Prólogo

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En el año 1750, Agustín Niribia de la Sierra, junto a sus hombres —un grupo de forajidos recién liberado de la cárcel—, llegaron junto a sus familias y llevaron a cabo la conquista de los tres años, que consistió en la ocupación de las tierras que, años más tarde, llevarían su apellido.

Fue la ocupación más violenta y despiadada que se conoció en la historia de Niribia y de cualquier otro país del continente desde su descubrimiento. Los hombres y niños de las primeras tribus fueron amarrados y obligados a presenciar las sistemáticas violaciones de las mujeres y niñas, ejercidas por los conquistadores de la época, como símbolo de la más salvaje dominación y destrucción. Acto seguido, quemaron sus chozas, sus pertenencias y formaron los primeros indicios de una civilización más compleja y organizada.

Los conquistadores destruyeron cada aspecto importante de las tribus primitivas para evitar futuras revoluciones y alzamientos en su contra; su espíritu, el cual guía sus convicciones; su libertad, la cual les permite actuar; su esencia, la que determina su individualidad; y su integridad, la que condiciona la fuerza de sus convicciones y qué tan transables son.

Muchas mujeres y niñas perdieron la vida en esa barbarie, mientras que muchas otras quedaron embarazadas, siendo obligadas a dar a luz el fruto de su violación. Por otro lado, gran parte de los hombres de estas tribus fueron torturados, esclavizados y obligados a trabajar en las casas de los conquistadores. 

Algunos otros intentaron rebelarse, pero los conquistadores los descuartizaron vivos con el solo propósito de provocar terror y así no volvieran a levantarse contra ellos, lo que les funcionó. 

Unos pocos años más tarde, las tribus primitivas se extinguieron, en razón de sus paupérrimas condiciones de vida, sobreviviendo solamente los hijos de las mujeres tribales.

Los descendientes varones fueron educados directamente por los conquistadores para ser y actuar a su imagen y semejanza, mientras que las descendientes hembras fueron obligadas a trabajar en las labores de la casa, siendo las sirvientas de las esposas de dichos conquistadores. Con todo, imperaba todavía un fuerte clasismo, que impedía que los hijos de mujeres tribales consiguieran llevar una vida tan próspera como la de sus tutores, dado su origen indigno.

La sociedad que, posteriormente, fue construida y desarrollada sobre la base de esta conquista, llevó de forma implícita una construcción de poder de orden patriarcal, según la cual, ninguna mujer podría alcanzar un cargo público, no podrían decidir sobre sus cuerpos, ni tomar decisiones sobre sus acciones sin consultar a un hombre y ser aprobada por él, mientras que un hombre jamás puede ser cuestionado, tiene que ser escuchado y satisfecho en cada una de sus necesidades, y tiene completo dominio sobre la mujer.

Don Agustín Niribia de la Sierra se alzó como poder constituyente originario y redactó por sí mismo el primer ensayo constitucional de 1785 de Niribia, convirtiéndose en la constitución oficial tres años más tarde. A partir de este momento, la nación de Niribia alcanzó oficialmente su independencia.

Se constituyó como el primer presidente de la República de la historia, lo que inició una larga tradición de represión en contra de las mujeres, por ser indignas, inferiores y llevar el pecado original en su sangre. Con su muerte, su sucesor Antonio Niribia Echeñique tomó su lugar y perpetuó el legado de su padre. Bajo su mandato, las mujeres jamás tendrán el mismo valor que un hombre. 

En esta época, se cree que las mujeres no son dignas de ostentar cargos públicos ni de ser tomadas en serio. Las mujeres son demasiado emocionales, cambiantes e influenciables. No se puede confiar en ellas, ni en su criterio. Están biológicamente diseñadas para ser madres y para satisfacer las necesidades del hombre. Nada más.

Conforme fueron pasando las generaciones, el factor racial que afectaba a los descendientes varones de las mujeres tribales pasó a ser irrelevante, pues esa parte de la historia se eliminó casi por completo de la memoria colectiva de Niribia. No hay ningún libro de historia oficial del gobierno que relate la verdadera conquista de este país; el hito de la llegada de Agustín Niribia parece escrito de forma artificiosa e incoherente, casi como una especie de Mesías que vino a salvar las tierras niribianas de las demoníacas tribus asentadas.

