Segundas citas

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-Conozco una chica que sé que le va a gustar-empezó a decir Natasha.

-Tienes una especie de obsesión malsana con intervenir en las relaciones de la gente, Nat-replicó Sam-. Además, el chico acaba de salir de una relación y todavía no está preparado.

-Tonterías. Cuanto antes salga, antes se le pasará. ¿Y qué mejor que una cita para celebrar que esta de vuelta en el mercado de los solteros?

Sam entornó los ojos. Si había algo que sabía de Natasha, aunque no la conocía mucho, es que cuando se proponía algo, podía considerarse hecho. 

-Entonces...¿A quién tienes en mente?

-Es su tipo totalmente. Rubia y militar, y totalmente imprudente e impulsiva. Es amiga de un amigo, Nick Fury. Yo no la conozco mucho, pero tiene cosas en común con Steve y a la vez es muy distinta. Creo que puede ser la indicada para James.

Bucky se dejó llevar y acudió a la cita. Natasha le peinó y le recogió el cabello en un moño, y se aseguró de que tuviese aún mejor aspecto que en su primera cita con Steve. 

Carol llevaba una camiseta blanca y el pelo rubio cortado. Sin embargo, no hubo entre ellos ninguna conexión instantánea, ningún flechazo. La cita de Bucky parecía más interesada  en la camarera que les atendió. Cuando la joven trajo el menú, Carol le echó un vistazo al pin que llevaba la chica en su uniforme. Se llamaba Val.

-¿Qué les apetece?

-¿Estás en el menú, Val...?-dijo Carol, que no se andaba con rodeos.

La chica se giró, sorprendida, pero enseguida le dio una respuesta:

-Salgo a las ocho.

Carol miró el reloj mientras la camarera se alejaba. Eran casi las ocho. Bucky se dio cuenta de que estaba de más en su propia cita. Carol parecía tener con aquella chica la conexión que él había tenido una vez con Steve. Así que antes del primer plato, Bucky se dirigió hacia la chica rubia y, casi implorante, le dijo.

-Ve a por ella.

-¿Perdona?

-Ya me has oído. Esa chica...le gustas. Esta cita no va a ninguna parte. Es mejor que te vayas ahora. Todavía llegarás a tiempo...y si lo haces, no la dejes escapar...

-¿Estás seguro?

-Sí, no te preocupes por dejarme plantado. Puedo llamar a Sam, a Wanda o a Nat. ¡Vamos, tienes que alcanzarla!

Carol se levantó con brusquedad, y pasó por el lado de Bucky para darle un beso en la mejilla y acto seguido salir corriendo. Bucky pudo ver a través de la ventana como se agarraba a la cintura de Val y las dos salían de allí en una moto preciosa decorada como si fuese un pegaso. 

Llamó a Sam, quién se dio prisa en llegar para compartir la cena con él. Sabía, después de todo, que si hubiese llamado a Natasha, esta le hubiese hecho más preguntas de las que podía soportar en aquel momento.

Sam y su compañero comieron el uno en frente del otro, con velas perfumadas entre ambos, como si se tratara de una cita. Y Sam se sentía extrañamente cómodo. Buck le contó lo que había pasado con Carol, y Sam empezó a enumerar las alternativas que tenía Nat para que Bucky siguiera teniendo citas hasta que encontrase a la persona indicada.

-Me habló de un multimillonario, un tal Tony Stank o algo así.

Bucky suspiró, cansado:

-Ese es el problema, Sam...No puedo salir con gente hasta que encuentre al indicado. Pensaba que Steve era el indicado, pero ya no creo que lo sea. Así que me da miedo equivocarme otra vez...

-A todos nos da miedo, Buck-era la primera vez que le llamaba así, pero ni siquiera se dio cuenta-. Pero de una forma u otra, buscando o esperando, volverás a enamorarte, y no puedes dejar que un recuerdo te frene. Hay que vivir y seguir hacía delante. Por supuesto, hay que tener en cuenta los errores del pasado...pero tú no has cometido ningún error. Estoy seguro de que fuiste el mejor novio que uno puede desear. Y ahora vamos a olvidarnos de Steve por el resto de la noche, ¿sí?.

-Está bien-Bucky sonrió.

No podía hacer eso. No era justo, pensó Sam. No era justo que sonriese de ese modo, y que le hiciese sentir del modo que le hacía sentir. Porque no sabía lo que le pasaba cada vez que Bucky sonreía, y lo odiaba por lo mucho que le gustaba. 

Odiaba la idea de que podía estar enamorándose de Bucky cuando más inalcanzable era, a pesar de que vivía justo al otro lado de la pared.


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