⚘; Sparklers [YanOne]

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❝ Una de las mejores cosas para hacer en verano es encender bengalas a la luz de la luna.

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El verano en la playa es maravilloso. Las zonas costeras son turísticas, pero siempre hay pueblos aislados en los que los mismos de siempre se reúnen para pasar las vacaciones. Tradiciones como tumbarse en la arena a ver la noches estrellada o hacer una fogata y comer nubes de azúcar en la zona más apartada son dos de las típicas cosas que hacen año tras año.

Yeo Changgu tiene su propio grupo de amigos en el pueblo al que va siempre. Llevan yendo desde pequeños y tienen muchas historias que contar. Algunos se fueron y otros se unieron más tarde, hasta quedarse como un grupo de ocho.

Pero ese verano iba a ser diferente. Shinwon había conocido a un chico en la facultad. Él era extranjero y había ido a Corea a estudiar, también a huir de su familia, con quien guardaba relación pero no quería, al menos con su madre. Lo recibió con brazos abiertos, accediendo a que pasase el verano con él en el pueblo para que no tuviera que volver a casa, presentándoselo a sus grupo el primer día de vacaciones.

—¡Hola, chicos! Estaba ansioso por veros ya —Hongseok es el primero en saludar, como siempre. Fuera del pueblo tiene amigos, pero jamás ha considerado que sean tan buenos como ellos.

Todos se abrazan entre ellos y se saludan, se hacen las típicas preguntas hablando sobre el curso y los estudios, mencionan los cambios destacables como los tintes de pelo... lo de siempre cuando llevas tiempo sin ver a alguien. Callan cuando Shinwon llama la atención de ellos, pidiéndoles que saluden a una nueva persona:

—Chicos, este es Yan An. Vino desde China a estudiar a principios de año y va a quedarse todo el verano conmigo. — Viendo que Hongseok estaba a punto de hacer una cagada de las suyas, prosiguió —: no os preocupéis por el idioma. Habla muy bien coreano, aunque hay expresiones que le cuesta captar; os entiende perfectamente.

Todos le dan una cálida bienvenida. Así como cuando Yuto se les unió, comienzan a preguntarle cosas sobre su país. Hwitaek y Jinho son los más interesados en la cultura y aprovechan cada vez que pueden para aprender sobre diferentes ámbitos de ella. De un momento a otro, Yanan se ha ganado la atención de los ocho chicos.

En ese verano, Yanan aprende mucho sobre Corea, más de lo que ha aprendido durante el curso. También mejora su habla, la cual era buena pero no perfecta.

Como cada año, los chicos van a festivales, a la playa o a la piscina. También van de compras, salen a comer juntos o pasan noches sin dormir, tumbados en la arena. Más de un sábado, beben un poco a la luz de la luna mientras cantan y tocan la guitarra o el ukelele.

—¿Qué tal lo estás pasando? —Pregunta Yeo al chino, quien está contemplando cómo el resto se bañan en la playa de noche. No entiende cuál es la finalidad de hacerlo, no le parece tan divertido.

—¿No te bañas? —No contesta la pregunta, más bien le hace otra al ver que se ha quedado con él en la toalla.

—No quiero dejarte solo. Todos están ahí, alguno tendrá que hacerte compañía —comenta.

En las semanas que llevan, Changgu y Yanan han congeniado muy bien, bastante mejor que como lo ha hecho el chino con otros. Todos son agradables, pero en Yeo ha visto algo que, por alguna razón, le atrae de más.

En el rato que sus amigos están en el agua, ellos hablan. No sólo charlan de sus países, diferencias culturales o gastronomía, mencionan sus aspiraciones, sueños y opiniones sobre muchos temas.

—¿Nos habéis echado de menos? —Hongseok junto a Jinho y Shinwon acaban de salir del mar para hacer compañía a la pareja que está en la toalla.

—No, no mucho —responde Yeo —, ¿verdad, Yanan? — Ambos chicos ríen fingiendo, satíricamente, no desear la presencia de sus amigos.

Su conversación, sumamente interesante, se ha visto interrumpida por ellos tres; desean seguir hablando solos pero es algo que en cualquier momento pueden hacer. Que hayan vuelto el resto no está mal, nada mal.

Los próximos días están igual, alternando entre la playa y la piscina y haciendo locuras, pero el último día de la semana es el mejor de esa. Aprovechando que Hyunggu tiene una vivienda de gran tamaño, deciden irse a su casa a dormir los nueve.

Sus padres le dejan que todos vayan siempre y cuando no armen mucho escándalo, a pesar de no saber cómo van a caber tantos. La habitación de invitados tiene dos camas y un sofá-cama, ellos tienen la posibilidad de subir dos colchones más. Así es como pueden acomodarse nueve, teniendo ocho de ellos que dormir divididos en parejas.

A piedra-papel-tijera, acaban acordando quién duerme sólo. Acaba ganando Wooseok, lo que agradece como nunca. Por otro lado, deben hacer parejas de alguna manera.

Hongseok y Jinho deciden dormir juntos. No les importa ni seria la primera vez que lo hacen. El resto acaban poniéndose de acuerdo mediante un juego.

A Yanan le toca separarse de Shinwon para dormir, para ponerse con el atractivo Yeo. Sus mejillas cogen un leve rosado que ninguno nota al ver con quién le toca dormir. Changgu le atrae, pero el grupo no sabe siquiera de su orientación, no va a admitirlo.

Changgu está igual. Conocer a Yanan ha sido inesperado para él, algo que diferencia ese verano de otros. El chino es guapo y ve que ha congeniado bien con él, desearía ser capaz de decírselo.

Esa misma noche, antes de irse a dormir, Hwitaek sugiere ir a la playa como de costumbre. Esta vez cambian el plan y acaban comprando bengalas para encenderlas.

Encienden las bengalas sentados en la arena, haciendo un círculo, a la luz de la arena. Cero tecnología, lo único que los ilumina son las chispas.

Para cuando quedan pocas bengalas para encender, el círculo ya se ha desecho. Los tres mejores junto a Hongseok corren con las bengalas en mano por la orilla del mar, los demás hacen fotos o suben vídeos a sus redes sociales.

Yanan y Changgu siguen con su conversación, la cual dejaron a medias el día anterior. Hablan de tópicos literarios como tempus fugit o beatus illie y de su opinión sobre ellos.

—Similar a tempus fugit, carpe diem —dice Changgu.

—Aprovecha el momento —traduce el contrario.

—¿Crees que esto es aprovechar el momento? —Yanan lo mira extrañado —. ¿Estaría mal si hago esto?

Changgu se lanza a Yanan. Lo besa. Y él le corresponde. A la luz de la luna, rodeados de luces de bengala y absorbidos por la naturaleza y el sonido de las olas, se funden en un beso.

1120 palabras.

Drabbles & OS | PentagonWhere stories live. Discover now