Un dulce sentimiento

3K 129 62
                                    

Luego de casarse con Anna y tener a sus dos hijos, Ray sintió que al fin la vida le devolvía todo el tiempo perdido, todos los días que habían empezado a correr con rapidez después de descubrir que su existencia y la de sus amigos estaban condenadas.

Nunca pudo evitar reconocer que formar una familia, su propia familia, le había traído luz a su vida, regalándole experiencias y sentimientos que jamás sería capaz de tener si no fuera por ellos. Los amaba tanto que todo su corazón, mente y alma estaban únicamente abocados a ellos, solo había un trocito que le pertenecía a alguien más y aun que lo intentase, jamás podría sacarlo de allí ni muchos menos quería hacerlo.

Después de todo aquel pequeño lugar impregnado con la esencia de Emma, formaba una parte importante de su ser que él deseaba conservar para siempre. ¿Cuándo fue exactamente? ¿Cuándo la había empezado a ver de aquella forma? Simplemente jamás lo sabría con exactitud, tampoco lo quería saber realmente, pues aquella incógnita guardaba el secreto de la magia del primer amor.

Belleza y virtud en una, tu soltura al perdonar

No dejas morir a nadie y vas sembrándonos ilusiones

Tú no sabes lo que causas

Creo que aun no te has dado cuenta

Haces que la gente agradezca tu existencia

Tenía trece años cuando empezó a percatarse de sus sentimientos, con exactitud un tiempo después de la huida de Grace Field. Aún cuando intentaba no dirigir su mirada a ella, le era imposible no verla, todo en Emma lo llamaba, su sonrisa, su voz, su poder al perdonar y al soñar, su valentía, sus alocados sueños, su terquedad. En definitiva, la luz que solo ella era capaz de poseer y compartir hasta con la persona más miserable.

Cada día a su lado, en aquel largo viaje, había reafirmado su amor por Emma, con el deseo egoísta de tenerla completamente para él, sin importar que su mejor amigo la amara tan claramente como el agua. Nunca sintió realmente culpa por su amor, mucho menos cuando se lo confesó mientras tomaba sus labios por primera vez, siendo consciente que se trataba de su primer beso, también del suyo. Tampoco se sintió herido cuando rechazó sus sentimientos o cuando le dijo que ella también lo amaba pero de otra manera, de una manera mucho más amistosa. Claro estaba que Emma no se había dado cuenta en aquel momento de los sentimientos hacia Norman, pues dentro de ella la idea de volverse a reencontrar con él solo parecía estar luego de la muerte.

Tampoco se sintió culpable de aprovechar su dolor y acompañarla de más cerca. Pero el karma se ocupó de él también, cuando al llegar al refugio y descubrir que Norman aún seguía vivo, cuando Norman seguía teniendo los mismos sentimientos de amor por Emma.

Se maldijo internamente cuando la culpa cayó por completo en sus hombros, acompañada de un sentimiento temeroso, pues no deseaba entregar a Emma, no deseaba soltarla, no deseaba admitir que su recorrido junto a ella había terminado. No lo deseaba, "Temía que Emma se diera cuenta de sus propios sentimientos"

Tu destreza para amarnos

No olvidas dolor de nadie y te desvives por alegrarnos

No has notado lo que eres y me aterra que lo notes

Por esa única razón decidió acompañarla a los siete muros. Por aquello decidió arriesgar su vida a su lado, pues si debía morir seria al lado de la persona que se había hecho de su corazón. Pero a su vez dentro de él sabía muy bien que debía entregársela a salvo a Norman, para que pudieran al fin ser felices juntos. Después de todo, el amor y anhelo que tenía por sus amigos era mucho más fuerte que su egoísta amor.

Symphony (One-Shots Noremma) Where stories live. Discover now