Dieciocho

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- Y -

Casi le doy con la puerta al escuálido chico de pie al costado de la salida cuando la cruzo corriendo como si me hubiera robado el puto proyector de pantalla.

El chico me mira con enfado, y cuando me giro en un parpadeo para asegurarme de que nadie me sigue, lo veo clavar sus ojos en mí mientras habla por un radio portátil. Eso solo puede significar una cosa: problemas.

Entro rápidamente al baño para esconderme en uno de los cubículos. La sensación de estar escondido me provoca ganas de orinar, pero no lo hago porque nunca se sabe qué loca pueda aparecer con un teléfono y una cámara por la puerta.

Maldita sea, allí quedo mi linda tarde de cine como persona normal.

Cuando escucho la puerta abrirse y pasos adentrarse en el lugar, guardo total silencio. Incluso dejo de respirar.

Maldita sea, necesito orinar.

Unos muy infinitos segundos pasan hasta que no oigo nada haciéndome sentir más seguro. Estoy a punto de desabrocharme el pantalón cuando noto un teléfono móvil asomarse sobre la puerta. 

Es oficial. Estoy totalmente jodido.

Abro la puerta sin cuidado. Sé lo que viene. Es mi sentencia de muerte.

Un montón de chicas y algunos chicos rodean mi cubículo del baño con teléfonos y cámaras por todos lados. 
Para mi sorpresa todos guardan silencio.

Me aclaro la garganta abriéndome paso  entre la multitud que parece no querer moverse de su sitio. Gracias al cielo no oriné porque quizá en cuantas páginas de internet andaría mi pene dando vueltas.

- Permiso... - digo con mi voz de abuelo bolas flácidas. Doy dos pasos al frente con la mirada de todos puestas en mí y por un momento creo haber pasado desapercibido, pero de pronto una mano rebelde se asoma a mi costado y se acerca a mi rostro como una amenaza mortal.

Segundos después mi cubrebocas cae al piso en un parpadeo junto a lo poco y nada de amor que me queda por mis fans.

(...)

- ¡Mantengan la calma, por favor! - oigo como dice uno de los guardias de seguridad muy por lo bajo. No tengo idea dónde mierda se encuentra, pero le oigo desde algún lugar muy lejos al circulo de animales que me tienen encerrado - ¡Abran paso!

Me estoy esforzando por ser lo más agradable posible con las chicas que no dejan de toquetear mi trasero descaradamente por detrás, así que me obligo a mantener la calma y quitar sus huesudas manos lejos de mí con un toque sumamente suave.

- ¡Ay! - Oigo chillar a una luego de que casi le doblé un dedo apartando una de sus manos. Quiero decirle que realmente lo siento por haber sido un bruto, pero no lo hago porque no es verdad. 

- ¡Háganse a un lado! - grito enfurecido. Mi maldita noche de películas se ha ido a la mierda por culpa de estos energúmenos. 

Por más que intente moverme o apartar un par de personas de mi camino, me es muy difícil hacerlo y por lo tanto camino sin sentido alguno. Estoy seguro que logré salir del baño, pero no tengo ni puta idea donde estoy ahora mismo. Por el olor a palomitas deduzco que en la sala principal donde Jimin hizo un berrinche hace un rato.

Oh, Jimin. No puedo creer que le haya dejado sólo. 

Dos minutos después sigo en el mismo jaleo que se formó en el baño.
Comienzo a sentirme fatigado. Las personas a mi alrededor apenas me dejan respirar y eso, sumado al puto intenso olor de comida, hace que comience a nublarseme la vista.
Ah... claro que sé lo que sigue después. Me ha pasado otras veces.

EMPTY FAME | YOONMINWhere stories live. Discover now