En las casi pobladas tierras de Alaska, donde los ríos congelan y la nieve cae sobre los huecos árboles, se encuentra Seward;un pequeño pueblo que esconde un gran secreto.
La abuela de Irina ha fallecido, y ha dejado una herencia para su nieta; pero...
Estamos en un restaurante elegante con candelabros de cristal, manteles con cubiertos muy finos, la vista ni hablar nos da un lago casi congelado y detrás un bosque con nieve encima. Hace poco que Logan había venido a recogerme; trate de comportarme de la mejor forma frente a el, pero las palabras del autor aun rondan por mi cabeza..
"Loschicossehabíanconvertidoenlobos.."
¿Como se supone que debo de actuar si toda su investigación tiene tanta coherencia con mi situación?
Todo absolutamente todo encaja, incluso el diario de la abuela.
—¿Irina?— me habla Logan preocupado.
—¿Eh?
—¿Ocurre algo? Te vez tensa — me dice preocupado.
No le puedo decir, necesito más respuestas.
— Si, solo que ya mi transferencia a Seward esta hecha, así que me preocupaba sobre como les caería a mis nuevos compañeros de trabajo.— le conteste lo mas tranquila posible.
El me sonríe tiernamente y toma mi mano que esta sobre el mantel.
—Les vas a encantar, no te preocupes. — me sonríe más.
Este hombre es muy tierno conmigo, acepto que todavía no le conozco mucho y también se que guarda un secreto más .Todo esto me intriga demasiado.
—¿Ya te dije que te vez muy hermosa?— dijo mirandome sonriente.
Lo vi y solté un risita tímida.
—Lo haz hecho desde que me viste en la puerta de mi casa.— dije sonrojandome.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Siento que el tiempo no pasa cuando estoy contigo —soltó de repente.
—Lo mismo digo— ¿que no puedo dejar de sonrojarme?
. . .
Después de la cena, nos propusimos dar un paseo nocturno.
Ninguno de los dos decía nada, pero no era incómodo era muy tranquilizador como si los dos fuéramos la paz del otro.
—Logan..— llamé su atención.
—¿Que pasa?— dice mirandome.
—Leí una parte del libro, y algo llamo mi atención — no puedo aguantar más, quiero saber de su propia boca.
Su semblante ha cambiado cuando escuchamos a unos lobos a lo profundo del bosque, se paro en seco y dirigió su mirada hacia el.
Yo solo lo miraba, mentiría si digo que no me asusto aquel sonido, se oía como si suplicaba por ayuda.
—Irina...lo siento tanto ...— dijo sin quitar aun su mirada del bosque — pero tengo que irme.
—¿Ocurre algo grave?— mis dudas cada vez se ponen mas claras.