El principio de igualdad ante la ley se manifestó en una reforma constitucional posterior, que dictaba que todos los hombres, sin importar su origen, gozan de igualdad en dignidad y derechos, lo que abrió la puerta a que cualquier hombre pudiera acceder a cargos públicos y formar familias prósperas.

Así, desde el año 1830 en adelante, llegaron al poder nuevos gobernantes de otros estratos sociales, pero, al encontrarse insertos bajo el mismo paradigma, nada cambiaba de forma estructural, reproduciéndose una y otra vez el mismo patrón de opresión.

Las generaciones actuales de mujeres no conocen lo que es la libertad, y la gran mayoría cree ciegamente en la eficacia del sistema, pues mantiene al país estable y en orden. Sin embargo, con cada nueva generación, nacen también personas detractoras que, poco a poco, analizan y cuestionan el sistema de gobierno desde su raíz, sembrando de esta forma, una semilla de revolución. 

Dicen que se oyen como un susurro en el viento. Ningún hombre las ha visto, pero dejan pancartas con mensajes anarquistas, rumores, indicios de que el sistema que existe no es el único que hay, y que no es tan perfecto como hace creer el gobierno. Ofrecen supuestos datos duros de la cantidad de fondos públicos que se han destinado para fortalecer las fuerzas armadas, datos de la cantidad de mujeres hechas desaparecer en controles de detención de dudosa legalidad y, con esos actos, cada vez más mujeres se ven impulsadas a cuestionar la eficacia del sistema.

Con cada gobernante, sin embargo, han nacido reformas cada vez más fuertes para reprimir y acallar a las personas en contra del gobierno. El miedo siempre ha sido de las herramientas más poderosas, y Maximiliano Echeverría lo sabía a cabalidad.

En el año 2003, Maximiliano Echeverría asumió como general en jefe del ejército de Niribia. Dedicó toda su vida a ascender en la jerarquía del ejército con un solo objetivo; la presidencia, cargo que logró ostentar algunos años más tarde.

Una vez se hizo con el cargo, realizó fuertes reformas al código de conducta y confirió más autonomía a los ministerios para realizar reformas reglamentarias en lo que refiere a filiación y escolaridad de las mujeres.

Su visión de gobierno refuerza la idea de que las mujeres no son en absoluto competentes para ser otra cosa que madres, esposas y amas de casa, y tenían que ser fuertemente monitoreadas en cada aspecto de sus vidas para evitar que nacieran mujeres anarquistas y fueran completamente leales al sistema.

Impulsó reformas legales en el Congreso Nacional al toque de queda y reforzó las autorizaciones obligatorias de salida. Ninguna mujer puede estar fuera de casa desde las seis de la tarde, bajo pena de detención inmediata; ninguna mujer menor de diecisiete años puede salir sin autorización de su padre, y en caso de estar autorizada, solo puede salir una vez a la semana; y ninguna mujer puede estar soltera después de los dieciocho años.

Reformó el estatuto militar en 2005 y el Servicio Nacional de Personas le entregó al ejército control casi completo sobre el registro de habitantes, filiación y estado jurídico de Niribia. Ahora ellos podrían modificar cualquier dato a su antojo de forma más expedita y emitir certificados de defunción y desaparición de forma autónoma.

Actualmente, Maximiliano Echeverría se desempeña en el cargo de Presidente de la República, General en Jefe del Ejército y, como consecuencia de esto último, director de la Cárcel de Mujeres, contando con prácticamente la totalidad del Congreso a favor de sus reformas, y con la totalidad del ejército a su disposición.

Por si fuera poco, se encargó de cerrar cualquier contacto con el resto del Continente, más que para viajes turísticos y laborales. Eliminó los tratados de libre comercio con todos los países de Quirabia y se encargó de hacer de Niribia una nación autárquica para evitar las importaciones. 

Las naciones que conforman el continente de Quirabia intentaron intervenir en la situación dictatorial de Niribia, sin embargo, al ostentar las fuerzas armadas más poderosas, cualquier declaración de guerra habría sido perderlo todo, aun si unían fuerzas, así que se limitaron a recibir a los pocos hombres que lograban escapar de esta nación para intentar iniciar una nueva vida.


[Libro 1]: RadicalWhere stories live. Discover now