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Narra Julieta

Mire el almuerzo que preparó Marcella, una de nuestra comida favorita, mía y de Angie. Comida China, había casi de todo en el plato. Mire a Marcella y sonreí.

—Muchas gracias, Marcella, se ve delicioso.

—Y sabeff deliciosoff—dijo Angie con la boca llena, estaba casi devorando la comida, Marcella y yo reímos

Comenzamos a comer, mi padre no tardo en bajar a comer.

—Hoy iremos a cenar a un restaurante, tengo una noticia que darles—dijo y ya me imaginaba la noticia

Angie y yo asentimos, mientras seguimos comiendo, que diga, devorando la comida.

Al terminar me levante de la mesa y tome mi plato y vaso para llevarlo al fregadero. Salí de la cocina y mire a Angie.

—Angie, te toca lavar los trates—dije y ella quitó su visita del celular para mostrarme el dedo malo

—Angie, ese dedito—dijo mi padre y Angie reviro los ojos, yo solté una carcajada

¿En qué momento mi hermana dejó de ser un bebé?

Comencé a subir las escaleras para ir a mi habitación, por un momento había olvidado a Christopher, pero tan solo ver el fondo de pantalla de mi teléfono me hizo recordarlo, era un foto de ambos, en Londres.

Sonreí tan solo pensar aquellos días que estuvimos juntos, estaba tan feliz de tenerlo a mi lado.

De pronto la imagen de Chris con una rubia entrando a un hotel llegó a mi mente, sentí una punzada justo en el corazón.

Realmente dolía esto, me traicionó, prometió no hacerlo de nuevo... Me  mintió y rompió si promesa.

Me recoste en la cama con la mirada en el techo, sentí las lágrimas empapar mi mejilla, estaba llorando de nuevo, detestaba ser tan sensible.

Escuche golpes en mi puerta, no quería hablar, estaba segura de que si hablaba sería con un nudo en mi garganta.

—A.. Angie, vete..—logre decir

—No soy Angie, soy Marcella. ¿Puedo pasar?—habló a través de la puerta

—Quiero estar... Sola—dije sentandome en la cama mientras limpiaba las lágrimas de mi mejilla

—Si necesitas hablar, aquí estoy.

—Pa.. Pasa—dije y ella abrió la puerta, me miro por unos segundos para después cerrar la puerta a sus espaldas

Se acercó a mi y se sentó a mi lado, abrió sus brazos.

—¿Un abrazo?—pregunto y yo sonreí, la abrace mientras comenzaba a llorar de nuevo

Me sentía bien en sus brazos, no quería eso, estaba perdiendo el poco orgullo que me quedaba. Si, suena estúpido pensar en eso cuando tengo problemas más importantes que mi estúpido orgullo.

Me separe de ella mientras intentando tranquilizarme y dejar de llorar.

—¿Qué pasa, linda?. Sabes que puedes confiar en mi—dijo y la mire por unos segundos, lo que quería ahora era desahogarme y la mejor opción era hablando del tema

Un Último Adiós ✔ || Christopher VelezDove le storie prendono vita. Scoprilo ora