La promesa de Paula || Historia LGBT ||

# Capítulo 32 #

Claudia se fue un poco después de desayunar, Carla y yo estuvimos estudiando un poco antes de comer y ahora nos hemos tumbado a ver la televisión un rato. Estamos tumbadas cada una en un lado del sofá de manera que puedo verla de frente. Aunque mi vista está puesta en la televisión noto como Carla parece nerviosa. La observo de soslayo. Carla intercambia su mirada entre su móvil y yo repetidamente.

—¿Pasa algo? —le pregunto mirándola ahora completamente.

—¿Qué? —me pregunta distraída apartando la vista de su teléfono.

—Pareces nerviosa, ¿te pasa algo? —le repito.

—No, no, estoy bien... —dice sonriéndome.

Decido dejarlo pasar y vuelvo a mirar la tele. Estamos viendo una película de las que ponen los fines de semana, es un thriller sobre un asesinato que la verdad desde el minuto uno ya sabíamos quién era el asesino, sin embargo, continuamos viéndola porque no teníamos nada mejor que hacer.

El timbre suena y miro a Carla extrañada, ya que yo al menos no espero que venga nadie. Carla sin decir nada se levanta del sofá para ir a abrir.

A los pocos minutos aparece por la puerta del salón Alba, seguida de Carla quien me mira algo preocupada. No puedo evitar rodear mis ojos y suspirar al verla.

—Te dije que no era buena idea —le comenta Alba a Carla encogiéndose de hombros.

En ese momento me doy cuenta de que ha sido idea de Carla y la miro frunciendo el ceño.

—Le he pedido a Alba que viniese para que hablaseis de lo que pasó anoche —me explica Carla.

Me levanto del sofá resoplando, me acerco a Alba y me quedo con los brazos cruzados. Ahora es Alba la que rodea los ojos y mira a Carla, ésta le hace un gesto para que comience a hablar.

—Perdón por lo que dije anoche—se disculpa Alba sin ninguna gana.

—Sinceramente, me la suda que me pidas perdón o no y si esperas que yo te pida perdón por algo puedes seguir esperando... —le digo —Que estés saliendo con Carla no significa que vaya a actuar como si te soportase o me alegrase verte por aquí.

Cuando termino de hablar me doy cuenta de que probablemente la he cagado, y mucho, con Carla ahora mismo. Me da miedo mirarla pero no puedo evitarlo y veo como me mira decepcionada. Comienzo a andar para irme a mi habitación.

—¿Por qué no admites que te gusta Carla y que te revienta que esté conmigo? —dice Alba con tono de superioridad justo antes de que me vaya.

—Alba, ya hemos hablado de esto... —le dice Carla algo molesta. —Y a ti...—dice fulminándome con su mirada— ¿tanto te costaba pedirle perdón también a ella y dejar las cosas neutras por una vez?

—¿Pedirle perdón? Yo no dije nada de lo que me arrepienta. De verdad, Carla, es que no entiendo por qué sales con ella, supongo que es porque folla bien...—le confieso enfadada.

Puedo ver como Alba está muy tensa, está mirando a Carla fijamente. Carla mira al suelo y ese gesto parece que frustra bastante a Alba. Una idea de por qué están así se me pasa por la cabeza y soy incapaz de reprimirme.

—¿No me digas que todavía no lo habéis hecho? —le pregunto a Alba sonriéndole.

Conociendo a Alba debe estar que se sube por las paredes si mis suposiciones son ciertas, porque otra cosa no, pero a Alba el sexo le gustaba tanto como a mí y estar a dos velas no le haría mucha gracia.

Ninguna responde. Alba tiene los puños cerrados, probablemente deseando estamparlos en mi preciosa cara y Carla no para de mirar el suelo como si se hubiera convertido en lo más interesante del mundo. Finalmente, Carla levanta la cabeza y me mira, puedo ver que tiene los ojos vidriosos, aparta su mirada de mí y la centra en Alba. Una pequeña lágrima resbala por su ojo izquierdo y en ese momento me doy cuenta de lo gilipollas que he sido. Me he centrado tanto en joder a Alba que me he olvidado de que le estaba haciendo daño a ella. Carla sale corriendo de la habitación y unos segundos después se escucha como cierra con fuerza la puerta de su dormitorio.