer la soberbia y descaro con el que esta mujer me estaba diciendo todo esto-. ¡Arruinó mi boda con Kentin! ¡No tenía motivos para hacer nada de eso!

-¡Claro que los tenía! ¿Te parece poco poner en contra a mi nieto a mayor? -preguntó Mae.

-¡Su nieto mayor es Gaiel!

-¡Ese bastardo no es mi nieto!

-¿Quieren moverse? ¡Están estorbando! -dijo un muchacho detrás mío en la fila. No me había percatado que estábamos gritando en medio del Starbucks, yo lo miré con mala cara.

-¡Muévete tú, imbécil! -le grité. El muchacho me miró con mala cara y avanzó, yo dirigí mi mirada a los ojos de Mae que me miraban con desafío-. Esto no se quedará así, Mae...

-¿Y qué vas a hacer, mocosa? No tienes nada en mi contra -preguntó divertida mientras yo me retiraba del lugar.

-Denunciarla por amenazas -dije mientras salía del local. Tomé el móvil y marqué el número de Kentin, sabía que estaba en el ejército pero necesitaba urgente hablar con él. Me saltó el contestador.

-Cuando escuches este mensaje llámame urgente -dije en pocas palabras, crucé la calle casi corriendo por mis botas de taco alto y entré en la jefatura de policía. Empujé la puerta y me acerqué al mostrador, dos policías obesos y con pinta de holgazanes me miraron por encima de su taza de café-. Vengo a hacer una denuncia.

-¿A quién va a denunciar? -preguntó el oficial mientras dejaba su taza de café y se preparaba a tomar los datos.

-A Mary Jane O'Connor, es el apellido de casada -dije mientras me acomodaba la bota-. De nacionalidad irlandesa.

-¿Cuál es el motivo de la denuncia? -preguntó el policía.

-Amenazas -dije en pocas palabras.

-Mire, señorita. Hasta que no se cumplan esas amenazas no podemos hacer nada -empezó el otro policía, yo lo miré con mala cara. ¿Me estaban jodiendo?

-¿Cómo? -pregunté, no podían responder eso-. ¡Conozco mis derechos, oficial! ¡Eso que está diciendo es mentira y lo sabe!

-Baje la voz o me veré obligado a esposarla -advirtió el policía.

-¡Y si usted no me toma la denuncia yo me veré obligada a denunciarlo ante la Auditoria! -exclamé. Esto no podía ser cierto, un oficial no podía menospreciar a una persona de esta manera-. ¡Usted es un oficial público!

Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)Where stories live. Discover now