# Capítulo 25 #

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David se acerca instintivamente a Carla y yo hago lo mismo.

—¿Qué haces aquí, Carla? —le pregunta cuando llegamos a ella.

Carla mira a David y luego a mí para después volver la vista a su hermano.

—Quería ver como os iba el primer día de trabajo —dice aunque no la noto muy convencida.

—Pues si no fuera por Paula creo que hubiese sido un desastre, porque al principio me he agobiado mucho... —responde David.

Carla me mira fijamente y me sonríe. Yo técnicamente no le he quitado la vista de encima desde que ha entrado y le sonrío de vuelta.

—Uy qué tonto, no os he presentado— dice David mientras se rasca la nuca — Paula ella es mi hermana...

—Carla Sastre Ruiz, al fin tengo el placer de conocerla— bromeo acercándome a Carla para darle dos besos a modo de presentación.

El roce de su piel con la mía hace que me estremezca ligeramente pero intento disimular. Carla comienza a reírse mientras su hermano nos mira sin entender nada.

—¿Ya os conocéis? —pregunta David frunciendo el ceño.

—Vamos juntas a clase —respondo mientras Carla no para de reírse de la cara que ha puesto su hermano.

—Espera... Entonces tú eres, ESA, Paula — dice David frotándose la barbilla, pensativo a la vez que sus ojos parecen divertirse con la situación.

Carla deja de sonreír y mira desafiante a su hermano, comienzo a intrigarme.

—¿Qué quieres decir con 'esa'? —le pregunto a David.

—No quiere decir nada—se adelanta a decir Carla antes de que David me responda.

—Bueno, nada, nada, tampoco. Solo lo digo porque Carla habla de ti alguna vez en casa y al fin te he puesto cara —me dice David, quien parece que está disfrutando de incomodar a su hermana.

—Bueno, es normal que hable de mí... Al fin y al cabo estamos saliendo —bromeo mientras agarro a Carla por la cintura.

La cara de David es un cuadro pero la de Carla es indescriptible. Si se creían que eran los únicos que sabían jugar a incomodar, es que no me conocen.

—¿Sa-saliendo? —pregunta David casi sin voz mientras vuelve a llevar su mano a su nuca para rascarse.

Parece ser que Carla no es la única en la familia con un tic cuando se pone nerviosa. La observo y veo que ha empezado a jugar con las mangas de su abrigo mientras busca una forma de salir de la situación en la que la he metido.

Empiezo a reírme estrepitosamente mientras me separo de Carla y los señalo a ambos.

—Madre mía que cara habéis puesto los dos, me meo —digo sin parar de reírme.

David comienza a reírse conmigo, sin embargo a Carla no parece haberle hecho gracia. Noto mi teléfono vibrar en el bolsillo de mi pantalón y recuerdo que había quedado con María en el bar de Ramona.

—Aunque me estoy riendo mucho, tengo que irme —les digo mientras me dirijo al mostrador donde dejé mi mochila antes de comenzar a desempacar.

—Técnicamente deberíamos irnos todos ya es la hora de cerrar —comenta David mirando el reloj que lleva en su muñeca.

—Bueno pues nos vemos mañana por la tarde—me despido de David —y a ti en clase —le digo a Carla.

Los escucho despedirse de mí mientras salgo casi corriendo del local para no retrasarme más.

La promesa de Paula || Historia LGBT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora